Suyo.

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-Quédate con Roach, no tardaré.-Ordenó Geralt mientras ingresaba a la pequeña tienda de empeños y variedades, pues en el mercado le habían dicho que era el único lugar donde podría conseguir un poco de aceite para las lamparas. Solo estaba siguiente el capricho de Ciri por las noches, ya que ella tenía miedo a la oscuridad y había alegado que sus ojos no servían igual que los del brujo. Lo cual era entendible, no lo hacían.

-Necesito aceite para lamparas.-Dijo el brujo pasando a la pequeña tienda, el hombre tras el mostrador asintió de manera calmada.

-¿Cuántas botellas?-Preguntó mientras sacaba algunas de bajo el mesón.

-Dos estarán bien.-Dijo buscando las monedas y se detuvo al ver el laud polvoriento colgado a la pared.-¿De dónde conseguiste eso?-Un gruñido amenazante escapó de su garganta.

-¿Te interesa la música? No sabía que a los brujos les gustara.-Comentó descolgando el objeto y soplando el polvo de este.

-¿De dónde lo sacaste?-Volvió a preguntar, extendiendo su mano y tirando de la ropa ajena, acercando a su rostro.

-N-No puedo responder eso...-Dijo el hombre intentando liberarse.-Es...Por seguridad de quien me trae los objetos.

-Nadie te traerá ningún maldito objeto mas si no me dices de donde lo conseguiste.-Gruñó mirando de reojo el laud, estaba seguro que habían miles de laud mas en el mundo, pero había visto ese miles de veces antes, durante años ese pequeño y molesto objeto había estado rondando a su alrededor.

-No puedo...-Intentó otra vez el hombre.-¿Acaso es muy caro?-El hombre soltó un pequeño grito cuando la mano apretó mas fuerte.-¡Esta bien, esta bien! Julian, su nombre es Julian...Es un omega que llegó al pueblo hace unos meses, él lo trajo a mí.

Geralt soltó con cuidado al hombre y dudó un largo rato, en silencio, Jaskier había revelado su nombre real al pasar unos años a su lado, pero nunca jamas le había dicho eso a alguien mas, en ningún pueblo, ni a nadie a quien el bardo no confiara ¿Por qué a ese hombre? Apretó los puños con fuerza.

-¿Lo vas a comprar?-Preguntó con temor el hombre, sin saber que mas hacer.

Geralt dudó y negó con la cabeza, tirando las monedas del aceite sobre el mesón y se retiró, incluso si Jaskier había vendido el laud, seguramente fue hace meses y estaba lejos del lugar, pero la sensación de que algo estaba mal seguía rondando su mente. Jaskier hacía todo con ese maldito laud, no lo dejaba por nada en el mundo y ahora ¿Lo había vendido? ¿Habría perdido una mano? Un bufido molesto se presentó en sus labios.

-¿Ya las tienes?-Preguntó Ciri mientras tiraba de las correas de Roach para que caminara tras de Geralt, el cual había pasado caminando delante de ellos sin molestarse en decir palabra.-¿Geralt? ¿Pasó algo?

-Nada, camina.-Ordenó siguiendo el camino directo a la posada, ¿El tendedero sabría qué camino eligió el bardo? Lo dudaba, exhaló molesto y una vez fuera de la posada, ató a Roach en el establo y se dirigió al interior con la niña.-Yenefer ¿Conseguiste cuartos?-Preguntó alzando la vista y encontrándose con Jaskier.

Su respiración se enganchó en la garganta al verle tras el mesón de atención, se veía demasiado diferente a la ultima vez que se vieron, el castaño parecía tener el cabello ligeramente mas largo y sus finas ropas de seda habían sido cambiadas por una camiseta blanca y un pantalón negro. El aroma a miel y flores estaba flotando por todos lados y su vista se detuvo en el pequeño bulto en los brazos del omega.

-Geralt...-Murmuró apenas audible el joven y apretó un poco mas al bebé entre sus brazos, como si deseara protegerle de los recién llegados.

El mayor tesoro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora