Acompaña a Diana en su aventura por la vida después de que decide escapar de las reglas y rutina que ha seguido desde que tiene memoria, cuelga sus patines y se aleja de la pista de hielo que la ha visto crecer.
Una noche de rebeldía es la causa de...
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Esta historia siempre fue sobre Kalev y como lo conocí.
La primera vez que lo vi, debo confesar que no me pareció la gran cosa, un chico mas de Los Ángeles, músico, fumador y rompe corazones, nada que no tuviera cualquier otro. Me equivoque.
Para mí siempre será el amor de mi corta e increíble vida. Cuando dije que sabía perfectamente que él sería al único que querría, es porque en mi corazón no hay manera que Kal no sea el dueño de mis sentimientos más profundos y sinceros.
Por lo que resta de mi vida y la eternidad de mi muerte.
Soy una egoísta, me iré a la tumba con eso. El remordimiento de querer una vida que no pude disfrutar. No quise decirle nada a nadie, en especial a él, tenía miedo de que si se enteraba me dejara antes de darnos una oportunidad. El engaño con Paula me dolió, pero después de escuchar al doctor, de saber que me quedaba poco tiempo, lo que hizo no importaba, solo quería sentirme querida, amada por alguien a quien conocí de una manera poco habitual en un bar.
El chico de cabello largo, ojos marrones, labios apetecibles (los cuales siempre truena por alguna extraña razón), con aliento a tabaco, perfume fuerte y embriagador. Kalev Rymer, el destrozado Kal... aquel que ahora llora en el pasillo por mi culpa.
Diana, nunca debiste enamorarte de él —deseo con las pocas fuerzas que me quedan.
No me arrepiento.
Sé que soy la causante de mucho dolor, mis padres, mis amigos y el hombre al que quiero, pero no puedo... simplemente no puedo.
Vivir el momento.
No se cuantas veces lo he repetido.
La vida es tan corta que, en una fracción de segundo pasas de estar usando pañales a preocuparte por depilarte, cambias el biberón por cervezas, después creces en casa de tus padres y terminas en un lugar completamente distinto, viviendo junto a una persona que conociste durante el trayecto de tu vida. Si estas dispuesta, como mujer, puedes tener hijos, vivir el mismo proceso, pero ahora del otro lado de la moneda. Es un ciclo infinito.
¿Por qué estamos aquí?
Me lo pregunté cuando sentí que el reloj de arena que simboliza mi vida se estaba vaciando.
Mi propósito no era ganar medallas o ser famosa por dar piruetas y presentar una coreografía perfecta sobre el hielo. Yo lo resumo como: El propósito de cada ser humano es vivir, tan simple como eso.
Pero la palabra vivir, esas cinco letras cuestan tanto. Nadie nace con un instructivo que diga: "Los pasos a seguir para vivir", lo que aprendí en mi trayecto de vida (muy corto, solo 23 años), es que cada momento importa, cada una de tus acciones tendrá un significado más o menos fuerte en tu vida.
¿Qué hubiera pasado si me hubiese alejado de Kalev antes de que me besara? O mejor aun ¿Qué si no hubiera ido aquella noche a ese bar?... ¿Qué si jamás hubiera intentado el salto que termino con mi vida?
