07.

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Lucia Osorio.

Llegamos a casa después del evento, le di las buenas noches a mi mamá y fui hasta la habitación donde estaba durmiendo con Alexander.

—¿Y bien? —dijo viéndome—

—Siéntese —dije señalando la cama—

—No, no quiero discutir, tú sabes que podemos mejorar ésta situación —dijo mientras empezaba a besar mi cuello—

—No, Alexander, tenemos que hablar—dije separándome de él, suspiró frustrado y se sentó en la cama— es necesario hablar, Alex, yo de verdad agradezco todo lo que ha hecho por mí desde que llegué a México, este año juntos, ha sido increíble, pero tengo que ser sincera y decirle que le fallé, estuve con alguien más, no hace falta que diga con quién fue, solo quería serle honesta y decirle esto, lo lamento tanto, usted no se merecía eso, usted es un hombre maravilloso, y no, no busco que me perdone, estoy finalizando esto. —dije—

Llevó sus manos a su rostro, y no dijo nada, me sentía mal, pero me sentía aún peor ocultándole todo esto.

—Doy mi renuncia a la empresa para quedarme en Bogotá, perdóname.

Saqué mi pijama de la maleta y me fui a dar una ducha y dormí al lado de mi madre, ella no preguntó nada y me hizo campo a su lado.

-

Me desperté y me levanté, lave mi rostro y salí a desayunar, me encontré con Alex ya vestido para irse mientas bebía un café.

—Días. —me limité a decir—

—Días. —me respondió—

—¿A qué hora sale el vuelo? —le pregunté al ver su maleta—

—A las once, necesito que vayas a México si vas a renunciar, para que firmes, puedes ir y venir hoy, la empresa cubre los gastos.

Miré a mi madre y ella se encogió entre hombros, miré el reloj, eran las nueve, desayuné y me di una ducha, hice una pequeña maleta y me fui con él hacia el aeropuerto.

-

—Ya está. —dije firmando—

—Gracias, y gracias por ser honesta, espero que te vaya bien—dijo sonriendo sin mostrar los dientes— aunque estoy dispuesto a perdonarte y hacer que esto jamás pasó. —dijo tomando mi mano—

—Gracias a usted, pero no, lo hago por el bien de amos, —dije para después salir de la oficina—

Caminaba hacia la salida y vi a mi amiga salir con la peor cara.

—Mariana ¿Qué pasó? —dije jalándola del brazo—

—Ay Luci, estás aquí —dijo abrazándome— me despidieron. —dijo triste—

—¿Cómo que la despidieron? —dije sorprendida—

—Sí, pues no puedo hacer nada, me toca ver qué hago. 

—Mire, yo me voy para Bogotá, acabo de terminar con Alexander, larga historia, decidí que lo mejor era renunciar, pero sabe que en Bogotá tiene una casa. —dije sonriendo—

—¿Qué tan en serio me dices lo de en Bogotá tienes una casa? Luci no quiero volver con mis padres, ¿Crees que puedo irme contigo para Bogotá? 

—Claro que sí, yo los primeros días viviré con mi mamá, pero en cuanto logre estabilizarme alquilaré algún departamento o casa. 

[...]

Estaba alistándome para irme hacia mi nuevo trabajo, por suerte Mariana y yo fuimos contratadas, no mentiría, había sido gracias a Villamil, trabajaríamos en la empresa de su padre.

—Exitos mis niñas —se despidió mi madre para darnos un beso en la frente recordándome a cuando iba al colegio y se despedía de mí y de Martín— 

Teníamos menos de una semana en Bogotá y mi mamá quería a Mar como si fuese hija suya.

Tomamos un taxi y fuimos hasta la empresa para empezar, en cuanto llegamos don Mauricio nos saludó y nos dio una linda bienvenida. 

Estaba en lo que era mi pequeña oficina, y la puerta se abrió y Juan Pablo entró en ella con una amplia sonrisa.

—Buenos días Licenciada Osorio ¿Cómo le va en su día de trabajo? —dijo sonriendo—

—Hola, gracias de verdad Juan Pablo, lo necesitaba, y gracias por ayudar a Mar. —dije sonriendo—

—No es nada Luci, estamos para ayudar.

—¿Qué anda haciendo por acá? 

—Bueno, ando con los muchachos, quisimos pasar por ti para ir a comer, ya casi sale ¿Cierto? —dijo viendo su reloj—

—Sí, iré si Mar puede ir —dije viéndolo—

—Claro que puede ir, es una buena niña. 

Se quedó hasta que el reloj marco las 5:00pm, tomé mis cosas y le avisé a mi amiga para saber su opinión y aceptó.

—Muchachos —dije cuando llegué afuera— ella es mi mejor amiga. —dije tocando el hombro de mi amiga—

—Mariana Mendes un gusto —dijo sonriendo—

Los muchachos se presentaron, noté como mi amigo de sombrero no quitaba la vista de ella, indicándome que tal vez mi amiga le gustaba.

Tener de nuevo| Segunda temporada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora