El trabajo se me hacía monótono y lento. Hace tiempo que no veo a Colin y ya lo echaba de menos.
Eliza, ya es feliz. Olvídate de él
Pero es difícil olvidarse de una persona que amas con toda tu alma. ¡Uy! ¿He dicho yo eso?
O pensado mejor dicho
¡Nunca te callas!
Espero que él esté bien.
Me senté en la sala de conferencias con mis compañeros y mi jefe. No pude concentrarme en los debates matutinos, sólo pensaba en él. Es lo malo de enamorarse. Te centras en la persona que amas sin saber qué sentimientos tendrá por ti, que quizá ni los tenga... Lo peor de todo es que pierdes la cabeza por alguien que no te corresponde y además de perder la cabeza, pierdes tu tiempo valioso sólo pensando en esa persona. ¿Por qué será tan complicado el amor?
Cuando salí de la conferencia fui al departamento de Albert, sí otra vez, porque quería decirme algo.
Cuando entré él cerró la puerta por dentro y lo más extraño es que cerró con llave. Se dirigió hacia mi lentamente con cara pícara y empezó a toquetearme. Me quedé paralizada, no sabía que hacer. Me miró con deseo mientras me tocaba pero yo no quería ir más allá porque no estaba enamorada de él, sino de Colin y nunca me lo perdonaría porque siempre sería fiel a quien quiero.
—Albert, creo que has llegado demasiado lejos. Déjame o tendré que acudir a otros medios.
Intenté ser diplomática.
Él no me escuchaba, estaba obsesiondo conmigo. Me miraba y me seguía manoseando. Ya no iba a aguantar más. Una alarma mental me avisó:
¡Eliza, huye por tu vida!
Corrí hacia la puerta y la aporreé desde dentro mientras pedía auxilio. Albert me tapó la boca para que no gritase y yo le mordí fuerte algunos dedos. Gracias a esta acción, pude seguir aporreando la puerta, esta vez llorando. Nadie venía. Estaba angustiada.
—Eliza, Eliza... No pueden oírte porque recuerda que hoy tenéis una charla de la BBC en la planta 23. Pero tú no te preocupes, estarás conmigo y mientras dure la charla, pasaremos un buen rato.
Empezó a desabrocharse su camisa poco a poco mientras me seguía mirando de una forma pícara. Me tenía acorralada. En ese momento quise que la tierra me tragara. Esto iba en serio. Yo no sabía que hacer, la única salida la ventana. Entonces tuve una idea.
Fui hacia la ventana, la abrí, miré por fuera de ésta y, en efecto, por debajo del alféizar había un borde por el cuál podría caminar y escapar hacia la sala de al lado. Era un riesgo que debía correr pero debía hacerlo para escapar.
—Eliza, Eliza... ¡No puedes escapar por la ventana! ¿Qué piensas hacer? Espera a que me desabroche el pantalón.
Ni en sueños.
Me subí encima de una silla y me puse de pié en el alféizar. Cuando vi a la altura en la que me encontraba, casi doy la vuelta pero la idea de ver a Albert ahí me hizo cambiar de opinión rotundamente. Me di la vuelta y me agaché para poder poner un pie en el borde pero no llegaba. Los zapatos de tacón eran un impedimento así que los dejé caer al vacío.
En los edificios de enfrente había personas asomadas por las ventanas haciendo fotos de mi temeridad. La verdad, en ese momento me daba igual todo, sólo quería salvarme. Cuando creí que mi pie derecho estaba estable en el borde, resbalé, pero aún no me había soltado de la ventana y seguía colgada.
Escuché a Albert desde el departamento y me decía que entrara. Yo no quise escuchar más mentiras por lo que seguía concentrada en llegar con los dedos de mis pies al dichoso borde. Ya casi estaba pero no estaba al 100% segura y ya no me quedaban fuerzas para aguantar. Sentía que en cualquier momento iba a caer.
De repente, alguien llamó a la puerta de Albert pero él quedó en silencio para que no hubiera pruebas. De nuevo, una voz fuerte salía desde fuera diciendo que el presidente de la BBC quería hablar con Albert y que era urgente. Ésta era mi oportunidad. Cuando Albert se dispuso a abrir la puerta, grité con todas mis fuerzas.
—¡Ayuda! ¡Socorro! ¡Por favor!... No quiero morir tan joven... No me van a oir—Dije mirando hacia el abismo mientras mis lágrimas seguían cayendo desde mis ojos debido al terror que sentía.—Colin... Ojalá pudiera haberte dicho mis sentimientos antes porque no volveré a verte más. Lo siento. Te quiero...
Entonces noté que una mano me agarraba para ayudarme. Miré hacia arriba y vi que era Nora. Ella tiró con todas sus fuerzas y yo puse de mi parte para llegar de nuevo a la ventana.
Por fin me encontraba sana y salva. En cuanto me recuperé del susto, le dije a Nora que corriera y ella confió en mi. Me tomó de la mano para ayudarme a huir. Al fin, pudimos salir de su departamento y fuimos a un lugar seguro en la planta baja del edificio.
—¡Por aquí! ¡Sígueme, Eliza!
Todos nos miraban extrañados por nuestro comportamiento.
Nos metimos en los baños de mujeres que había en la planta principal y ahí pude desahogarme. Aún me faltaba la respiración, no hacía más que resoplar y aspirar para recuperar el aliento y comencé llorar porque debía soltar todo lo que tenía en mi interior.
Nora sólo me veía y parecía entenderme con la mirada sin saber qué me había pasado. Ella me abrazó... Y lloré aún más. Ella me daba seguridad y me consolaba para hacerme sentir mejor conmigo misma.
Cuando pasaron los minutos y estuve recompuesta, le conté todo lo que me había sucedido con Albert. Ella me respondió que todos los compañeros notaban que yo era la favorita del jefe pero quisieron callar para no estropear las cosas. Ahora ya se sabía el motivo. Me dijo que debía denunciarlo ante la policía y que lo metieran en la cárcel. Yo estuve de acuerdo en hacerlo para finalizar de una vez por todas este sufrimiento.
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✨BLUE EYES LIKE SKIES💕
FanfictionEl amor es difícil de explicar con palabras pero es fácil de entender si se demuestra en los actos. De hecho, si estás leyendo esto, quizá seas una romántica que quiere leer más acerca de este misterioso sentimiento. 🍀Cuando menos te lo esperas, v...