Capítulo 5

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Capítulo 5

A ti

Después de aquel mensaje, deje el móvil en la mesa de luz y caí en un sueño profundo. Aun así no descansé casi nada, los sueños que invadieron mi mente no fueron para nada agradables o bonitos, Miguel volvía a adueñarse de ellos y el miedo tras el mensaje de esa persona desconocida crearon pesadillas dignas de una película de terror.

Logre despertarme antes que sonara la alarma, por lo que tuve tiempo de sobre como para revisar las redes un rato, tomar un baño y dedicarle más de lo necesario a ver qué usaría el día de hoy. Finalmente me decidí por una falda a cuadros color beige oscuro un poco por encima de la rodilla y una camiseta negra holgada, zapatillas negras básicas y esta vez me recogí el cabello en una coleta baja floja. Aplique un poco de maquillaje básico muy tranquilo y tome mis cosas.

La verdad es que no me sentía con ánimos de desayunar, tenía una sola idea en la mente y esa era ir a la policía, sé que está mal que no le diga nada de esto a mis padres, soy consciente de ello, pero ya tengo dieciocho años y necesito comenzar a resolver estas cosas por mi cuenta. Tampoco le hable a Juli ni a David, quería hacer esto sola, es más siento que necesito hacerle frente a esa pesadilla y enfrentarme a esto de una buena vez. Tome el transporte público, por suerte no estaba repleto como de costumbre, el plan es ir a la comisaría local ver cuales son mis opciones y con suerte llegar para la segunda hora de historia, estoy segura de que la profesora Gonzáles no tendrá ningún problema con ello. El edificio de la comisaria era lo más apagado y común que podría encontrarse en este lugar, las letras estaban despintadas y las personas no paraban de dar vueltas en su interior. Por dentro la decoración es sobria, agradable incluso, los agentes atendían por orden de llegada a los ciudadanos, había dos personas antes por lo que solo me senté y saqué de mi mochila las copias de los mensajes, por las dudas los tenía aún en el móvil.

Entre tanto me distraje viendo las noticas que pasaban en el televisor colocado en una esquina, cuando un perfume delicioso se sintió a mi lado, voltee un poco la vista y me encontré con su melena demasiado oscura para ser castaña pero no lo suficiente como para decir que es negra, sus ojos verdes parecían incluso más claros desde la última vez que los vi tan cerca. Una sonrisa amable pero curiosa se asomó por su rostro, con una pregunta dibujada en esta, la cual curiosamente era la misma que tenía en mente.

-William, ¿Qué te trae por la comisaria tan temprano?-dije en tono bajo e intentando que no me delatara.

-Eso mismo podría preguntarte... por cierto ¿Cómo estas tan segura que no soy Paulo?

-Bueno, en primera instancia tus ojos y en segunda... no hay que ser un genio para notar la forma en la que cada uno se viste ¿O sí?

-Es un buen punto, ¿Vas a decirme a qué has venido?

Analice unos segundos a la persona a mi lado, aunque creo que no es buena idea decirle, no pierdo nada con hacerlo. Le tendí las copias de los mensajes y le explique muy por encima qué era lo que me traía aquí, lo observé en todo momento a medida que leía, como si quisiera encontrar algo que lo delatara tal vez.

-Demonios esto si que es peligroso-soltó al final, devolviéndome las copias- al parecer tienes a un acosador muy persistente.

-Lo sé, esto ha empezado a asustarme lo suficiente como para venir aquí.

-¿Está bien que lo hagas sola? Es decir, no es algo pequeño.

-Supongo que no quería involucrar a nadie más-respondí con la mirada un poco perdida en la nada.

-Me han robado una motocicleta, fue mi primer vehículo y le tengo bastante aprecio, estoy aquí por la denuncia-dijo de pronto, suspirando pesadamente. Apoyo su mano sobre la mía con cierta delicadeza, llamando mi atención de nuevo, con su mirada penetrante intentaba calar en lo más profundo de mi interior lo sentía- déjame acompañarte, es mejor si los oficiales ven que no estás sola.

Al final eras TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora