En el "Pueblo del Norte”, una ciudad que como dice el nombre se encontraba al norte del imperio, vivían pequeñas familias que trabajaban día y noche para poder pagar los altísimos impuestos que imponía el imperio.
Sin embargo, las llamas de furia de los campesinos empezaba a arder con más fuerza y pronto podrían crear un ejército revolucionario para poder derrocar al Rey.
Una joven de aproximadamente 16 años de edad, llamada Krimhild, vivía en este pueblo. Era albina y de cabellos rubios claros y ojos azules oscuros.
-Eh, Krimhild ¿a dónde vas?- preguntó Marco un joven que venía de otro pueblo para comprar algunas herramientas.
-Voy a comprar al mercado-respondió Krimhild- Mi madre está trabajando y lo mínimo que puedo hacer es prepararle el almuerzo... ¿qué tal va el trabajo?
-Acá pues...trabajando para mantener a mis hermanas-respondió Marco con un aire de tristeza- No quiero que ellas mueran de hambre
-Ya veo...-dijo Krimhild- Ya me tengo que ir-dijo ella repentinamente- Nos vemos luego- le guiña el ojo- ¿está bien?
-Está bien, mándale saludos a tu familia-respondió Marco-Adiós-se despidió el mientras agitaba la mano
Krimhild solo se limitó a sonreír tristemente y empezar a correr para ir al mercado.
...
-Hola papá-saludo Krimhild- Te he traído el almuerzo
-Gracias hija-respondió él- Ya vete a casa antes de que vengan los guardias del Rey a rondar por aquí
-Está bien-dijo ella- Nos vemos más tarde ¿verdad?
-Espero que sí-respondió él- Anda ya, ve
Krimhild salió corriendo rápidamente para poder llegar a su casa. Mientras corría se puso a pensar que podría sucederle si algún guardia la veía.
Ella tenía que ocultarse porqué ya tenía 16 y a esa edad empezaban a llevarse a la jóvenes para algún trabajo forzado. O lo peor, volverse un juguete de algún noble pervertido.
Corría tan distraídamente que no sé dio cuenta de que habían un par de guardias en la esquina de su casa.
-Ah!-dijo ella cuando se chocó con alguien
-Eh...que niña más mona-dijo alguien que no podía reconocer todavía- ¿cuántos años tienes?
Maldita sea es un guardia-pensó ella- ¿Qué voy a hacer?
-Veintiuno señor-respondió ella- Permiso- dijo Krimhild intentando irse
-Oh enserio?-dijo el hombre y la agarró bruscamente de la muñeca- Tienes un cuerpo muy bonito para ser ya una adulta
-Por favor ¡suélteme!-dijo Krimhild empezando a desesperarse
-Eh ya!-dice el hombre y le agarra los brazos- Vamos a divertirnos un rato preciosa-la empieza a arrastrar-
No puede estar pasándome esto-pensó Krimhild- No a mí, no...
-Por favor-dijo Krimhild en su último intento- Déjeme ir...
-Oye! Qué estás haciendo?-dijo de repente un hombre que montaba en un caballo- Deberías estar rondando, no metiéndote con mujeres cualquieras
"Cualquieras" fue un adjetivo que ofendió realmente a Krimhild. Pero ese no era el momento apropiado para estar molesta...
-¿Puedo irme?-preguntó Krimhild
-Espera un momento-dijo él y se bajó del caballo para verla- ¿Cuántos años tienes?
-Veintiuno señor-respondí
-No pareces de veintiuno niña-dijo él mientras empezaba a caminar en círculos- Me vas a decir ahora que edad tienes en verdad
No puede ser-pensó ella
-Dieciséis señores-dijo Krimhild rindiéndose
-Ya veo...-dijo él- Vas a venir conmigo
-¿Qué?-preguntó ella asustada-¡No por favor!-intenta soltarse de las manos del guardia-¡Por favor no!
-¿La llevo señor?-preguntó el guardia aún sosteniéndola
-Sí, tráela-dijo él e hizo una seña con su mano
No puede ser... ¿por qué a mí?
-Por favor! Suélteme! Tengo familia!-insistió Krimhild
-¿Crees que eso le importa al imperio?-pregunto
¿A dónde ire a parar?
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La muñeca del Rey
Romance-Tú solo eres un juguete más-respondio él con aire de desprecio- Simplemente he dicho que me pareces interesante ya que eres diferente a las demás.. -Pruebame Nicholas...pero no vas a derrumbarme tan fácilmente y no creas...que me enamorare tan fáci...