Capitulo 7

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Era ya de mañana muy temprano cuando Krimhild se levantó. Miro a su alrededor y no vio a Elizabeth. Se preocupó por ella y rápidamente se levantó de la cama. Se puso su bata y salió del cuarto.

Vio muchas empleadas corriendo por el pasillo. Eso le preocupó más. No era común ver tantas a esas horas de la mañana.

-Eh disculpe ¿podría ayudarme?-dijo Krimhild en su intento vano de hablar con una de ellas.

Ya que nadie le respondía decidió ir a esperarla pacientemente a su cuarto. Regresó hasta la puerta y cuando entró vio que sacaban sus cosas.

-¿Por qué saca mis cosas?-preguntó Krimhild al ver a una de las empleadas sacando su ropa

-Me dieron órdenes de llevar sus cosas a otro cuarto-explicó ella

-Ah ok-dijo Krimhild- ¿Ha visto a Elizabeth?

La empleada se quedó callada.

-No tengo autorizado decirle-explicó la empleada- Por favor venga conmigo

-¿Para qué?-le preguntó Krimhild pero la empleada ya había salido de la habitación y no le quedo nada más que seguirla.

-Este es su cuarto ¿está bien?-dijo la empleada cuando llegaron

-Sí gracias-dijo Krimhild y entró- ¿Quien ha mandado a que me traigan acá?

-Nuestro señor mando a que la cambiemos de habitación-respondió ella- No hay razón para que usted viva sola en esa habitación tan grande

...

Es muy extraño. Todavía no sé nada de Elizabeth-pensó Krimhild

Eran casi las 4am de la mañana y Krimhild simplemente no podía dormir. Estaba preocupada por Elizabeth no sabía nada de ella.

Se acurrucó en su almeada y se tapó con la colcha hasta la cabeza para no sentir miedo. No quería pensar que le había pasado algo malo.

Sintió un ruido ligeramente fuerte pero no se atrevió a ver qué pasaba.

¿Qué fue eso?

Después de un rato sintió otra cosa. Una mano recorriendo ciegamente su cama. Se asustó al sentir el tacto de aquella mano destapándola.

-¡Déjeme!-gritó Krimhild ya empezando a sentirse incomoda

-¿Así tratas a tu amo?-

-¿Qué?-preguntó Krimhild al reconocer la voz

Y cuando se levantó finalmente aclaró todas sus dudas. Era la persona que la trató tan mal cuando ella chocó de casualidad con él.

-¿Terminaste?-preguntó él con aire de molestia

-¿Ah?-preguntó ella

-Bonita pero estúpida-dijo él sarcástico

-No tiene por qué insultarme-reclamó Krimhild pero en ese momento él se subió encima de ella

-Callada-dijo él cuando estaba encima de ella- Eres muy ruidosa... ¿si sabes que te va a pasar?

-¿Qué?-preguntó Krimhild sin entender

-¿No te han dicho ni porqué estás acá?-preguntó con molestia- Tú sólo tienes que hacer lo que te digo y me dejaras hacer lo que yo quiera con tu cuerpo

-Pero... ¿Elizabeth no era...?-dijo Krimhild

-¿Elizabeth? ¿Hablas de la chica qué lanzó por la ventana?-preguntó él

¿Está...muerta?

-No pongas esa cara-me ordenó- Todavía no quiero que la pongas

¿No...Quiere?

-¿A qué se refiere?-pregunto Krimhild

-Cuando te folle-dijo el mientras le empezaba a acariciar el rostro- Quiero que grites mucho ¿estamos de acuerdo?

-Espere ah...basta!-grito ella al sentir su mano rozándole el sexo

-Definitivamente...me voy a divertir mucho contigo

La muñeca del ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora