Capitulo 6

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Le había dicho sí a Austin.
Aquella noche salí de prisa de su casa después de que me abrazó.
Estaba feliz, pero a la vez me sentía ansiosa con respecto a la situación...

¿Qué pasaría la próxima vez que nos encontráramos?

Pensaba en ello hasta que mi teléfono comenzó a sonar.
Era una llamada, de un número desconocido

~ ¿Quién habla? ~

~ Señorita Lydia, soy Joe, el hombre que la recibió el día de ayer cuando vino a visitar a Austin ~
Su voz mantenia algo de apuro

~ ¿Sucede algo? ~ pregunté rápidamente

~Es Austin, el día de ayer su fiebre empeoró... Se niega a ir al hospital y... Pensé que tal vez usted podría ayudarme~

~No puede ser...~
Ayer, hasta antes de salir de su casa, ya no tenía fiebre...

~Voy para allá~
Dije y colgue.
De inmediato pedí un carro que me llevara a casa de Austin

Cuando llegué Joe me esperaba fuera de la casa

- ¿Dónde está? - pregunté por Austin

- Por aquí por favor - dijo y comenzó a avanzar en el interior de la casa

Lo seguí pero esta vez no me llevo a la habitación de Austin.
Nos adentrarnos en la casa hasta bajar unas escaleras.

Estábamos en una parte de la casa que en la cual había una piscina.

- Puede dejar sus cosas aquí - dijo Joe señalando una pequeña mesa

- Gracias - dije y después de hacer lo que me dijo busque a Austin con la mirada...

Al mirar en dirección a la piscina mis ojos se centraron en algo, una mano que se hundía.
Entre en pánico y sin siquiera pensarlo corrí hacia la piscina y me adentre en esta.

Si Austin tenía fiebre muy alta podía haber caído al agua después de perder la conciencia, y si estaba débil ni siquiera podría su cuerpo en el agua...

De inmediato me senté en el borde de la piscina y me deje caer dentro de esta... fue estúpido no pensar que esta parte estaría demasiado profunda... Y yo... Yo no sabía nadar.

Cuando reaccione ya estaba dentro de la piscina, pero de inmediato mi cuerpo comenzó a hundirse.
Intenté todo tipo de movimientos bruscos para no hundirme pero no sirvió de nada.
La desesperación me invadió de inmediato...
Está sensación, el como el agua golpeaba mi cara y mi cuerpo se hundía... De nuevo la estaba viviendo...

Pero no duró mucho.

Fue cuestión de un segundo para encontrarme en los brazos de Austin.
Me abrace a él con fuerza y segundos después, al tranquilizarme note cómo me llevaba a la entrada de la piscina, donde la profundidad era menor.

-Lydia-

En cuanto pude ponerme de pie solté mi agarre y me separé de él mientras lo tomaba por los hombros

- ¿Estás bien? - dije en cuanto mis ojos se encontraron con los suyos

- ¡Ey! ¡Deberías preocuparte por ti!, ¡¿A quien se le ocurre entrar a la parte profunda de una piscina aún cuando no sabe nadar?!- era la primera vez que lo veía molesto, y la primera vez que me gritaba... Pero ni siquiera le tome importancia

- ... - toque su frente - No tienes fiebre

- ¡Por supuesto que no!... - aún mantenia un tono de voz alto, pero después de esto último suspiro y relajo un poco su expresión - Si tuviera fiebre no estaría en una piscina.
¿Crees que me dejarían salir de mi habitación si tuviera fiebre? - su tono era más tranquilo pero aún había algo de molestia tanto en su tono de voz como en su expresión facial

Érase una vez nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora