XII

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Rouz12345, fuiste la que más se acercó, felicidades.

Bulma despertó, encerrada nuevamente, pero en un lugar distinto, suponía que era la cabaña. Estaba sentada en una silla, con las manos atadas en los reposabrazos, y las piernas a las patas de la silla.
Se movió y trató de zafarse, fue inútil. Miró a su alrededor, buscando a Vegeta, no estaba.

¿Qué pasaría, ésta vez? ¿La mataría ya? Sinceramente, ella prefería eso a que seguir viviendo en aquel infierno.

La puerta que tenía en frente se abrió y apareció el pelinegro, mirándola con una expresión neutra que asustaba de sobre manera a Bulma. Temblaba en su lugar, sin saber si podía hablar para tratar de calmarlo,¿Ayudaría si intentaba hablar como una persona normal con él?

— Lo que hiciste fue bastante Estúpido - Definitivamente la voz de Vegeta tenía diferentes matices, dependiendo de cómo esté;su voz volvía a ser dura y fría; estaba molesto - Por culpa tuya... Ahora alguien más murió...

Si la intención de Vegeta era causarle culpa y tormento, lo estaba logrando.

— No... - Y volvía a llorar. Creía que ya no tenía lágrimas para derramar, se equivocaba - Por favor... Ya no hagas esto... Sólo suéltame... Si me amas de verdad... Suéltame,¿Sí? - Rogó. Tenía la leve esperanza de que se apiade de ella.

— ¿Soltarte? ¿Para qué? Tú aún no lo entiendes porque estás muy confundida, pero tú me amas - Bulma negó con la cabeza - Y lo que hiciste hoy me molestó mucho,¿Sabes? - Se acercó a una mesa y prendió una vela - Y... Cuando me haces molestar, debes pagar.

— ¿Qué... Qué me harás? ¿Me vas a matar también?

— No... - Volteó a verla - Pero sí pienso darte una lección para ver si, de una vez por todas, entiendes que eres mía - La tomó del rostro y la obligó a mirarlo. La besó, uniendo sus labios de forma brusca, sosteniendo su mandíbula para impedir que lo alejara.

Bulma sintió algo demasiado caliente, algo quemando la palma de su mano. Quiso gritar, pero el asfixiante y forzado beso se lo dificultaba. Vegeta tenía la vela, goteando sobre su piel, con la llama a un milímetro, sin hacer contacto con ella pero lo suficientemente como para lastimarla.

— ¡Basta! - Mordió el labio de Vegeta hasta hacerlo sangrar. Él se alejó y la miró, con los ojos destellando de ira.

— No quería hacerlo... Te iba a perdonar ésta vez... Pero parece que tú quieres sufrir - Volvió a ir a donde la mesa y tomó una jeringa que tenía dentro un líquido de un verde extraño, volvió a mirarla - ¿Sabes qué es esto? Esto es un veneno que no te mata, pero hace a tu cuerpo experimentar un horrible dolor.

— ¿No pensarás...? - Ni siquiera necesitó terminar la pregunta porque sabía que lo haría en cuando se le fue acercando - ¡No! ¡Oye,no! - Era inútil tratar de evitarlo. La aguja se incrustó bajo su piel y el líquido pasó a sus venas.

— No quise hacerlo... Pero tú te lo buscaste - Retrocedió y se sentó en otra silla, para ver cómo el cuerpo de la peli-azul reaccionaba.

Un calor subió por su cuerpo, desde sus pies hasta su cabeza. El calor fue incrementando hasta un punto en donde empezó a volverse insoportable y desesperante. Dolor... El calor se convirtió en un dolor que asemejaba a Miles de picaduras de abejas por todo tu cuerpo.

— ¿Qué es... Qué es lo que me hiciste? - Se retorció en su lugar, el dolor era tan fuerte que le llegó a quitar el aire por momentos. Quería gritar y gemir de dolor, pero su estómago y garganta ardían demasiado en el dolor abrumador como para lograrlo - Haz... Haz que pare... ¡Haz que pare! - Dolía mucho, demasiado.

Vegeta la veía, llorar en seco y hacer las muecas más dolorosas que podía. Se levantó ante su pedido y tomó otra jeringa con otro líquido de otro color. La observó, empezaba a convulsionar y a desgarrar su garganta en gritos amortiguados por el dolor y la incapacidad de lograr emitir los sonidos.

— Esto te ayudará a calmarte - Le comentó - Pero tienes que prometer que, de ahora en adelante, harás todo lo que yo diga y te vas a comportar como mi mujer, como ésa que me ama,¿De acuerdo?

— De-de acuerdo, sí - Logró decir. Aceptó, estaba demasiado desesperada, el dolor era inaguantable, tanto que tenía que sumir ante sus pedidos. El corazón empezó a dejar de latir, como si no estuviera funcionando bien - Ya... - Otra de las cosas que causaba ése veneno era detener tu corazón por largos segundos haciendo que el miedo y la sensación de estar muriendo de la manera más lenta y tortuosa. Hasta respirar era imposible.

— Buena decisión - Volvió a inyectarla. Para cuando se dió cuenta de ello, el dolor había disminuido, su corazón empezaba a latir y unas terribles ganas de dormir se apoderaron de ella, estaba cansada y sin ganas de luchar.

— Vamos a dormir - Vegeta la liberó de sus amarres y la cargó en brazos, la llevó en una habitación y la acomodó. Bulma no decía nada, el cansancio y los traumas le pasaron la factura, así que no tenía ganas de más que dejarse hacer. 

El peli-negro se recostó a su lado, abrazando el cuerpo ajeno. Ahí la tenía, tal como quería, tan vacía, herida... Tan muerta en vida. Una silenciosa lágrima cayó por los ojos de la joven que perdió total esperanzas y dejó de luchar. Se había resignado a aquel infierno.

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Estoy corta de imaginación así que no me regañen tanto si salió mal. XD. Disfruten su lectura y lamento los errores en la narración o lo que sucedió ahí,(por si no me interpreté bien). Nos leemos.


Psicópata [Vegebul]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora