Sus delicadas manos curaron su piel, su rostro ya marcado por los años no mostró expresión pero sintió ternura por aquella chica de cabellos rosados, la misma que conocería bien en su futuro.
Pensó que nada podía empeorar mas la situación de estar junto a la sakura del pasado.
Estaba equivocado, los hilos del destino tejen una burla en su contra y aparece ante ellos a quien menos espera...
A él mismo.