Los del vóley [Haikyuu!!]

Las del volleyball (y la gata que prometió ayudar a una estrella)

Lo publico aquí por ahora, pero quizás publique otro libro llamado "Las del volleyball" exclusivamente para historias de Haikyuu GenderBend que creo tendrán correlación. Por cierto, antes que nada, he quitado las historias de "Prometes amor" de este libro y lo he publicado a parte como una novela individual, por si a alguien les gustó, pues que sepan que ahí subiré todo ese universo (que se me ha alargado más de lo que creía). Besitos y gracias por leer y lo siento por ser tan pesada <3

Kenma Kozume/ Yamaguchi Tadashi [Rule 63]

Kenma tiene veinte años y nunca le ha atraído nadie. O eso es lo que dijo cuando Kuroo, su mejor amiga, le preguntó si alguna vez en su corta vida se había enamorado. Recuerda el momento como si fuera ayer: en su primer año de universidad vivía en los dormitorios de la residencia pero pasaba la mayoría del tiempo en el apartamento de su amiga. Ahí estaban, una bebía cerveza y otra refresco, jugaban a videojuegos y Kuroo hablaba y hablaba y Kenma solo le escuchaba. Entonces, el tema de conversación pasó a ser los chicos de su clase y, luego, Kuroo pausó el juego, giró su cuerpo y miró, con sus alargados ojos tan abiertos como pudo, a su amiga.

—Kenma... —pausó, añadiéndole el drama que necesitaba— ¿Tú te has enamorado alguna vez?

La pregunta le tomó por sorpresa. Normalmente, cuando hablaban de chicos y de relaciones, Kuroo hablaba sobre ella, su experiencia, lo que le había pasado o lo que quería que le pasara; ella era la que se emocionaba cuando veían estúpidas películas románticas, quien soñaba con estar enamorada, casarse y tener una familia. Nunca le había preguntado a Kenma qué era lo que a ella le gustaba, qué chicos le parecían atractivos o si aspiraba a tener una relación. No le importó nunca, en realidad, le parecía divertido escuchar a su amiga quejarse de los chicos que no le hacían caso, o bien, de los que le hacían caso. Así que, cuando Kuroo le preguntó, con un semblante tan serio que, en realidad parecían estar planeando un asesinato, Kenma sólo se encogió de hombros.

—Nunca me ha atraído ningún chico —le respondió. Cualquier otra persona habría finalizado la conversación ahí, se habría sentido satisfecha y simplemente, habría vuelto a la partida del juego. Pero claro, era Kuroo quien tenía al lado, así que ella dejó el mando en la mesa y se sentó más cerca de su amiga. Subió los pies en el sofá y apoyó su codo en sus rodillas y, Kenma, conociéndola como la conocía, sabía que Kuroo estaba a punto de intentar sacar a la luz sus secretos más íntimos.

—¿Cómo que nunca te ha atraído nadie?

Kenma soltó un suspiro. No le gustaba hablar de si misma y mucho menos de chicos, sólo se encogió de hombros, de nuevo.

—¿No hay ninguno de los chicos de tu clase que te parezca guapo? —Curioseó Kuroo, poco convencida de la respuesta de su amiga. —¿Algún profesor? —Kenma hizo una mueca, disgustada, pensando en los decanos de su facultad. —¿Ni siquiera en el instituto? Oh vamos, tiene que haberte gustado alguien en el instituto. ¿Un chico del equipo de volleyball masculino del Nekoma? ¿Quizás un mánager? —A esas alturas, Kenma intentaba no escucharla. Pegó su espalda al respaldo del sofá e, imitando a la morena, subió sus piernas. Kuroo volvió a abrir los ojos mientras chasqueaba su lengua: —¡Lo tengo! ¡El chico de Karasuno! Por el que fantaseaba Tora no... El otro, el rubio... No me acuerdo cómo se llama, pero el que era tímido y al que daban ganas de abrazar. ¿Me vas a decir que no te parecía atractivo?

—No, Kuro. —Abrazó sus piernas y miró cansada a su amiga, que parecía no darse por vencida, así que intentó cambiar de tema: —Además, creo que es gay.

—¡Y qué más da! Que sea gay no le quita lo adorable que es... —Pausó, mordiéndose el labio. Kenma supo que su mejor amiga ya se había olvidado del objetivo principal de la conversación. —¡Pero yo también lo creo! Bokuto y yo pensamos que estaba saliendo con el otro mánager, el guapo, ¡es que parecían ser tan cercanos!