El mayor tesoro.

Preludio

Aun podía recordar aquel día, aquella extraña forma en que todos los sucesos se unieron para dejar su corazón por el suelo.

La forma en la que Geralt miraba a Yennefer, la forma en que el brujo quería aferrarse a aquella mujer, era abrumadora, Jaskier solo podía sentarse y mirar en silencio, esperando que aquella tormenta pasara a su lado, intentando ignorar el nudo en su pecho.

Desde el primer momento que había visto a Yennefer sabía que su mundo con Geralt había cambiado, aunque siempre había viajado a su lado, se habían separado y vuelto entre los caminos, incluso cuando ambos tenían sexo ocasional con mujeres, había una extraña esperanza que le decía al bardo que lo que ocurría entre ellos era diferente. Que había amor cuando Geralt le tocaba, incluso cuando no demostraba emoción, la esperanza siempre estaba ahí como un pequeño rayo de calor en la mañana.

"Porque siempre que me encuentro en una pila de mierda, estás tú, amontonándola"

"Si la vida me diera una bendición sería sacarte a ti de mi vida"

Las palabras hicieron eco en su mente, un rastro de culpa y de autodefensa le hizo quedarse sin palabras y se giro para "conseguir" la historia a los demás.

Buscó sus cosas entre el campamento, acariciando a Roach de manera suave, apoyando su frente contra la cabeza del caballo.

—A ti te extrañaré mas que a él, sabias decir mas palabras.—Dijo claramente en broma, con su voz inestable, acariciando hacía atrás el largo cabello de la yegua. -Cuida de él...

—Espero no entrometerme, y al igual que ellos, ahorrarte dolor mas hacía adelante.—Jaskier se sobresaltó y giró para verle de frente. —Dejalo ir, las personas unidas por el destino siempre se encuentran...—Apretó el hombro suave del bardo y sonrió un poco.—Confía en mí, hijo, hay tesoros que merecen ser protegidos... —El dragón tocó suavemente el estomago del bardo. —Bueno, será mejor volver, tengo asuntos que resolver.