Capitulo 16

8.2K 354 16
                                    

Krimhild

Krimhild PDV

Me quede allí. Ya había pasado casi 30 minutos. La lluvia me había empapado completamente. Me senté apoyándome en la ventana mientras abrazaba mis piernas intentando tontamente calentarme.

No pensé que acabaría así. No creí que hablaba enserio con lo de hacerme sentir miserable. No importa lo que haga, no me rendiré.

Normal PDV

Uno de los sirvientes de Ludmil pasaba por uno de los pasillos y ve a Krimhild sentada en el suelo afuera en plena lluvia. Preocupado, va y abre la ventana, se acerca a ella y la llama por su nombre.

-¡Señorita Krimhild! ¿Está bien?-dijo preocupado

-Tengo...mucho frio-dice Krimhild

-Estas totalmente mojada... ¿que hace aquí?-pregunta

-Yo la he dejado allí-dijo Nicholas que apareció detrás de el

-Pero Señor está lloviendo

-Está castigada-dijo Nicholas indiferente- Avísame cuando le de neumonía

-¡Pero...!-reclamo Liadme

-No los saques...yo la sacare más tarde-ordeno Nicholas y se fue

Krimhild se quedó callada. La única esperanza que tenía era que el sirviente de Ludmil la ayudara pero no fue así. Se resignó a estar empapada.

Era una lamentable muñeca mojada de tamaño real.

-Le diré a mi amo...tal vez en la pueda sacar-le dijo el sirviente y dejo a Krimhild sola

...

Pasaron casi 1 hora cuando Nicholas por fin fue a abrirle la puerta. Ludmil le había estado tocando la puerta insistentemente, pero como no quería abrirle se puso a gritar afuera del cuarto. Decidió salir, decirle que se calle y fue a buscarla. Vio a Krimhild tirada en el suelo y la levanto. El cargo hasta su propio cuarto y cerró la puerta.

Nicholas PDV

Estaba molesto. Ella no me importa en absoluto, sin embargo no podía dormir con la conciencia de que la había dejado afuera y los gritos de Ludmil que no dejaban dormir a nadie.

La lleve hasta mi cama y saque un par de toallas. Empezó a desabrocharle el vestido hasta dejarla desnuda. Después de eso la envolví con una toalla y la acomode en mi cama. Solo la eche ahí con la intención de usarla como almeada (por alguna razón me gusta abrazar cosas cuando duermo).

Por qué tomo tanto cuidado con ella? Ella no me importa en absoluto, es más quiero verla sufrir. Sin embargo no puedo dormir tranquilo sabiendo que ella está afuera mojándose-pensaba

Le oí dar un gemido de incomodidad. Intente cambiarla posición para hacerla sentir más cómoda pero seguía dando esos gemidos de incomodidad.

-Maldita sea-dije entre dientes algo molesto porque no me dejaba dormir- ¿Qué quieres?

Como esperaba no hubo respuesta. Me levante totalmente vencido por el sueño y prendí un poco de fuego a la chimenea. La acosté ahí al costado del fuego para que se calentara. Mientras la dejaba ahí recostada me fui a servir un poco de té negro. Cuando volví ella seguía en la misma posición pero más tranquila. Deje la taza y la levante para volver a llevarla a la cama. Por fin volví a echarme y la acomodé a mi lado. La abrasé y por fin ahora sin más gemidos de incomodidad pude dormir.

La muñeca del ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora