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❝De confesiones, sustos e invitaciones

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❝De confesiones, sustos e invitaciones.❞

La fiesta no iba tan mal, si a Changbin le preguntaban.

Se había alejado de sus amigos casi nada más llegar, y lo primero que había hecho fue ir a la cocina a tomar de la pequeña neverita cualquier cosa para beber. En el camino se encontró con un par de amigos, y estuvo charlando con ellos un rato, lo normal.

Seo no era alguien completamente huraño, y hasta cierto punto disfrutaba de las fiestas y los eventos similares a este. No obstante, no eran sus favoritos.

Sí, le gustaba beber, e incluso de vez en cuando aceptaba fumar, pero ninguna de las dos cosas eran diarias. Aprovechaba las fiestas para hacer alguna de las dos anteriores, y al día siguiente continuaba con su vida como si nada. Tampoco le gustaba emborracharse, por lo que beber el día anterior no suponía un dolor inaguantable al siguiente.

Solía ser quien vigilaba a sus amigos de que no hicieran nada extraño, o no pasase nada, pero en estos últimos años su trabajo como vigía fue desapareciendo, al ver que sus amigos tomaban más precauciones a la hora de beber.

Es más, a Hyunjin ni si quiera le gustaba el ambiente. Solo iba por sus amigos, y cuando era más joven, de vez en cuando se pasaba de copas. Esto último por aburrimiento.

Nadie se imaginaba aquello del menor, puesto que siempre había sido visto como el típico chico que adoraba la atención y pasarlo bien, pero el joven de hebras miel era lo más alejado a aquel tópico.

La fiesta de Jackson, aquella noche en especial, parecía más tranquila y sosegada que de costumbre... Al menos en la zona del jardín, ya que la gran mayoría estaba dentro de la casa resguardados del frío.

Seo estaba fuera, fumando. No había nadie a su alrededor, solo era él, un cigarro, y el humo que escapaba de sus labios. Todo muy tranquilo.

Era el primero de la noche, y pretendía ser el último. El bajito no se encontraba con ánimo de encender otro, ni tampoco tenía muchas ganas de entrar a por alguna bebida, por lo que simplemente se quedaría allí hasta recibir algún mensaje por parte de sus amigos que le exigiera volver a casa.

Tampoco le importaba mucho esperar, o quedarse ahí solo. Disfrutaba de esos pequeños momentos alejado del mundo, simplemente sumergido en sus pensamientos, aunque el ruido ambiental, en este caso, fuera desastroso. Era de esas personas que sabía anular el exterior para concentrarse en su propia voz.

–Oh, no sabía que fumabas –no obstante, la voz de otra personita se coló en sus oídos.

Segundos después de escuchar al chico, este estuvo sentado junto a él. Changbin dio una última calada, y tiró la colilla al suelo, pisandola después para girarse a mirar a su nuevo acompañante.

Wrong number || MinSung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora