1

27 6 0
                                    

Abrí mis ojos para encontrarme con un techo frío y húmedo. Me incorporé un poco para observar a mi alrededor una triste habitación totalmente cerrada. Las paredes grises, a compás del suelo y el techo anteriormente citado, no tenían ninguna ventana y solo provenía luz de las pequeñas rendijas de abajo y arriba de la puerta y de una mugrosa lámpara de tela. 

Al menos, la cama donde me encontraba estaba un poco mejor. Sin ser acogedora, algo de cómodo si tenía. Las sábanas blancas que me tapaban parecían recién lavadas, al menos esa impresión me dio al notar la contradicción que producían con el entorno.

Seguí intentando agudizar mis sentidos, ahora intentado escuchar algo. Ruido y golpes secos. Personas hablando en la lejanía. Los notaba pero no les podía dar una proveniencia perfecta a ninguno. 

Ahora, decidí ponerme de pie. Me encontré con que estaba descalza y vestía un pijama blanco muy feo. Empecé a caminar por el helado suelo de la habitación hasta que noté algo en la planta. Un cristal. ¿Qué hacía eso ahí? Y lo que es más importante, ¿qué hacía yo ahí?


El psiquiátricoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora