Capítulo 19
-Aira-Juli fue la primera en entrar, parecía estar al borde de las lágrimas, prácticamente corrió hasta la cama y me abrazó con fuerza- ¿Cómo te sientes?
-Juli, tranquila, estoy bien-susurré mientras le devolvía el abrazo.
Paulo y David se quedaron a cierta distancia mientras Juli seguía abrazándome, parecía estar un poco asustada, no es para menos después de todo lo que paso. Mis padres nos dejaron para que pueda conversar con ellos a gusto, en lo que la policía tomaba su declaración, ya solo faltaría la mía y oficialmente saldrían en la busca de Luciana y Lucas.
Aunque Juli se emocionó un poco con el abrazo, Paulo la superó con creces él ni siquiera me soltó un solo segundo por lo que le hice un poco de espacio en la cama para que estuviese más cómodo. Mentiría si dijera que no me sentía bien con tenerlo a mi lado, después de todo lo que pase en menos de veinticuatro horas, poder estar así con él es... no sé bien qué es, pero me gusta.
-¿Qué te dijeron los doctores?-cuestiono David al cabo de un buen rato de estar los cuatro en silencio.
-Básicamente que tuve suerte-dije sonriendo un poco- solo tengo lesiones menores, me desmaye por el shock, de hecho, puedo irme a casa después de declarar.
-Eso es muy bueno, estábamos muy preocupados por ti-dijo David
-¿Qué hay de ustedes?
-Nada de que preocuparse, nos revisaron y estamos bien, solo un par de raspones y ya-dijo Juli un poco más animada.
Conversamos un poco más de cosas no muy relevantes, ciertamente ninguno menciono ni una sola palabra del secuestro, sé que tienen curiosidad por saber y también sé que van a respetar si decido quedarme callada. Pero no será así.
-¿Saben? Por un instante creí que estaba perdida-comencé a decir, mientras jugaba con los dedos de Paulo que sostenían mi mano- ni siquiera sé cómo hice para saltar de un segundo piso.
Una semana paso de toda esa locura en la cual, estuve bajo la persistente mirada de Paulo quién por poco se instala en mi casa, de todas formas, si lo hubiese hecho a mis padres no les molestaría. No sé exactamente qué hizo para que ellos lo aceptarán tan rápido, es decir, ni siquiera lo he presentado como algo más que un amigo y estoy segura de que si les dijera que no somos nada no me creerían. Nadie podría hacerlo, de alguna forma nuestro comportamiento se fue adaptando a tal punto que, me resultaría demasiado extraño actuar de otra forma, o tratarlo como a un amigo, como David o William. Este último no perdió oportunidad para aparecerse cada vez que podía, de hecho parecía estar muy cómodo.
Las cosas cambiaron bastante, la policía dio con Luciana y Lucas unos días después de que la denuncia fue puesta oficialmente, aunque en mi declaración me aseguré de aclarar que efectivamente tenían un cómplice, a quién no pude ver claramente y aun así sé que había alguien más metido en todo esto. En un momento pensé en Miguel, pero él tenía una cuartada y es que estuvo todo el tiempo en casa de otro de sus amigos tanto este como los padres salieron a respaldarlo, lo que dejaba un cabo suelto que podría ser peligroso. Sin embargo, Miguel no se quedo totalmente fuera de esto, pedí una orden de restricción para que se mantuviera lo más legalmente posible lejos de mí, él y toda su familia.
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Al final eras TÚ
RomansaTras haber pasado por un noviazgo conflictivo, Aira decidió aceptar un intercambio estudiantil de seis meses, aprovechando ese tiempo para alejarse de los malos recuerdos y encontrarse a sí misma. Pero no podía quedarse allí por siempre, debía volve...