Cap. 20: Gracias por abrirme los ojos

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Levi y yo caminábamos a través de los espesos árboles, las quemaduras bajo mis ojos que se extendían por las mejillas sonrosadas por el ligero calor de la larga caminata escocían un poco. Intentaba disimular el hambre que sentía como mejor podía, llevábamos varias horas andando intentando buscar la salida del bosque; Levi no tenía reservas de gas en su equipo y yo tuve que deshacerme del mío para poder escapar del titán, así que estábamos fastidiados.

Desde que nos encontramos yo había guardado silencio mientras que él hablaba, hacía semanas que le había pedido que se alejase de mí y ya volvíamos a estar juntos por un medio u otro. El destino era cruel conmigo.

Levi levantó la vista al cielo que ya estaba medio oscurecido por la falta de luz solar, los titanes no tardarían en quedarse inmóviles estuvieran donde estuvieran en aquel momento.

— Tenemos que parar a descansar, intentemos encontrar alguna cueva o algún hueco en el que poder estar cómodos.
— Vale — contesté desinteresadamente.
— Desde que te salvé te has estado comportando como una niña pequeña, empieza a ser irritante.
— Tú si que eres irritante — pensé.

Caminé más rápido para buscar con la mirada cualquier hueco en las cortezas de los árboles, pero todo a mi alrededor era puro bosque o había ni rastro de cuevas.

— No nos queda más remedio que dormir al aire libre, estamos cansados y no nos vamos a arriesgar a seguir gastando energías — concluí cayendo rendida al suelo — ¿No tienes bengalas?
— Claro que tengo, pero las copas son demasiado anchas y no dejarían que la señal de humo llegue por fuera.
— Joder...

Me llevé una mano a la cabeza, escondiéndola tras algunos mechones de cabello por la frustración. Pasé mi otra mano por encima de las quemaduras para seguir su trayectoria, si al menos tuviese agua cerca con la que aliviar el dolor...

Levi se quitó su capa para poder extenderla sobre la hierba y sentarse unos escasos momentos antes de volver a levantarse y caminar de un lado a otro con notable nerviosismo. Yo me limité a "cepillar" la hierba con una ramita que estaba en el suelo pensando en qué hacer.

— Deberíamos hacer una hoguera para tener luz durante la noche — dije mirando a la ramita que sujetaba.

Levi suspiró y asintió. Juntos amontonamos varias ramas y cortezas sueltas, y con dos piedras conseguimos hacer saltar unas chispas que prendieron a la madera. La expresión de Levi se relajó al ver el fuego crecer un poco pero yo no mostraba el mismo sentimiento, estaba seria y molesta mientras que seguía con las piernas cruzadas jugueteando con la ramita; mi estómago no dejaba de rugir y las quemaduras bajo los ojos no se iban.

— ¿Estás bien? — preguntó Levi sentándose a mí lado.
— ¿Tengo cara de estar bien? Soy una inútil, Levi, lo único que he hecho hoy ha sido dejar escapar a Zeke y aún para colmo hacer que nos perdiéramos por mi culpa.
— No eres-
— Deja de intentar convencerme de lo que no soy — protesté levantándome.

Mis ojos brillaron al contacto con las estrellas que pintaban el cielo nocturno, suspiré bajando la cabeza y me tapé mejor con la capa verde.

— Eso debería decírtelo a ti — comentó él acercándose.
— No te entiendo...
— Tienes que dejar de pensar que eres alguien con un carácter de hierro porque no es así; eres una chica sensible pero fuerte, eres además inteligente, ágil, atenta y no dudas en dar la cara por quienes quieres. Tú no puedes llegar a ser una persona fría y seria porque no eres así, no trates de esconderte detrás de una máscara.

Extendió los brazos y apoyó con cuidado ambas manos sobre mis mejillas, estaban tan frías como de costumbre.

— Quiero ver de ahora en adelante a la verdadera Astrid Mitre, ¿de acuerdo?
— Yo no me escondo tras ninguna máscara.
— Astrid... deja de mentirte a ti misma...
— No lo hago.
— Si fueras como pretendes querer ser... me habrías matado cuando me tuviste entre tus manos aquel día.

Retiré sus manos y caminé hacia el fuego de nuevo, sabía que tenía razón en todo lo que había dicho y mis ojos comenzaban a abrirse a una realidad distinta; en esa realidad podía ver reflejada un cambio de actitud, ser como debía de ser.

— Solo quiero que entiendas que no eres ninguna inútil, es solo cuestión de aprender, ensayo y error. Nos tienes a Erwin, Hanji y a mí para poder guiarte correctamente.
— Tienes razón. Saldremos de aquí ahora mismo — asentí de repente sorprendiendo a Levi — A partir de ahora seré yo misma, no dejaré que nadie dicte mi conducta.

Acerqué mi mano a la boca antes de girarme hacia el azabache.

— Y empezaré ahora mismo, cuando me convierta en titán agárrate a mí para que podamos salir del bosque.
— Pero no conoces la-
— Tranquilo, tengo mis métodos.

Dio unos pasos atrás para permitir que me transformase sin problemas y recurrí a morderme la mano. El destello naranja volvió a tomar protagonismo e iluminó durante unos segundos el cielo oscuro antes de que fuese mi rugido lo que se hiciera paso a través de los árboles. Cogí a Levi, cuidándome de no hacerle daño una vez en mi cuerpo de titán, y le puse sobre mi hombro manteniendo la mano derecha sobre él.

Lancé al aire otro rugido y me concentré en él, éste me dio la capacidad de visualizar a kilómetros de distancia y poder así encontrar una ruta fija

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Lancé al aire otro rugido y me concentré en él, éste me dio la capacidad de visualizar a kilómetros de distancia y poder así encontrar una ruta fija. Levi asió un mechón de mi cabello y corrí hacia donde el camino imaginario me llevaba.

— Eres una gran soldado, Astrid — dijo Levi con una expresión pacífica.

Desde dentro de la nuca de mi titán mostré una sonrisa de aprecio hacia él, confiaba en mí y no le fallaría.

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