Sábanas

Capítulo 26

"Es un calor familiar".

Sonreí mientras me acurrucaba más cerca del calor presionando contra mi espalda, disfrutando de la forma en que los brazos se cerraron alrededor de mi cintura. Una nariz acarició la parte posterior de mi cabeza y una voz áspera y aturdida gruñó, haciéndome reír suavemente y en lugar de arrojar los brazos de Nico, simplemente descansé los míos sobre los suyos, mis dedos se entrelazaron con los suyos mientras descansaban junto a mi ombligo levemente expuesto. Me sonrojé un poco cuando presioné con atrevimiento mis pies contra la tibia espinilla de Nico queriendo sentir más su piel contra la mía, estaba nervioso de que me alejara pero cuando lo sentí sonreír contra mi cabeza y arrojar su muslo sobre el mío dejé escapar un suspiro de satisfacción.

"Buenos días, Nico" susurré, Nico procedió a murmurar su respuesta y enterrarse más cerca de mi lado casi hundiendome contra su colchón "¡Nico, me estás abrazando demasiado fuerte! Eres demasiado pesado" me quejé haciendo un débil y poco entusiasta intento de alejar su cuerpo de mí, aunque no podía soltarme de su agarre tenía suficiente espacio libre para girarme así que en menos de diez segundos estaba frente a él, mis manos rápidamente se encajaron entre nuestros pechos y mis dedos se posicionaron al ras contra su pecho desnudo.

"No te voy a dejar ir" dijo Nico aturdido, acercándome imposiblemente más cerca hasta que tuve que forzar una reubicación de mis manos entre nosotros alrededor de su cintura "Si te suelto te escaparás de nuevo" Me reí de eso, pellizcándole suavemente el costado mientras enterraba mi rostro en la curva de su cuello, respirando su aroma embriagador.

"Nico, tengo que hacer pipí" me quejé de nuevo, Nico abrió sus pesados ​​ojos para mirarme.

"¿Es una excusa para huir?" Nico preguntó de nuevo entrecerrando los ojos, sacudí la cabeza inflexiblemente pero Nico solo tarareaba en desacuerdo "No confío en ti".

"Nico, en serio voy a orinar en tu cama si no me dejas ir" le dije tratando de mantener una cara seria mientras Nico solo sonreía, jadeé cuando en un movimiento rápido de la nada se encontraba a cuatro patas, atrapándome debajo de él.

"No te atreverías" dijo Nico inclinándose para besar el costado de mi boca, me mordí el interior de las mejillas para tratar de mantener la sonrisa fuera de mi rostro aunque me di cuenta de que Nico notó la forma en que temblaba cuando retrajo sus labios, abrí la boca para replicar pero Nico solo me hizo callar y atrapó mi boca en otro beso, esta vez directamente en mis labios. Esta vez no pude evitar sonreír y rodeé el cuello de Nico con mis brazos acercándolo más. Ah, los besos de Nico son realmente agradables.

"Hm, qué atrevido de tu parte provocarme tan temprano en la mañana" gruñó Nico en mi boca con su lengua moviéndose hacia arriba, un gemido bajo retumbó en mi garganta "Y gimiendo en voz alta también" acusó Nico sonriendo mientras me besaba de nuevo con nuestras lenguas ahora enredadas "A este paso me temo que despertarás a los vecinos".

"Cállate" murmure inclinándome hacia arriba en el toque de Nico pero él ni siquiera se molestó en responder y simplemente me sujetó contra su pecho, levantándonos a los dos hasta que quedé sentado sobre su regazo, las mantas se agruparon alrededor de nuestras cinturas y el aire se sintió un poco frío contra nuestras espaldas desnudas pero no me importó ya que el calor de Nico me envolvía hasta el centro de nosotros.

Nuestras bocas no se separaron durante mucho tiempo esa mañana, no hasta que estuvieron completamente magulladas y nuestros pechos agitados pidiendo un descanso, cuando finalmente nos separamos, Nico con su cara casi incrédula rozó suavemente su pulgar sobre mis labios hinchados.

"Realmente estás aquí" Nico exhaló y sus ojos azules se iluminaron mientras yo lo miraba fijo, sus dedos se sintieron tan suaves mientras acunaron mi barbilla, su pulgar acarició mis mejillas y el toque fue tan inusualmente tierno que me sonrojé profundamente "Algo ha cambiado, ¿no?".