Capítulo 21
El día fue incluso mucho más de lo que cualquiera de los dos pudo haber imaginado, se sintió casi como una despedida, sin lágrimas, con muchas sonrisas y muchos besos de por medio. La forma dulce en la que sus brazos recorren mi cintura cada que tiene oportunidad o cuando sus ojos captan los míos, son detalles pequeños que hacen a mi corazón latir con más rápido.
-Me gusta mucho esto-dijo cortando el silencio tranquilo en el que nos habíamos sumergido.
-¿Qué cosa?
Me removí un poco entre sus brazos para verlo directamente a la cara, su mirada tranquila recorría mi rostro, mientras disfrutaba de ese cálido abrazo, después de ir de compras y pasear por la mayor parte del día, terminamos en su casa más precisamente en su habitación en la que nos quedamos a ver una película. Diría algo sobre la elección de la película, pero siendo honesta mantuve toda mi atención a la sensación que tanta dulzura de su parte producía en mí. No es que no haya sido dulce antes, pero si puedo notar como esto fue en aumento y realmente me encanta, y me asusta a la vez. Siendo plenamente consciente de que en un período no muy largo de tiempo tendremos que separarnos, hace que todo sea mucho más especial de lo que normalmente sería.
-Estar así contigo-soltó entonces con sus labios muy cerca de los míos, haciendo que deseara un beso.
Antes de que pudiera ser plenamente consciente, Paulo activo su modo juguetón y empezó a rozar lentamente cada parte de mi rostro con su nariz, haciendo el amague de querer besarme cada tanto, hasta que eventualmente tome el control. Sonreí antes de voltearme por completo y acomodar una pierna a cada lado suyo, para mayor comodidad, estábamos en un sofá bastante amplio por lo que no habría mucho problema, eso creo. Para cuando comenzó la batalla de besos, ninguno terminaba de coordinar del todo sus movimientos, las manos de Paulo acariciaban suavemente desde los brazos hasta la espalda baja siendo demasiado cuidadoso para la ferocidad que compartíamos en ese momento a través de ese beso.
Lo último que recuerdo antes de perderme en el mar de sensaciones que suponía él y su cuerpo sobre el mío, era ese breve instante en el que fue por un preservativo. Quisiera decir que todo aquello fue un momento dulce y tierno que lo recordaría por siempre, pero estaría mintiendo descaradamente, al menos en una parte. La ferocidad medida de ese hombre era increíble, lejos de hacerme sentir de cristal, hizo que realmente me sintiera amada y adorada por él. Lo cual es algo que solo había experimentado con él y estoy bastante segura de que nadie podría igualarlo nunca. Definitivamente es algo que voy a recordar, y espero repetir varias veces en las vacaciones.
-¿Vamos a comer fuera?-cuestiono mi amado novio ni bien se percató de que ya estaba despierta.
Fue entonces cuando caí en la cuenta de que seguíamos en su casa, con sus padres probablemente ya aquí, di un rápido vistazo a la ventana y comprobé que probablemente ya estarían aquí. Una oleada de vergüenza tiño de rojo todo mi rostro, por lo que termine cubriéndome casi por completo con el cobertor, provocando con esto una leve risilla de parte de mi pareja.
-Tranquila, no hay nadie en casa hasta mañana por la tarde ¿Recuerdas?-dijo en un tono suave, buscando mis labios para realmente terminar besando mi frente con cariño.
-En ese caso, prefiero quedarme aquí podemos intentar cocinar algo o pedir.
Él asintió y seguimos con una pequeña ronda de besos antes de tomar un baño por turnos, la ducha fue completamente relajante al punto de que podría dormirme un par de horas más tranquilamente pero el hambre supera el sueño en estos momentos. Para cuando Paulo entro al baño note que me dejo una muda de ropa sobre la cama, claro que podría usar lo que tenía puesto en la tarde sin ningún problema, pero por algún motivo idiota me agradaba la idea de usar su ropa. Tome la remera azul marino primero, me quedaba un poco grande pero no demasiado, los shorts negros me bailaban y aunque me veía bastante graciosa con todo eso puesto, lo más que gustaba era sentir su aroma impregnado en la ropa. Su perfume simplemente quedo en estas prendas y era malditamente agradable.
En lo que él terminaba de bañarse, baje a la cocina en busca de alguna idea para la cena, mientras evitaba pensar demasiado en lo que paso en la tarde, no porque no me hubiese gustado sino al contrario, me gusto demasiado y como para repetirlo antes de ir a dormir. Una sonrisa divertida cruzo por mi rostro tras ese pensamiento.
-Estoy segura de que a mi novio no le molestaría-susurré para mí misma, en lo que terminaba de poner a mano los ingredientes para la cena.
Definitivamente mi percepción del tiempo se había visto afectada, pues sentía que los días no duraban mas de unas escasas cuatro o cinco horas para luego acabarse y seguir restándole al calendario. Si bien es algo inevitable, ese deje de tristeza seguía ahí cada vez que veía la proximidad a nuestras últimas vacaciones como estudiantes de instituto. Bueno prácticamente ya somos ex estudiantes, solo queda el baile y no es que faltase mucho para eso, siendo honesta serían solo cuatro días para el fin de semana más esperado por toda una generación de adolescentes.
En lo que terminaba de prepararme para bajar a desayunar, el tono de llamada que le puse a Paulo me saco de mis pensamientos y sonreí automáticamente, al parecer ya tengo planes para el resto del día.
-Hola cariño-dijo ni bien apreté el botón verde para responder.
Hola, este es un capítulo un poco más corto de lo usual ya que el próximo será el final y ya luego queda el epílogo.
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Al final eras TÚ
RomanceTras haber pasado por un noviazgo conflictivo, Aira decidió aceptar un intercambio estudiantil de seis meses, aprovechando ese tiempo para alejarse de los malos recuerdos y encontrarse a sí misma. Pero no podía quedarse allí por siempre, debía volve...