New Challenge

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Me desperté temprano para salir a trabajar como cada mañana. Cuando llegué a mi departamento en la empresa, me senté en mi silla y empezamos a hablar sobre cómo desarrollar las ideas de todos nosotros del día anterior.

Yo estuve todo el rato pensando en casuísticas que me propusieran para estar preparada y responder correctamente a lo que me pidieran pues quería realizar mi trabajo lo mejor posible.

Por fin nos pusimos a debatir, entre todos, mi idea.

El vocalista habló:

—En cuando a la idea de Eliza, he hablado con mis jefes de este departamento y pensamos que es una buena idea incluir una entrevista porque ciertamente atraerá la atención de una manera considerable. El problema está en que no podemos pasarnos de presupuesto e incluir una entrevista como anuncio de televisión. Nos costaría demasiado caro.

Me quedé en silencio sin saber que contestar. Él siguió hablando.

—Eliza, ayer comentaste que podríamos incluir una mini entrevista de 2 minutos dentro del anuncio de televisión. Si hacemos eso, nos pasaremos de presupuesto por lo que siento decirte que no podremos realizar dicha petición. ¿Podéis ayudarla?

—Si lo piensa bien señor, no tiene por qué incluirse como anuncio. Es más, podemos hacer otra cosa. Podemos hablar con la BBC para que nos patrocinen y reproduzcan nuestra entrevista en las noticias de la tarde. Esa también es una buena forma de hacernos publicidad y no nos costaría tanto ya que estamos en mutuo contrato y trabajo con la BBC. Nos ayudaríamos mutuamente. ¿Qué le parece?-Un compañero me ayudó.

El vocalista puso su mano en su barbilla reconsiderando la respuesta de mi compañero.

—Sabes, Alexander, a veces pienso que eres el cerebro del grupo. No está nada mal. Me lo apuntaré.

Todos los demás compañeros le dieron la razón al vocalista. Hay que reconocer que es muy buena idea. Jamás se me habría ocurrido.

—Pero, pero, pero... No has pensado en algo, Alexander. La BBC nos cobrará un gran suplemento por hacer trabajar a uno de sus periodistas más los cámaras y los técnicos de escena.

—En eso no se preocupe señor. Alguno de nosotros puede entrevistar al actor, ¿no? Somos una empresa publicitaria y podemos hacerlo de echo.

—Lo apuntaré. Esto último tengo que consultarlo con mis compañeros para ver si podemos hacerlo. Gracias de nuevo Alexander, eres de gran ayuda aquí. ¡Se levanta la sesión!

¡Han aprobado mi idea! ¡Estoy muy contenta y feliz!

Me fui a desayunar, como cada día, con Nora y Alexander pues ellos eran los que yo mejor conocía de mi grupo. Estuvimos hablando de la empresa, su historia en la ciudad, los trabajadores y compañeros, cotilleos... Típico.

—Una pregunta Nora, ¿Cómo se llama el vocalista? Siempre le llamo señor (reí).

—Se llama Albert. Es un buen tío.

—Aunque a veces pesado.—Dijo Alexander.

Iba a preguntar de nuevo cuando Albert me interrumpió. Hizo un llamamiento a todos los que estábamos desayunando en la cafetería de la empresa y empezó a llamar uno por uno en su departamento. Decía que quería hablar individualmente de las ideas que habíamos dado cada uno. Llamó a Adrian en primer lugar. Aún había tiempo. Seguí hablando con Nora y Alexander.

...

—¡Eliza!

Me llama. Haber que me dice...

Entro en nuestra sala y cierro la puerta por dentro. Estamos los dos solos al igual que mis compañeros, lógicamente. Caminé y me senté en la silla más cercana a él y empezamos a conversar.

—Eliza, tengo una idea aproximada de como puedo desarrollar tu idea. Tú eres la más indicada para desarrollarla pues la idea fue tuya.

¿Qué quería decir?

—¿Qué quiere decir, señor?

—Eliza, he hablado con mis compañeros de departamento y hemos llegado a la conclusión de que la idea de Alexander, junto a la tuya principal, son buenas estrategias de marketing. Es decir, sí se puede realizar por nuestra parte esa entrevista.

—¡Ah! Bien entonces. Y, ¿Quién de nosotros se encargará de entrevistar?—Pregunté con curiosidad.

—Pues, lo hemos hablado y creemos que tú puedes desarrollar esa idea. Creemos que tú eres la indicada para entrevistar y poner en práctica tu iniciativa.

¿Qué? Espera. ¿Qué? ¿Yo?

Tonta, pudiste haber elegido otra opción y no decir lo primero que se te ocurre por la cabeza, nunca cambiarás

Déjame ya mente pesada.

Junté mis manos en rezo y apoyé mi cara sobre mis manos mientras me encogía en mi silla.

—Albert, mire, no tengo experiencia en hacer entrevistas. ¿Cree usted que yo podré hacerlo bien?

—Sí, lo creo. No te preocupes Eliza, tendrás un curso de 8 horas de cómo realizar una entrevista adecuadamente. Será una nueva experiencia para ti. Te avisaré pronto de cuándo lo harás.

—De acuerdo, Albert. ¿Eso es todo?

—Sí, esto es todo lo que debía decirte. Puedes seguir desayunando.

Me fui de la sala desconcertada. No sabía cómo afrontar la situación que me esperaría.

Ya por la noche, llegué a mi apartamento. Como no tenía mucha hambre, compré en Tesco Metro unos macarrones con tomate preparados en envase. Traen hasta su tenedor de plástico para comerlos. La verdad es que estaban muy buenos y tenían el toque picante perfecto. Cuando terminé de comer, me lavé los dientes y puse la televisión. Vi las noticias de la BBC y el tiempo de la cadena. Ha dado lluvia para esta semana. ¡Vaya! Pero no importa, puedo salir con un paragüas, tampoco me voy a morir por eso.

...

Me cansé de ver la tele. Siempre son las mismas noticias y los mismos desastres. Pocas veces dicen cosas buenas. Me quedé pensativa en mi cama. Pensé en la película en la que tendría que trabajar y se me ocurrió abrir mi ordenador y buscar información acerca de ella pero, malas noticias, aún no se sabe mucho sobre esta película. La información que veo en mi portátil ya la sé gracias al tráiler y al cartel que leí en la empresa. No hay ninguna novedad. ¡Qué pena!

Empecé a buscar información sobre el actor al cual yo debía entrevistar. ¿Quién será? Lo busqué en internet: Colin Morgan. Interesante. Busqué una foto suya y espera, ¡esa cara me suena! ¿Dónde la había visto antes?

✨BLUE EYES LIKE SKIES💕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora