-¡No! ¡No porqué a mí!-gritó la que al parecer se llamaba Elizabeth
Elizabeth tambien tenía cerca de 16 años y tenia los cabellos casí de color naranja y unos ojos negros.
-Que mala suerte la nuestra-dijo Marian lamentandose
-¿Cuál es la diferencia de ser un juguete de nobles ó uno del Rey?-preguntó Krimhild sin entender
-¿Acaso no lo sábes?-preguntó sarcasticamente Elizabeth- Tendrá el derecho de matarnos si así lo quiere
¿matarnos? No quiero morir
-Ya salgan de ahí-dijo la señora aún en la puerta- Vamos a llevarlas al palacio
...
Al llegar a su destino, las tres mujeres destinadas a ser juguetes se quedarón asombradas al ver la hermosura del palacio.
La grandeza de los jardines y de los edificios era increíble. Habían rosas blancas plantadas en todos los jardines.
Pensar que todo esto simplemente es la parte más falsa del imperio-pensó Krimhild
-Siganme porfavor-dijo al parecer una de las empleadas
Las tres la siguierón hasta llegar a una de las tantas puertas, pintada de blanco. Al abrir la puerta pudierón ver una habitación grande con tres camas, un par de muebles y una gran ventana.
-Aquí se quedarán hasta que las llamen-dijo la empleada- Hasta luego- se despidió y se fué
-No importa qué tán bonito sea está habitación-dijo Elizabeth- Iguál moriremos
-No seas pésimista-le regañó Marian
-Pareces tan tranquila-dijó Krimhild
-Es cierto-dijó Elizabeth- ¿No temes por tu vida?
-Yo no estoy tranquila-dijo Marian mientras bajaba la cabeza- Estoy aterrada...¿pero de qué me servira estar así?-continuó ella- No me ayudará en nada llorar
-Tal vez tienes razón-la apoyó Krimhild
-Admiro ese tipo de pensamiento-dijo Elizabeth mientras se acercaba a la ventana- Pero yo tenia una vida totalmente planeada ¿Porque tiene que pasarnos cosas tan desdichadas?
-Pues si que tenemos mala suerte-dijo Marian- Pero que se le va a hacer
...
La primera noche en aquel lugar no fue tán mala como esperaban. Estuvierón hablando toda la noche sobre sus vidas, sus familias y otras cosas. Llorarón, rierón y sin darse cuenta se volvierón amigas.
-Buenos Días!-saludo Elizabeth
-Hoy estás más tranquila-dijo Krimhild mientras tendía su cama
-Es que anoche me despoje de todos mis miedos-dijo Elizabeth con una sonrisa en los labios- ¿Oye dónde está Marian?
-Es verdad...no la he visto-dijo Krimhild recién dandose cuenta
-Voy a buscarla!-dijo Elizabeth y salió del cuarto corriendo
-Eh espera-dijo Krimhild y la siguió
Krimhild empezó a seguir a Elizabeth cuando ella paró de correr.
-¿Qué pasa?-preguntó Krimhild preocupada
-Marian...ya es la primera-dijo Elizabeth- Mira-continuó ella y señalo la ventana
Al ver por la ventana vierón a Marian sentada en una banca juntó a un hombre. Desde lejos no podían identificar quíen era ya que unos arboles tapaban todo. Al parecer los dos conversaban. Hasta que el se paró y ella támbien y caminarón hasta una pequeña laguna artificial donde vierón como Marian se lanzaba al agua y el hombre simplemente miraba como sé ahogaba.
-Tenemos que ayudarla!-gritó Elizabeth desesperada y empezó a correr
-Espera Elizabeth! No podemos hacer nada!-le dijo Krimhil mientras la agarraba del brazo evitando que corra
-¡Es nuestra amiga! ¡No podemos dejar que le pase nada malo! ¿Acaso no estas preocupada?-le grito
-Claro que estoy preocupada, pero no vas a poder llegar a tiempo!-le dijo Krimhild
-No voy a poder llegar a tiempo si me sigues agarrando!-grito Elizabeth mientras se soltaba y seguia corriendo
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La muñeca del Rey
Romance-Tú solo eres un juguete más-respondio él con aire de desprecio- Simplemente he dicho que me pareces interesante ya que eres diferente a las demás.. -Pruebame Nicholas...pero no vas a derrumbarme tan fácilmente y no creas...que me enamorare tan fáci...