Dulce amarillo.

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Los alfas son guerreros desde su concepción, fuertes e instintivos, protectores y algunos muy obstinados, la mayoría de ellos tienen trabajos que implican la fuerza.Narraba un viejo sacerdote a su pequeña clase de 8 alumnos.

¿Cómo los caballeros, todos ellos son alfas?Preguntó un joven alzando su mano.

Algo así, la mayoría lo son, pero hay betas que son igual de fuertes, todos somos distintos y tenemos capacidades distintas.

Entonces ¿Un omega puede ser un guerrero?Preguntó otro de los estudiantes y una corta risa escapó de los labios del anciano.

No...Los omegas son frágiles, demasiado pasionales, muchas veces ellos no pueden defenderse solos...

-¿Y qué trabajos tienen los omegas?

Oh, ellos pueden ser cocineros, costura, pero en general, el trabajo mas valioso de ellos es que pueden llevar vida en su vientre.

Jaskier se removió entre sus sueños, inquieto, habían pasado años en que no soñaba con el templo donde había recibido gran parte de su educación, abrió los ojos con pesar entre la oscuridad del cuarto y se volvió a cubrir hasta la cabeza con las mantas para ocultarse del frío abrazador de la madrugada. Sus ojos seguían pesados y se abrazó a la almohada, demasiado cansado para ser arrastrado por el sol tenue que se filtraba por las ventanas.

Seré un bardo.Dijo Jaskier con una luminosa sonrisa, llena de sueños y esperanzas, las risas de sus amigos se hicieron presentes de inmediato.

Eres un idiota, los omegas no pueden ser bardos, Julian, te van a violar en el camino o te marcaran cuando las cosas se pongan feas ¿Cómo vas a salvarte de las travesías si con suerte sabes ocupar una espada?

Aprenderé, seré el bardo mas nombrado de todo el mundo.Dijo obstinado mientras rasgueaba su laud.

Eres un tonto lo que te falta es un buen alfa.

Jaskier se sentó de golpe en la cama, con un sabor amargo en la boca de aquel ultimo sueño, aún podía recordar el día en que se marchó de casa, los gritos de su padre tras él.

"¡No vuelvas si eliges ese camino! ¡Volverás preñado como una puta! ¿Eso es lo que quieres Julian? ¡Eres una deshonra!"

Las nauseas le golpearon fuerte y corrió hasta la mesa donde había una jarra, devolviendo su estomago en ella y sintiendo el aire quemar por su tráquea, habían pasado años que no pensaba en aquello. Siempre que eso pasaba se decía así mismo que él era diferente, alguien fuerte, brillante y además inteligente, lo suficiente para ocultar que era un omega. Lo suficiente para valerse por si mismo muchos años, luego lo suficiente inteligente como para aferrarse al brujo.

Salió de su cuarto con sus pertenencias y se cruzó con la hechicera de frente.

—Oh, Jaskier.-Dijo ella con una agradable sonrisa.

—Oh yo...Ah...—Hizo una seña con su mano.—Creo que olvidé su nombre, perdóneme.

—Pues yo no me he presentado, soy Angeline...—Dijo de manera amable.—¿Ya te vas de la ciudad?

—Sí, intento alejarme lo mas que pueda de la guerra, mientras mas millas lejos, mucho mejor.

—Oh, eso es raro, considerando que un bardo busca las experiencias para cantarlas.

—Si...Yo, no puedo hacer eso por el momento, supongo que es mi retirada.

—¿Es por el bebé?—Preguntó extendiendo su mano para tocar el vientre ajeno y el castaño la detuvo, dando un paso hacía atrás.

El mayor tesoro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora