Capítulo 16

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Capítulo 16

Ya en la casa de Juli, él me ayudó a acomodarlos para que descansaran lo mejor posible, mientras que los dos nos quedamos en la sala tomando una taza de café, el corazón todavía no se calmaba tras lo ocurrido, es como si mi cuerpo apenas comenzara a reaccionar.

-¿Estás bien? Te noto un poco extraña-Paulo tomo mi mano acariciándola suavemente.

-Eso creo-suspire y acomode mi cabeza sobre su hombro-supongo que apenas estoy reaccionando por lo que paso.

Asintió, dejando la taza sobre la mesa ratona y me rodeo con sus brazos. No sé bien cuánto tiempo pasamos así, sumidos en un silencio muy cómodo, compartiendo tanta cercanía física. Estar con él comenzaba a convertirse en algo más, eso que muchos tenemos miedo de nombrar, porque al darle nombre estás revelando su forma y de cierta manera te deja un poco más expuesto. Sin querer darle muchas vueltas al asunto, termine por intentar relajarme al punto de quedarme completamente dormida en una posición un tanto incómoda pero agradable a fin de cuentas.

No dormí más de tres horas, lo supe al revisar el móvil ni bien me desperté, tenia un mensaje de Paulo quién claramente se había ido hace algún tiempo, después de todo él sabía muy bien que llegarían los padres de Juli en la mañana y no sería nada fácil de explicar el porqué estaba un desconocido durmiendo en su sala. Tontamente sonreí ante ese mensaje y le deseé un buen descanso, más allá de todo, fue una muy buena noche.

La semana empezó demasiado agitada, el primer examen dejó a todos un poco golpeados y eso se notó mucho tanto en las clases de educación física como en la cafetería misma

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La semana empezó demasiado agitada, el primer examen dejó a todos un poco golpeados y eso se notó mucho tanto en las clases de educación física como en la cafetería misma. El festival deportivo es la única festividad del instituto en el que nos califican en todo momento, estamos obligados a participar en al menos una actividad y esta cuenta como nota extra para la clase de educación física, claramente.

Lo único malo de todo esto es que tenemos que pasar el día entero en el instituto y eso no es muy divertido que digamos, además se suponía que iría con Paulo a tomar un helado y pasar esa tarde, eso me pasa por hacer planes sin revisar las actividades extra curriculares. Los pasillos y todo el edificio parecía dado vueltas, lleno de carteles sobre las actividades, todos portábamos el uniforme deportivo que solo se usa para este tipo de ocasiones, falda pantalón negra y remera manga corta azul marino para las chicas y pantalón corto negro con remera manga corta blanca para los chiscos, no entiendo bien por qué el cambio de color de las remeras. Creo que nadie lo captó realmente.

-Aira ¿Juegas un partido con nosotras? Nos falta una jugadora-dijo una compañera del curso con la pelota de vóley en la mano.

-Claro, todavía no participe de ninguna actividad así que me viene genial-dije sonriendo ampliamente.

-Genial, vamos.

Me despedí con una sonrisa de mi amigo y de Paulo, Juli estaba calentado para un partido de Handball, espero que el partido termine antes así puedo verla jugar. Antes de entrar a jugar tuvimos una pequeña conversación e inmediatamente después empezó el partido. Tengo que decir que no soy muy buena en deportes, aunque el vóley siempre me gustó tengo un pésimo saque, pero suelo tener suerte con el bloqueo así que me tengo confianza.

El partido se torno más intenso de lo que esperábamos todos, el árbitro, que era le profesor de educación física de los chicos, no se quedaba quieto ni un solo segundo. Podía escuchar levente entre el tumulto, como Paulo me alentaba, incluso me pareció escuchar a William quién cambió drásticamente su comportamiento conmigo, paso de ser un idiota creído a una persona decente y buen compañero, lo que se agradece sinceramente, más allá de que esto sea o no por la relación que tengo con su hermano.

Con el sudor ya cayendo lentamente por mi rostro y con los brazos y manos rojos por el toque de la pelota, termino el primer encuentro. Ganamos por muy poco y eso significaba que, tenemos que jugar un par de partidos más, no me molesta en lo absoluto porque a fin de cuentas esto es nota, pero me hubiese gustado pasarme el día alentando a mis amigos. Ahora cubierta de sudor lo único que me queda es tomarme estos minutos de descanso e ir al baño a mojarme un poco la cara.

-Buen partido, hace años que no te veía jugar-comenzó a decir David pasándome una botellita de agua y mi móvil, que se lo había confiado a él claramente.

-Gracias, todavía tengo el toque ¿No te crees?

-¿Solías jugar? Se nota que sabes lo que haces-comento William con una sonrisa divertida.

-Claro que sí, pero nunca estuve en el equipo.

En ese instante Paulo hizo señas para que sentara a su lado, pero me sentía demasiado sudorosa y asquerosa para pegarme a él, por lo que solo le di un pequeño beso en los labios y conservé mi distancia. Es curioso, vernos comportarnos de esta forma siendo que hace no mucho pareciera que estábamos destinados a odiarnos, bueno no tanto quizás solo un poco.

Paulo se limitó a sonreírme de esa forma que solo él sabe, mientras conversaba con los otros dos, tomé el móvil y le di una revisada rápida, lo que me llevo a encontrarme con cierto mensaje.

-¿Qué ocurre?-cuestionó Paulo, poniéndose de pie de golpe para ver conmigo ese mensaje.

"¿Disfrutando el juego? Deberías aprender a correr más rápido."

Como si me hubiese leído la mente, ambos comenzamos a observar con detenimiento a nuestro alrededor, buscando algún tipo de mirada sospechosa, algo que nos indicara que la persona detrás de estos mensajes estaba aquí. No hay muchas opciones, o esta entre nosotros o tiene un espía, ambas son igual de peligrosas, mucho más de lo que puede parecer a simple vista.

-Nada-susurró Paulo maldiciendo por lo bajo.

-Si estuvo aquí, debió abandonar el edificio antes de enviar ese mensaje-reflexioné, intentando calmar los nervios que comenzaban a florecer.

-Como sea, debemos tener cuidado, esta es una advertencia, cada vez está más cerca.

-Lo sé.

Después de ese tenso momento, tuve que convencerle para que me dejara ir a mojarme un poco el rostro, la conclusión a la que llegamos luego de una especie de "discusión" medio tonta, es que iría a los baños de los vestidores, esos están mucho más cerca que los del instituto en sí. Le deje a él mi móvil y fui con la promesa de regresar lo antes posible, ya podría contarles mientras tanto a los otros dos lo que ocurre.

 Le deje a él mi móvil y fui con la promesa de regresar lo antes posible, ya podría contarles mientras tanto a los otros dos lo que ocurre

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Los baños de los vestidores son, en simples palabras, un desastre muy pequeño. No es que estén sucios ni nada, pero la distribución es muy mala, hay solo dos retretes de los cuales uno no funciona hace años, fuera de eso el espejo que tiene es grandioso para tomar fotos, aunque hay que tener cuidado de que no salga el cartel que dice "fuera de servicio". Quede un rato mirando mi reflejo, tengo el rostro completamente rojo y lleno de sudor seco, el cabello todo desparramado y grandes marcas rojas en los brazos, sin dudas mi cuerpo olvido lo que era jugar un partido así, creo que la última vez fue en mi primer año de instituto. Me tome mi tiempo para lavarme la cara, arreglarme el cabello y relajarme un poco, demasiadas cosas juntas.

Cuando ya estaba lista para volver a salir y jugar ese partido, la puerta del baño que estaba roto se abrió de golpe, dejando ver a una figura negra que antes de que pudiera reaccionar se abalanzó sobre mi de tal forma que mi cuello quedó atrapado entre sus brazos, lo que le dio la libertad de colocar un pañuelo en mi cara. Intenté resistirme, de todas las formas posibles para mí, pero no podía pasar mucho tiempo sin respirar y en cuanto lo hice comencé a sentir el cuerpo pesado, hasta que ya no supe nada.

Al final eras TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora