8

67 8 0
                                    

Con mucho cuidado, giro el picaporte de la puerta una vez que hube ingresado la clave, procuro no hacer ruido para no despertar a las chicas y luego de haberme quitado los zapatos, camino directo a la cocina en busca de comida.

Después de firmar el contrato y el penoso encuentro con Jun en el baño, regresé al vestidor improvisado para cambiar mi ropa. Quiero creer que nadie notó mi cambio de humor, aunque es casi imposible dejarlo pasar incluso para mí.
Sí una de las chicas se hubiera comportado de la misma manera en la que yo lo hice, no hubiera dudado en hablar con ella para saber que es lo que ocurre. Sukko también actuó de manera extraña, lo supe porque nunca ha Sido buena a la hora de esconder sus sentimientos. Se acercaba a mí, intentaba decir algo y al final terminaba yéndose. Así ocurrió una y otra vez.

Lo que restó del día fue suficiente para tratar de asimilar lo ocurrido y preferí que sería mejor no hablar del tema con nadie, eso ahora solo es una simple pesadilla. No me conviene a mi o la empresa saber de esto.

.........

Veo a Linha entrar al camerino y como usualmente pasa, lleva varias botellas de agua.

—dejame eso a mí —le quito las botellas y las pongo en la mesa de refrigerios.

Ella me sonríe mientras se sienta en el sofá.

—gracias, es un día cansado— suspira exhausta
Me siento a su lado, recargo la cabeza sobre el respaldo del sofá y cruzo mis brazos por encima de mi pecho, cierro los ojos al sentir como mi cuerpo comienza a relajarse después de un día largo repleto de entrevistas y presentaciones.

—hoy la ví —Al escucharme, siento como Linha se reincorpora en el sofá y su mirada atenta me pone un poco incómodo.
También me reincorporo y mantengo una postura recta, de inmediato me arrepiento pues mis músculos se vuelven a tensar.

—¿la chica de las galletas?
—oye, ese es un buen título para una canción —le sonrió.
Me mira entre cerrando los ojos y niega con la cabeza.
—es pésimo —asegura —pero dime, ¿era ella?— me mira atenta y por un segundo pienso en irme y dejarla con la duda para no tener que contarle más allá de lo que tengo permitido, sin embargo abro la boca antes de que pueda decidir qué hacer.
—si—parece que centra su atención aún más en mi cuando se acerca hasta que sus rodillas tocan las mías. De inmediato me alejo disimuladamente.

—¿Y...? ¿En dónde la viste? —de manera disimulada vuelve a acercarse, comienzo a sentir arrepentimiento al ya no poder hacer nada para evitar hablar con ella pero yo soy quien tiene la culpa por iniciar la conversación. Y aunque suene contradictorio, en el fondo las ganas de hablar con alguien son más fuertes.

—En PYJ, ella está en esa empresa... esperaba firmar el contrato con inkitsu y la encontré cerca de la oficina del CEO... Fue un encuentro rápido pero muy raro... —aparto la mirada y vuelvo a verla a los ojos. De inmediato reprimo aquello que me dice que hablar con ella, es mala idea y continúo hablando— ella estaba llorando, estaba muy asustada, intenté abrazarla... yo..yo jamás había visto a Sann... Yo jamás la había visto así —me doy una bofetada mental al darme cuenta de el error que acabo de cometer.

Me levanto del sofá y sin despedirme camino lo más rápido que mis piernas me lo permiten hasta llegar a la puerta del camerino.

Soy un tonto.

—¿ya comiste Junhee? —exaltado me giro en dirección a Linha quien viene detrás de mi
—no..— me giro de nuevo y sigo caminando por el pasillo en busca de alguno de los chicos.
—¿quieres algo de la cafetería?— sin voltear sigo
—estoy ayunando —me detengo en el pasillo, justo en dónde se cruzan otros dos pasillos. Uno conduce a la cafetería y otro a la sala de ensayo, opto por ir a la sala de ensayo.

Allí los chicos me miran al entrar a la sala, todos se encuentran sentados sobre la duela de madera, recargandose en el espejo. Luego de sentarme junto a Byeongkwan, me recargo en su hombro, él inmediatamente me aparta ya que interrumpí su sueño.

—Junhee —susurra medio dormido. Me río por su cara y por su maquillaje corrido.

Me quito la corbata y la lanzo al aire sin preocuparme en dónde caiga.
—¿y Linha? —pregunta Donghun mientras se posiciona a mi lado.
—en la cafetería —respondo y me quito los zapatos que al igual que la corbata, los dejo caer en alguna parte de la sala
—creí que vendría contigo, siempre están juntos —me mira serio y me hace reír, alzo una ceja
—acaso tu...?—prefiero no terminar la pregunta, no se ve que tenga ganas de bromear. Se nota que está  cansado.

Desde hace dos días nos proporcionaron la nueva dieta que debemos seguir y aunque la mayoría no la sigue, Donghun siempre ha procurado ser obediente a las reglas y lo sé por su semblante; su palidez, el color morado debajo de sus ojos y sus pómulos marcados.

—no tienes que seguir la dieta, damos shows casi diario y tú no puedes solo dejar de comer... En algún momento vas desmayarte sobre el escenario. —

—y tú no puedes acercarte a Linha de esa manera, es la estilista —susurra a pesar  de que los demás están dormidos.
Lo miro indignado, ¿Él cree que...
Linha y yo?

Me dispongo a responder cuando la puerta se abre y llega Linha con bolsas de comida. Se acerca a nosotros y nos da una amburguesa a cada uno.

Estoy a punto de regresarle la comida cuando veo a Donghun desenvolver la amburguesa y darle un mordisco a toda prisa.

-Dancing in the Stage-#2 Jun// A.C.E..[PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora