❝-No, número equivocado. Soy Minho, ¿Tú quién eres? ❞
A veces el peor engaño termina dejando muy buenos resultados.
ESTADO: CANCELADA. no borro los capítulos porque sé que os gusta leerlos.
☼ angst, fluff y una pizca de humor.
☼ Minsung como pareja...
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❝De no ir y citas próximas.❞
Había vuelto, por fin, tras una larga semana fuera de Seúl, a casa.
La familia de Jisung aprovechó la última semana de vacaciones para ir a visitar a sus abuelos, por parte de madre, a las islas de Jeju. Regresaron el viernes, con el fin de semana como margen para que Jisung pudiera comenzar el nuevo semestre a tiempo, y tuviera un par de días de tranquilidad para preparar los materiales, o repasar si había dejado algún trabajo sin terminar.
–¿Tienes planes para hoy, cielo? –la voz del señor Han se escuchó a las espaldas del adolescente. Al igual que él, el hombre portaba en sus manos un par de maletas que iba a meter en casa.
Jisung se giró a mirar al hombre, asintiendo levemente mientras le regalaba una suave sonrisa–. Después de comer, Felix se pasará por casa, iremos a dar un paseo. Supongo que no volveré demasiado tarde.
–Está bien –asintió el hombre, haciendo un último esfuerzo para sacar la bolsa más grande del maletero, y después cerró el coche–. Si vais a ver a vuestros demás amigos, mandales saludos de mi parte –soltó una suave risilla cómica.
Jisung asintió, comenzando a caminar hacia la puerta de entrada. Su padre es un hombre preocupado, y muy ocupado. Apenas está en casa, y cuando es así, llega tan cansado de la jornada que realizó que prácticamente no podía pasar tiempo con él. Caía dormido nada más tocar la cama. Aún así, en las cenas normalmente, el señor Han tendía a preguntarle cómo le iba en el instituto, con los amigos, las calificaciones, si se encontraba cómodo o si estaba descansando bien... Siempre trataba de buscar, aunque fueran únicamente cinco minutos, tiempo para saber de su hijo, y eso era algo que el menor tenía muy en cuenta. Admitía no sentir la misma conexión con su padre que con su madre, pero ese hecho no quitaba que adorase con locura a los dos. Le había tocado la lotería respecto a padres.
Cuando por fin volvió a encontrarse con la soledad de su habitación, soltó un suspiro cansado, dejando sus maletas en el suelo antes de tirarse sobre la cama. Había sido una semana demasiado agotadora. La familia de su madre... No le hacía sentir del todo cómodo, y desde el primer día estuvo deseando volver a Seúl. Con sus amigos; con Felix... Con Minho.
Giró sobre sí mismo, quedando boca-arriba sobre el colchón. Su mirada se perdió en un punto indefinido del techo, y le dio cuerda a sus pensamientos para comenzar a divagar. Había hablando con Minho por llamada, y mensajes, a lo largo de toda la semana. El rubio se preocupó por como se lo estaba pasando, e intentó mantenerse en contacto con él aunque fuera simplemente por un par de minutos. Jisung lo echó de menos a lo largo de la semana, su presencia, posiblemente, le hubiera facilitado su estancia en aquel lugar.
Cerró los ojos mientras suspiraba. No entendía cómo su madre es una persona tan cálida, cariñosa y comprensiva habiendo crecido en una familia sumamente conservadora, cargada de prejuicios. Sus abuelos, tíos, e incluso primos, llevaban una máscara de gentileza que trataba de tapar su verdadera cara, pero era inevitable no quitársela por momentos. Y esos momentos, por lo que se ve, es cuando se juntaban todos en la mesa familiar. Entre iguales se entienden, Jisung pudo verlo con sus propios ojos.
