Habían pasado casi 25 años desde que Albert y Candy habían contraído matrimonio en la villa artemisa situada en Edimburgo, Escocia. Tuvieron dos hijos, William Alexander y Sofia Isabella, la consentida de la casa.
Albert continuaba viajando debido a los negocios esparcidos en todas partes del mundo, desde Europa, Asia, África, América.
La depresión de los 30's hizo que la familia Ardlay perdiera una suma importante de dinero y negocios, por lo que Albert se vio obligado a vender propiedades a bajo precio, cerrar el banco de Chicago.
Afortunadamente Albert contaba con el apoyo de su esposa, tía y familia.
Esos malos recuerdos habían quedado en el pasado tanto que no querían recordarlo.Debido a la responsabilidad por los de su clan y su amada familia, Albert descuidó a su esposa como mujer.
Los viajes repentinos para emprender nuevos negocios habían creado una pequeña grieta entre ellos.
El distanciamiento había apagado la llama de la pasión que tuvieron en los primeros años de casados.
Entre los niños y su trabajo como doctora se habían convertido en rutina diaria.
La alegre Candy ya no era la misma que un día dijo que aun de anciana treparía árboles.
Albert tuvo que dejar a un lado su amor por los animales y se vio obligado a cerrar la clínica Happy Pet/ Mascota feliz.Isabella lo sabía, conocía perfectamente a su madre.
Ahora que era una joven de dieciocho años, comprendía la importancia de mantener la chispa viva del amor entre la pareja, era hora. Tendría que hacer algo y debía hacerlo ahora.Edimburgo 1945. Villa artemisa.
Willie estaba con su padre y el tío George de viaje por São Paulo. Hacia años que su padre lo llevaba con ellos aprender cómo se manejan los negocios del Clan.
Bella le recordaba cada vez que tenía oportunidad, que era hora que tomara los negocios completamente y que dejara que su padre atendiera a su madre.
Willie le prometió que hablaría con su padre cuando hubiera una oportunidad.Miércoles 12 de Febrero.
Candy se encontraba en la terraza de su habitación observando el hermoso rio que corre por los terrenos de la villa artemisa.
Recordando la primera vez que llegó en un pequeño bote junto a su amado esposo.
Perdida en sus bellos recuerdos y la vez que se entregó a Albert en esa habitación hacían que sus piernas se estremecieran. Cuando de pronto, un leve sonido en la puerta la saco de su excitado recuerdo._ ¡Mamá... estas ahí!... ¿Puedo pasar? _ preguntaba una suave, delicada y tierna voz.
_ ¡Adelante mi princesa! _ respondió la rubia colocándose su bata de noche.
Al entrar Bella a la habitación, Candy se acercó abrazando a su hija.
_ Que bien que has regresado temprano. _ musitó la rubia con melancolía.
Con Willie y su esposo lejos, su única compañía por las noches era la tía Elroy. Pero la anciana se había ido esa mañana con Rosemary y Anthony a su casa, en Inglaterra.
Isabella sintió el dolor de la tristeza en el tono de voz de su madre.
_ Mamá necesito tu ayuda... _ hablo seriamente la hermosa joven de ojos azul cielo, el mismo color de ojos de su padre.
Cada vez que Candy la veía, era como tener a su amado esposo frente a ella.
Isabella lo sabía. Usaría esa tierna y dulce mirada para lograr su cometido.
Era esa misma mirada de tristeza y alegría con la que su padre observaba a su madre cada vez que se veían y se despedían.
_ ¿Qué sucede hija? ¡Sabes que no puedo negarme y más si está en mis manos!...
_ Nos vamos a América... _ dijo Bella de golpe. Candy se puso de pie y abrió los ojos de par en par.
Todo se hubiera imaginado, menos que su hija le pediría viajar al otro continente. Y mucho menos cerca de San Valentine, día del amor y la amistad. Ella estaba segura que Albert regresaría a la Villa para estar junto a ella para ese día.
Bella, al ver que su madre no respondía quebró el silencio._ Por el trabajo no debes preocuparte, he hablado con el doctor Martin y la tía Annie estará aquí esperando por la tía Elroy y cuidando la villa.
Tío Archie no tiene objeción con eso.
_ ¿Pero desde cuando has planeado esto?— Preguntó Candy sorprendida al ver a su hija dirigiéndose al closet tomando las maletas de su madre buscando un poco de ropa para colocarla dentro de la maleta de cuero.
Aturdida y confundida Candy pensó lo peor..._ ¿Es tu padre? ¿Es tu hermano? ¿Sucedió algo con ellos?... — Bella sonrió tomando las manos de su madre.
_ ¡Mamá, ellos están bien!... no tienes por qué preocuparte.
Por favor tranquilízate.
Yo hablé con Papá y sabe que me acompañaras a America, a la universidad donde tú te graduaste, Harvard.Continuará.
Ahora comenzamos con esta corta historia, les pido de favor que se olviden de la guerra de los 40' antes que me lo digan en sus comentarios ya lo sé ( ja ja ja) solo enfóquense en la trama y no en sucesos históricos.Con amor Sakura.
¡Bendiciones!
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Sedúceme
RomantizmSedúceme. Imagen de MsPuddle ( agradecimiento especial por su hermoso trabajo) Si has leído La decisión de mi vida comprenderás la trama de esta corta historia. Con motivo de celebración del día del amor y la amistad, mejor conocido mundialmente co...