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❝De días lluviosos y tardes de cine

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De días lluviosos y tardes de cine.❞

El silencio, y la soledad, tendían a ir de la mano en gran cantidad de ocasiones; no siempre cuando estabas en silencio estabas solo, y a veces la soledad resultaba ser ruidosa, pero existía ese momento de cohesión en la que ambas sensaciones se juntaban.

Minho se encontraba en uno de esos momentos; consciente de lo que ocurría a su alrededor, y concentrado en el único sonido que acompañaba a esa tenebrosa paz.

Las noches lluviosas nunca habían sido de su completo agrado, más que nada porque siempre sintió que, mientras las gotas golpean sin cesar la ventana, y el viento ejerce presión contra los cristales, cualquier movimiento, o ruido, que haga, se escucha más alto.

Cuando era pequeño al menos tenía la tranquilidad que le brindaba el saber que no estaba solo, que si ocurría algo de suma urgencia siempre podía ir a la habitación de sus padres en busca de refugio.
Sin embargo, ahora, y desde hace ya bastantes años, el encontrarse acompañado de la soledad más presente, y el susurro del viento, le había creado cierta incomodidad que con el paso de los años se había convertido en miedo.

En esas noches no podía dormir hasta que su cuerpo terminaba colapsando a causa del cansancio del día y, en ocasiones, ni si quiera eso conseguía que sus ojos se cerrasen, y su mente se sumergiera en el lago de calma producto de un buen descanso. Las agujas del reloj continuaban sin detenerse, al mismo tiempo que él luchaba contra sí mismo en busca de ignorar el ruidoso medioambiente que masacabra las calles de Seúl, propinándole escalofríos y malos pensamientos.

Y ahora, con su vista pegada al oscuro techo de la habitación, y su respiración siendo difícilmente acompasada, es cuando se daba cuenta de lo débil que era en numerosas ocasiones.

Minho mantenía las gruesas mantas que lo arropaban hasta casi su nariz. Su espalda estaba pegada al colchón, y sus manos se escondían del frío bajo las cálidas frazadas. Su expresión, aunque no dictaba ningún sentimiento marcado, estaba bañada con un leve matiz de estrés, y un imperceptible tic nervioso.

Llevó sus ojos hasta su reloj de mesa, paseando la mirada con pausa a lo largo de su sombría habitación, siendo iluminada, con poca suerte, por el débil fulgor que producía la única parte de luna que no había sido engullida por las furiosas nubes negras, que gruñian en el firmamento, descargando litros de agua como cascadas; bañando los tejados de las viviendas, y las vacías calles a esas horas.

Las tres de la mañana; aún quedaba demasiado tiempo para que amaneciera, pero algo le susurraba en lo más profundo de su cabeza, que hasta que eso no ocurriera, sus ojos no se cerrarían.

Tenía sueño, y le encantaría estar durmiendo plácidamente –probablemente soñando con cualquier estupidez que al despertar no recordaría– pero sin poder evitarlo, todos sus sentidos estaban alerta, y el simple pensamiento de descansar por unos segundos provocaba una reacción negativa, e involuntaria, en su cuerpo.

Wrong number || MinSung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora