𝑪𝑨𝑵'𝑻 𝑺𝑻𝑶𝑷 𝑻𝑯𝑰𝑵𝑲𝑰𝑵𝑮 𝑨𝑩𝑶𝑼𝑻 𝑼 ━ "Desde la primera vez que te vi no pude evitar el deseo de conocerte"
La primera vez que Leeteuk vio a Emilia no pudo dejar de pensar en ella, una extranjera perdida en Seúl que se robo su corazón...
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Como de costumbre pasaba a la tienda de bubble tea antes de regresar a la oficina, esto había surgido con un pequeño incidente que tuve en mis primeros días trabajando pero ya era prácticamente parte de mi rutina.
—Me podría dar dos bubble teas —ordenó en la caja.
—¿Cómo serían?
—Un té verde de mango, con perlas de tapioca, no muy dulce y con poco hielo, el otro un té helado con leche de chocolate con espuma de leche y perlas, dulce y con hielo regular
—Claro, serían ₩8,500 — le pague a la chica que me atendía — en unos momentos estará lista su orden
Tome asiento para esperar por mis bebidas, era gracioso pensar como me he vuelto una experta en pedir bubble tea, aún recuerdo la primera vez que ordene y no tenía ni idea de lo complicado que sería con mi poca fluidez en el idioma. Mis bebidas no tardaron en estar, así que salí del lugar para caminar a mi destino.
—Me recuerdas porque siempre tengo que ir yo por las bebidas mientras tu esperas — digo cuando llego a la banca en la que está sentado un chico con sudadera con gorro y lentes oscuros.
—Porque tú llamas menos la atención — me responde emocionado luego de tomar su bebida de mi mano.
—Te recuerdo que soy extranjera y no tengo rasgos asiáticos — le reclamó con una sonrisa.
—Y por eso me agradas, no sabias de mi hasta que nos conocimos por el boba — me responde sonriente.
En eso él tenía razón, antes de llegar a Corea del Sur, apenas y sabía de un grupo de kpop y máximo 4 canciones del género, sabía un poco de la cultura por mis clases de coreano pero fue más por la iniciativa de mi hermana que las había tomado.
—Entonces sólo me usas para que te traiga bubble tea — le digo exagerando indignación — y yo que pensé que éramos amigos
— Si no lo fuéramos no pagaría por tu boba — dice bajando sus lentes de sol y haciendo una especie de puchero por beber con el popote.
—Entonces debería sentirme afortunada de ser considerada tu amiga — digo irónicamente.
—Deberías — dice luego se levanta y debo correr un poco para alcanzarlo.
—Tienes razón con tu imagen de indiferencia, no parece que seas muy amigable — admito divertida.
—Oye, no puedes decir nada de mi si tu eres casi igual — me reclama sonriendo.
—Bueno ya, somos unos antisociales que se hicieron amigos — comentó divertida.
