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All the time you need.


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Roanoke, Virginia

Paige Gilbert siempre se consideró una persona impulsiva toda su vida, jamás pensaba dos veces al tomar una decisión, si ella quería hacer algo lo hacía y luego se hacía cargo de las consecuencias que esta traía, esa era sin duda una las cosas que mejor la caracterizaba, pero aquella mañana sintió que fue lo peor que le pudieron otorgar sus padres al nacer.

Sus pensamientos la carcomían y el horrible reloj en el salón emitiendo un sonido al pasar los minutos simplemente no parecían ayudar, hace unas semanas estaba segura que aquel objeto en la pared le habría parecido el más perfecto, pero en aquel momento solo pudo imaginarse lanzado dicho reloj por la ventana. Sus ojos volvieron a leer el documento que sus sudorosas manos sostenían.

— ¿En que estabas pensando Benjamín? —susurró la pregunta al aire, las lágrimas picaron en sus ojos y solo las bocanadas de aire la calmaron de volver a llorar como una niña en los brazos de su madre. Dejó escapar un suspiro y lanzó los papeles a la mesa antes de desviar su atención al hombre a su lado— ¿Crees que hago lo correcto?

— Estás buscando lo mejor para ella.

— ¿Y si lo correcto es dejar que se vaya a Oakland con Erin o Amelia?

— Si ellos hubieran pensado que Erin o Amelia sería la mejor opción lo habrían hecho. —murmuró el hombre de cabellos rubios casi blanquecinos por la edad— Benjamín era una persona que sabía elegir lo mejor y Grace no lo habría apoyado de no ser así.

— Gracias por estar para nosotras George. —susurró Paige cuando el sonido del timbre llamó la atención de ambos, una sonrisa reconfortante apareció en el rostro del mencionado mientras tomaba la mano de la mujer y daba un apretón.

— Tu padre no habría querido que las dejara solas.

Paige sabía que desde el momento en que la primera petición fue leída por el abogado nada de lo que siguiera podría significar algo bueno, y Amelia Kelly, la madre de Grace, fue quién confirmó aquella teoría al ser la primera en poner sus quejas y peros, quién secundó las palabras de aquella mujer fue Erin Kelly, hermana mayor de Grace.

La puerta fue abierta y ambas mujeres entraron al hogar, el silencio que se generó en el salón fue más incómodo de lo que Paige habría podido imaginar.

— ¿Qué te hizo llamarnos tan temprano? —preguntó la elegante mujer rubia.

— Necesito hablar con ustedes.

— Y no podías esperar a que...

— Es importante, Erin. —interrumpió logrando que rodara los ojos, pero igual se mantuviera callada, la mirada de Paige se posó momentáneamente en George antes de soltar un suspiro— Quiero llevarme a Charlotte a Forks.

— ¡De ninguna manera! —chilló Amelia exaltado a la mujer— He tenido suficiente con aguantar que mi hija haya decidido ser enterrada aquí y no en California para que ahora vengas a decirme que quieres apartarme de mi nieta.

— Grace consideraba Roanoke su hogar, fue su decisión el descansar aquí. —explicó— Y ni siquiera aprobadas el matrimonio con Benjamín, no vengas a mentir que te preocupa Charlotte.

— ¿Al menos sabes si eso es lo que ella quiere? —preguntó Erin.

— Voy a hablarlo, no voy a obligarla a dejar este lugar.

— Si ella dice que no... ¿Vas a renunciar a todo?

— Sin pensarlo dos veces. —respondió— Me importa su bienestar y es por eso que he decidido esto, desde el funeral no ha salido de su habitación, mucho peor ha querido comer o hacer algo.

— Pagaremos el mejor tratamiento para...

— No es solo el tratamiento, Erin. —murmuró— Estar rodeada de todo esto quizás no es lo mejor para ella, cada rincón de esta casa tiene un recuerdo, incluso yo me siento agobiada, imagínate cómo se sentirá ella.

— No puedes sacar conclusiones, nos necesita para que pueda superar esto y lo mejor es que se quede con nosotros.

— Amelia, no estoy pidiendo tu permiso. —exclamó— Estoy informándote lo que voy a hacer por el bien de Charlotte.

— ¿Por el bien? —bufó Erin— Eso es egoísta de tu parte, la alejas de nosotros, su familia, no podrás cuidar de ella.

— Si Grace y Benjamín me dejaron a cargo de Charlie es porque me creen capaz de cuidarla.

— Por favor, eso es una ridiculez, ninguno lo pensó con claridad, estás sola, no podrías...

— Si crees que por no estar casada o tener un hombre a mí lado me hace incapaz de eso pues te equivocas, soy muy capaz de cuidar a Charlie. —interrumpió mientras pasaba las manos por su cabello, exasperada de la situación en la que estaba.

— Escúchame bien Paige, Charlotte...

— Voy a ir. —escucharon decir, la mirada de los presentes se enfocó en la figura desaliñada de Charlotte, sus ojos lucían cansados, las bolsas negras bajo sus ojos mostraban lo poco que había estado durmiendo.

— Cariño, no necesitas precipitarte. —dijo con una sonrisa Erin— Puedes venir conmigo, no estarás sola.

— Quiero ir con Paige.



─ ✦ ─



La oscuridad de la habitación de Charlotte recibió a la mujer de cabellos cortos, quién a tientas busco el interruptor para alumbrar el lugar, las paredes que una vez habían estado cubiertas de fotografías ahora estaban vacías y con claras muestras de los residuos que habían quedado al ser arrancadas la habían hecho estremecerse, la menor tenía una pasión increíble por la fotografía y ver cada una de las fotografías que había hecho a lo largo de su adolescencia, incluso de su infancia en el suelo junto a una cámara rota la llenaron de tristeza.

El piso de aquella habitación tenía varios trozos de vidrio y papel, Paige se había sentido tranquila cuando luego del caos que se había armado en aquella habitación Charlotte no haya salido más lástima de lo que ya se encontraba por el accidente.

Los ojos de la joven mujer recorrieron la habitación hasta ubicarse en la ventana abierta a uno de los extremos, las piernas de la castaña se dirigieron al lugar y sacó la cabeza por este para ver a la figura de Charlotte sentada en el tejado abrazando sus piernas, Paige sacó su cuerpo por la ventana y se acercó hacia la chica.

Ambas guardaron silencio escuchando los sonidos que hacían los autos a lo lejos, ninguna tenía que decir algo en ese momento, pero la mayor de las dos pudo sentir la mirada Charlotte sobre ella unos segundos antes de escucharla suspirar.

— ¿En verdad renunciarías a la cafetería? —preguntó en un murmullo.

— Sin pensarlo. —respondió, la mirada verdosa de la adolescente se posó en ella— Se que suena difícil irse de aquí y dejar todo lo que conoces, no pienso obligarte a que vayas a Forks, esto es completamente tu decisión, quedarte o irte.

— ¿Crees que pueda tener unos días para pensar?

— Todo el tiempo quenecesites.

Destiny ➳ TwilightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora