El mayor tesoro. (Fin)

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Jaskier abrió los ojos en el pequeño cuarto, los brazos firmes a su cintura aún le acunaban y se estremeció ante la lenta respiración tras su oreja, la pequeña cama hacía que fuera la única posición posible en la que ambos pudieran estar dentro.

Su cuerpo estaba húmedo por el calor y su cabello revuelto, movió su cadera y gimió en voz baja cuando la cadera de Geralt se contorneó, sacando su polla de dentro del omega. 

Jaskier aún estaba enojado consigo mismo, debería haber dicho que no cuando Geralt le había propuesto eso, pero la emoción del momento y la seguridad que había en las palabras del mayor habían sido abrazadoras. Su nuca aún ardía un poco por la mordida y su cuerpo tenso, lleno de pequeñas marcas donde su alfa le había besado, Geralt se había tomado su tiempo, de forma minuciosa y pasional había tratado su cuerpo. 

El castaño se sentó en la orilla de la cama, paseando sus manos por su cabello, debía ser un error, había una voz bastante grande y razonable que le decía que había echado las cosas a perder. Ahora, con la marca, las cosas parecían diferentes, él no estaba seguro de que pudiera dejar ir al mayor.  No cuando ya lo había tenido por completo.

Había escuchado historias durante toda su vida de como sería ese momento y ninguna se acerca tan solo un poco a lo que en realidad era. En cuando la mordida había caído en su cuello una oleada de calor abrazadora le hizo estremecer, seguido por un sentimiento inigualable, estaba seguro de que sus sentidos se habían agudizado y ahora podía sentir el doble de todo. 

Un gruñido se hizo presente en su espalda y Geralt se levantó tomando su ropa, la mirada fija y la extraña sensación seguía en el ambiente. 

El castaño no tardó nada en descifrar la mirada del brujo, si bien nunca había sido demasiado hablador, podía reconocer bien sus expresiones.

—¿Crees que me arrepiento?—Preguntó lo mas tranquilo que pudo mientras se ponía de pie, quedando frente a él. Geralt le tomó el rostro con cuidado, pasando uno de sus pulgares sobre la marca y haciendo al menor estremecerse de entre placer y alivio. Podía sentir el vinculo entre ellos, podía sentir como se sentía Geralt en ese segundo, una mezcla de pánico, inseguridad y desgarradora melancolía. 

Se alzó y besó sus labios en un corto beso, las manos gruesas ajenas se pasearon hasta su cadera y le sostuvieron por ahí con dureza. 

Ninguno estaba seguro ahora que pudieran separarse.

—Debo partir ya...—Murmuró Geralt con la voz ronca, era temprano por la mañana.

—Lo sé...—La voz del bardo fue baja, intima, sin emoción mientras se separaba para vestirse, ambos lo hicieron en silencio y se dirigieron a la parte anterior de la casa, Ciri estaba arreglando a Roach y Yennefer solo estaba sentada, esperando por el brujo.

La mujer abrió los labios y se quedo callado viendo la clara marca en el cuello de Jaskier, este elevó los hombros en una pequeña explicación, la verdad, no podía explicar eso. La hechicera rodó los ojo y miró con molestia a Geralt antes de acercarse al bardo y tomar una de sus manos.

—Tú sabes que esto no va a ser fácil, Jaskier, espero estes bien y nos volvamos a ver.—Le apretó en un ligero abrazo y se separó.

Ciri casi saltó a los brazos del castaño, pequeñas lagrimas corrían por las mejillas de la niña.

—Te voy a extrañar mucho y a Gabriel...—Murmuró apretando mas el abrazo.

—Yo los extrañaré a todos, cariño, no llores, nos volveremos a ver.—Respondió acariciandole el cabello de manera tranquila, tomó su mentón y le sonrió.—Trabajen duro para sorprenderme mas adelante.—Le guiñó el ojo, ahogando toda la sensación de querer llorar.

El mayor tesoro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora