Acompaña a Diana en su aventura por la vida después de que decide escapar de las reglas y rutina que ha seguido desde que tiene memoria, cuelga sus patines y se aleja de la pista de hielo que la ha visto crecer.
Una noche de rebeldía es la causa de...
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Al ver la Noria a lo lejos, sé perfectamente cuántos minutos faltan para llegar al muelle; 4.
Antes de llegar pasamos al hotel donde los chicos de anoche se hospedan, pensé que los veríamos a todos, pero solo Amber apareció en la entrada, vistiendo los shorts más cortos que he visto en mi vida y una diminuta blusa (definitivamente le dará pulmonía con eso), supongo que en Canadá no se puede usar cierto tipo de ropa sin morir de frío y ya que ha comenzado el verano por acá se tiene que aprovechar. Los chicos tuvieron la iniciativa de llegar durante la mañana para poder acomodar los instrumentos y ensayar.
Erick aparca la van en la entrada principal para bajar los instrumentos, Kal da un vistazo tras nosotros, una van más moderna se estaciona a unos metros lejos de la entrada, son de esas camionetas que rentan los turistas cuando visitan L.A.
En seguida veo bajar a Greta junto con una chica delgada y muy pálida (a estos chicos les hace falta un poco de sol), otro chico grita su nombre "Layla" por lo que intuyo que ese debe ser "Liam", de los que hablaban anoche, bueno, este último encajaría perfectamente en Los Ángeles, piel morena, estilo playero, tatuajes que cualquier surfista tendría, cabello negro y alborotado, se ve como alguien que Paula se tiraría sin piedad hasta que salga el sol (ella dijo eso una vez).
Rosita fresita camina hacia mí con una gran sonrisa en los labios, su amiga que viene a su lado no parece muy contenta.
—Tendrás un día de chicas —habla Kal mirando a las chicas también.
—Prefiero a los chicos —comento arrugando la nariz.
—Si a esas vamos, solo te dejare ir con los gays —señala al moreno y el rubio.
—No puedo creer que sigan vivos después de lo de anoche —digo mirando a esos dos que andan con lentes de sol.
—Probablemente se están muriendo ahora —comenta sonriendo malicioso. Creo que le gusta ver a otros sufrir.
—¡Hola! —habla Greta llegando a nosotros—. Ella es Layla, Layla ella es Diana y Kalev, el hermano de Ian.
La chica abre sus enormes ojos mirando a Kalev, no dice nada, pero presiento que todos se sorprenden por el parentesco de esos dos.
—Bueno, diviértete —Kal me da un beso en la mejilla.
—Espera... —lo detengo.
—Diana, ve y diviértete con tus nuevas amigas, yo estaré ensayando —me guiña sonriente—. Te veo frente al escenario —me entrega un pase amarillo con el nombre de la banda escrito—. Iré a saludar a mi hermano, hasta luego chicas.
—Hasta luego —responden las dos.
Amber se nos une al momento.
—Chicos —dice rodando los ojos—, quieren probar quien puede más.
