10.

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Martín Vargas.

Estábamos en la cena navideña, al final habíamos quedado que sería en la casa de Damaris, la madre de Lu, no negaría que todo esto me ponía nostálgico, y es que han pasado demasiados años, me impacté al hacer los números en mi cabeza y darme cuenta que hace quince años tengo a Lu en mi vida.

La vi, llevaba puesto un enterizo de pantalón color vino, su cabello suelto, y en su rostro una leve sombra del color del vestuario y un labial suave, sonreí y me acerqué a ella y pasé mi mano por su cintura.

—Miren que grandes que están, y en aquella foto estaban tan chiquitos. —decía Damaris mientras ponía su mano en su pecho.

Me giré a ver la foto que estaba sobre un mueble con otras fotos, tomé la foto en mis manos y sonreí al verla.

— Fue la primera navidad que pasamos juntos. —dijo mientras ponía su cabeza en mi pecho.

«El Martín de ocho años corría junto a Lucia, jugabamos al escondite con Simón.

Tomé la mano de Lucia y nos escondimos debajo de las escaleras, estábamos abrazados para poder entrar ambos en aquel estrecho lugar, cuando mi madre nos vio decidió tomarnos una foto.»

—Me alegra muchísimo que se  hayan arreglado, no tienen idea, ustedes están destinados a estar juntos, y lo saben. —decía mi mamá.

Lucia es el amor más grande que he tenido en mi vida, y plasmar lo que sentía por ella era una tarea imposible, y es que siendo honesto, jamás creí que mi mejor amiga se fuera a conventir en el amor de mi vida, porque eso era, el amor de mi vida.

—Los años vuelan —habló Isaza— este par hace nada andaban en los pasillos del colegio, Martín jodiendo a Lucia y Lucia harta de lo majadero que era Martín. —decía riendo.

—De majaderos no puedes hablar donde eres uno de ellos. —decía Mar para después reír.

Pude notar como aquel par se veía con amor genuino, y es que en cuestión de semanas se habían enamorado, Juan Pablo la veía como si fuera el tesoro más precioso que tenía. Y lo entendía, porque con ese amor, si no es que más, yo veía a mi novia.

Después de cenar y sentarnos a conversar entre todos, para pasar un rato agradable, alguien llamó a la puerta.

—¿Será Laura? —dijo doña Clemencia.

—No creo, ella dijo que venía para año nuevo, además no sabe donde vive Damaris. —dijo Villamil.

—Iré a ver quien es. —dijo Lu poniéndose de pie y caminando hacia la puerta y yo me perdí en su figura.

—¡¿Qué haces aquí?! —la escuché gritar.

Me puse de pie rápidamente y caminé hasta la puerta, detrás de la puerta estaba Alexander.

—Lucia, déjame pasar, por favor. —le pidió, la tomé de la mano y la hice hacia atrás y él entró.

—Alexander pregunté algo. —se veía tremendamente asustada.

—No puedo dejarte ir tan fácil, Lucia te amo, no puedo no hacerlo, yo estoy enamorado de ti, eres el amor de mi vida, yo vine hasta acá para perdonarte todo, todo lo que quieras, pero casate conmigo. —dijo sacando una pequeña caja de su bolsillo.

Todos los presentes en aquella casa habían visto tal escena, parecía sacada de telenovela mexicana o algo similar.

—No, Alexander, puede que sea "el amor de su vida" —decía mientas hacia comillas con los dedos— pero no el amor para su vida, y ahí hay una gran diferencia.

—Lucia por favor, casate conmigo, hagamos como que esto no pasó, solo acepta. —dijo tomándola del brazo y ella hizo una mueca de dolor.

—Hey, ya ella dijo que no, Lucia no es una empresa o una acción que pueda comprar, ella ya dijo que no, y al primer no usted debió entender. —dije apartando con cuidado a Lucia de él.

—Tú no te metas, músico de quinta, es algo entre ella y yo. —dijo.

—Mire, el que insulte mi carrera como músico me da muy igual, pero le pido que la dejes. —dije tratando de mantener la calma.

—Lucia explícale a éste vato que no lo quieres y que la noche que tuvieron fue insignificante, y que yo te lo hice mejor —dijo orgulloso, un acto repugnante.— dile y cuéntale. —dijo jalándola de la cintura.

Con cuidado la aparté nuevamente e Isa se puso frente a ella y Villamil y mi hermano hicieron lo mismo.

El me empujó y me tiró un gole pero logré esquivarme, lo golpeé en la nariz me tiré sobre él y empecé a golpearlo, lanzó un par de golpes pero debido a la adrenalina de la situación no sentía nada, estaba cegado por la ira y centrado en pegarle.

—¡Martín basta! —escuché la voz de Lucia y automáticamente me detuve.

Me levanté y él hizo lo mismo y me empujó nuevamente, ella quitó a Isaza de su camino y caminó hasta él, para pegarle una cachetada, el impacto de su mano contra mejilla sonó fuertemente.

—Quiero que se largue de mi casa y de mi vida, y si vuelve a estar cerca de mí o de mi familia, lo voy a denunciar por hostigamiento. —dijo molesta, su voz no se quebró ni un segundo, su carácter estaba más que formado.

Alexander no dijo nada y se fue, Lucia tiró la puerta y me tomó de la muñeca.

— Perdón todo este show —dijo apenada— por favor sigan, yo iré arriba para curar a Martín.

Los demás asintieron y fuimos a la habitación de su madre para que ella curara mis heridas.

Tener de nuevo| Segunda temporada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora