Capítulo 3

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Sarada gritaba pero no podía escuchar su voz, se desvaneció en forma de humo antes que pudiera escucharla, sintió la angustia recorrerlo y entonces apareció ella con su pelo rosado ondeando como si se encontrara en medio de una tormenta, estiro sus brazos pero no podía alcanzarla.

Un dolor se extendió en su costado, y la sangre comenzó a manchar a su ropa.

"¿Estas despierto?"

Miró a Sakura por su expresión pareciese que gritaba sin embargo escuchaba su voz suave como un susurro. Volviendo de la inconsiencia abrió los ojos con lentitud lastimándose con la luz de la habitación, su rostro apareció ante él y por un momento todas sus preocupaciones se desvanecieron, se veía como aquellos días donde comenzó admitir sus propios sentimientos y en su memoria un susurro permaneció por unos segundos "Anata"

Entonces recordó que había sido transportado al pasado otra vez, separándose de Boruto y que aquella mujer no era aún su esposa y el miedo lo embargo.

Recordó las palabras de Karasuki; el artefacto con forma de tortuga que tenía la habilidad de viajar a través del tiempo, no debían involucrarse con las personas que eran importantes en su realidad y Sakura era demasiado importante para que él se diera el lujo de jugar con el espacio-tiempo.

Todo se había vuelto complicado desde el momento en que intervino al verla ser atacada por unos mercenarios y a pesar de que daba fe en la fuerza de su esposa, verla más joven había removido algo en él, un sentido sobreprotector. Llevaba casi una semana buscando a la tortuga sin éxito pensando cada vez más el un error cometido intervenir y cuando por fin la encontró cerca de un templo el alivio lo lleno por completo era al fin la hora de regresar a casa pero el destino tenía preparado otra cosa. Cada acción tiene su reacción.

La tortuga activo un tipo de defensa, cerca de cien cuchillas emergieron de él y un luz azul cegó su visión, lo último que recuerda es haber sentido un tirón en todo el cuerpo, volvió a ser transportado pero para su mala suerte en la misma época.

La sakura del pasado le tocó su mejilla emanando chakra verde sacándolo de cualquier pensamiento y volvió a preguntar lo mismo.

-Sí...- le respondió, Su voz sonó rasposa y ella asintió, su mirada se volvió penetrante, trago saliva esperando lo que venía.

-Ahora que estas consiente necesito saber ¿Quién eres? ¿Qué hacías en mi departamento? y ¿Por qué estabas herido?-Soltó cada una de sus dudas con seriedad, Sasuke mantuvo su inexpresión pensando en una posible respuesta- tienes un minuto antes de que empiece a romper todos tus huesos.

¿Qué broma de mal gusto era esta? primero la Sakura de su niñez lo tachaba como un tipo raro y ahora su versión adolescente lo amenazaba. Dudo por un momento, su esposa siempre fue inteligente, mentirle en el pasado donde era una niña fue difícil pero lo logró, hacerlo ahora no resultaría.

Por lo mismo y creyendo en su raciocinio lo que estaba a punto decir era su mejor plan.

-Mi identidad no puedo decírtela...-Sakura frunció el ceño y Sasuke continuo evaluando este hecho- No soy tu enemigo ni de Konoha, fui enviado aquí por un Jutsu enemigo.

Sakura trono sus puños, Sasuke temió por primera vez de su futura esposa.

-Un Jutsu enemigo...- desconfiaba de él y estaba un poco orgulloso de eso.

Sasuke no emitió ninguna respuesta, asintió. Sakura le dio la espalda, tomó una toalla y la colocó en su frente.

-Me llamo Sakura.- le dijo cortante, seguro su hija se burlaría de él si viera la actitud de su madre en ese preciso momento.-Haz estado inconsciente desde ayer y me harías las cosas más fáciles si cooperas conmigo.

Era muy extraño pero si aquel desconocido le decía que existían los extraterrestres o algo parecido ella lo creería, pareciera que las actitudes de Naruto se le habían pegado como pulgas a un perro, Su amigo confiaba hasta en el más cruel enemigo.

-¿Cómo te llamas?- Preguntó otra vez con una amenaza impresa en su voz, que su instinto la hiciera confiar en él no queria decir que lo fuese a demostrar. No hubo respuesta, sakura no sintió sopresa ante la negativa de aquel hombre maduro se limitó a sentarse en el sofá. Sakura no volvió a insistir, se notaba que no era un hombre hablador. Debería informar a Kakashi sensei del extraño que estaba sentado en el sofá de su hogar, eso era evidente sin embargo algo en su mente quería guardar aquello como propio.- Dejaré que te recuperes bien de tus heridas antes de decidir qué hacer contigo.

El alivio que sintió Uchiha Sasuke en ese momento no fue para nada percibido por los ojos color jade

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