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Desperté al sentir un ligero apretón en mi mano, miré a Sann quién estaba recostada sobre mi pecho y su mano apretaba la mía, nuestras piernas se encontraban entrelazadas, supuse que ambos pasamos frío al ver que ni siquiera nos metimos debajo de las cobijas por lo que con cuidado, con mi otra mano comencé a jalar la cobija que se encontraba cubriendo la cama debajo de nosotros y nos cubrí con ella.

Sonreí al ver a Sann  y la acerqué más a mí. Se veía tan tranquila, tan pura y parecía tan frágil que tuve miedo de que mi agarre pudiera quebrarla.
No entendía como alguien se atrevería a lastimarla de tal forma en que ni siquiera pudiera acercarse a un hombre, no sin antes sentir miedo y repulsión al recordar todo lo que ese maldito le había hecho, ella no merecía ese trato... En realidad nadie lo merecía.
Solo bastaba con ver su rostro, fino y  delicado para darte cuenta de que era tan pura e inocente como un bebé. Aún recordaba la primera vez que nos vimos, era de noche y ella bailaba sobre el muelle, se veía tan feliz que en ese pequeño lapso de tiempo supe que necesitaba no perderla de vista, me volví adicto a la manera en que se expresaba por medio del baile al saber como transmitir bien sus emociones y mantenerte hechizado con cada movimiento pero también supe ese mismo día que haría lo posible por hacer que estuviera a salvo... Cuando me miró, aterrorizada por ver que Chan y yo la mirábamos, sentí que era mi deber protegerla... Por esa razón comencé a adentrarme más en su vida, quería ser parte de su mundo y que ella fuera parte también del mío.

No había sido hasta este momento en que me dí cuenta de lo mucho que la había extrañado y aunque considero que suelo pensar en muchas locuras también supe que esa era la manera en la que quería despertar cada día de mi vida.
Con tan solo pensar en eso, sentí el calor llegar a mis mejillas y como si una corriente eléctrica recorriera mi cuerpo hasta quedarse en la boca del estómago haciéndome sonreír de oreja a oreja. Le dí un pequeño beso en la frente y me dispuse a seguir durmiendo, sin embargo, Sann se removió hasta quedar completamente encima de mi. Sonreí aún más antes de rodearla con mis brazos, cerrar los ojos y dormir de nuevo.
......

—Junhee, Junhee —sentí su aliento golpeándome la cara, sabía que si me movía tan solo un poco, terminaría reduciendo completamente el espacio que apenas existía entre nosotros.
De pronto la ausencia de calor a causa de su cuerpo sobre el mío, se hizo presente cuando se levantó de la cama.

De inmediato me senté y talle mis ojos.

—¿qué pasó? —mi voz sonó tan ronca que tuve que toser varias veces para que sonara normal.

—nos quedamos dormidos —la preocupación en su voz se notaba a leguas —nos van a matar, tu teléfono no ha dejado de sonar, el mío está repleto de mensajes de las chicas.

Abrí los ojos a más no poder. Poco a poco sentía como un balde de agua helada era derramado sobre mi cabeza y se esparcía por todo mi cuerpo. Debíamos regresar a la realidad.

—¿Qué haremos? — dije nervioso
—supongo que tendremos que regresar, tampoco es muy tarde, son las cinco de la mañana de seguro las llamadas y los mensajes son de nuestros compañeros —contestó segura

—cierto... Entonces toma tus cosas y vamos a entregar la tarjeta — traté de sonar con demasiada seguridad que terminé mostrando todo lo contrario

—Junhee, está bien, si estás nervioso no pasa nada, yo también lo estoy... No estamos frente a la cámara —tomó mi mano, supongo que así era como demostraba su afecto. —y no podemos ir ambos a entregar la tarjeta, al parecer la recepcionista de hace rato, cambio de turno y no debemos dejar que alguien más nos vea —continuó

—muy bien, entonces yo iré a entragarla, puse la habitación a mi nombre, tu puedes ir al auto y esperarme ahí —dije lo más rápido que pude antes comenzar a estresarme por la situación.

—bien, entonces yo saldré primero... Espera unos quince minutos y luego entregas la tarjeta de la habitación — ya tenía listo su bolso, estiró su mano en mi dirección

—¿qué? — cuestioné sin entender qué estaba pidiéndome
—las llaves del auto tonto —rió —aún eres muy despistado me alegra que no hayas cambiado demasiado

—¿Por qué lo dices? —le dí las llaves
—cuando te ví en la presentación de inkitsu, parecías ser un chico rudo —mencionó un poco avergonzada

—tu también me diste esa impresión, como si fueras ese tipo de chica al que no le importa nada y no sonríe porque es mala — reí y ella también lo hizo

Abrió la puerta y se despidió con la mano antes de salir y volver a cerrarla.
Sonreí mientras negaba. En verdad la extrañaba tanto.

Pasaron quince minutos y decidí continuar con el plan en marcha. Llegué hasta la recepción, anteriormente me había colocado un barbijo y unos lentes así que podía estar confiado de que posiblemente no me reconocerían. Entregué la tarjeta y pagué algunos billetes extra por las horas que pasamos dentro de esa habitación fuera del tiempo estipulado.

—gracias, hasta luego —me despedí de la señorita de la recepción y me encaminé al estacionamiento

Al encontrar el auto aparcado, abrió la puerta lo más rápido que pudo y me jaló hacia adentro.
—¿Qué pasa? ¿Por qué tanta prisa? —pregunté agitado

—ví a un par de chicas merodeando fuera de la recepción.. podrían ser sasaengs, ya sabes suelen ser muy obvias y dime ¿Quién lleva una cámara profesional colgando del cuello a éstas horas? Exacto, nadie — alzó las cejas
Asentí, era cierto, esas chicas solían ser muy obvias pero a la vez muy astutas.

Sin esperar un minuto más, puse en marcha el auto y salimos de ahí tan rápido que ni siquiera podía recordar la fachada y el nombre del hotel.

—y dime ¿Cuál es tu personalidad? —preguntó curiosa, por un segundo despegué la mirada de la carretera para  ver su rostro, el cual también apuntaba en mi dirección.
—tu personalidad ante las cámaras —replicó
—no entiendo —le dije desconcertado
—si, tu personalidad, es como un nombre artístico pero como tú personalidad... El guión que te da la empresa solo que a diferencia de cualquier otro guión, este es para siempre... O al menos lo que dure tu carrera como Idol —explicó

—no sé de qué hablas... — negué rotundamente
—¿Cómo Jun, no tienes personalidad artística? —preguntó incrédula
—no, ni siquiera sabía que eso era real, escuché a seyoon hablar sobre eso pero creí que era una leyenda. En nuestra empresa no hacen eso.

—ah ¿No? Pues en la mía si... Creí que eso lo hacían con todos — comenzó a bajar el tono de su voz
—¿y cuál es la tuya? — pregunté en un intento de no dejar morir la conversación
—pues como tú lo dijiste, soy la chica mala y según la estilista, llevo la palabra sexi tatuada en la frente cada vez que me pongo el vestuario para cada presentación — se encogió de hombros

Preferí no comentar nada ante el último comentario, ya había tenido bastante con ver a Sann en tan mal estado por culpa de un hombre que se aprovechaba de su poder, tenía muy claro que debía estar en la cárcel y yo me encargaría de que eso sucediera.

El ambiente se tensó un poco, así que dentro de mi mente comencé buscar algún tema de conversación, no quería perder la atmósfera que habíamos creado.

—sabes, me gustaría despertar contigo a mi lado lo que me resta de vida —dije lo primero que se me vino a la mente

Al procesar bien mis palabras, me arrepentí de inmediato y ya sentía la cara roja llena de vergüenza.
—quiero decir..
—no intentes arreglarlo —rió —eso sonó muy lindo y siendo sincera, a mi también me gustaría despertar contigo a mi lado... Aunque hoy no despertamos uno a lado del otro, yo estaba literalmente encima de ti... También sería lindo despertar así todos los días ¿No? —se quedó callada por un momento, me miró y terminó estallando, reía sin control y yo estaba muriendo de la vergüenza.

Giré el auto para entrar a la gasolinera, necesitaba refrescarme.

—necesito usar el baño —dije antes de salir del auto una vez lo hube aparcado fuera de una tienda de conveniencia.

Ésta chica me volvería loco.




-Dancing in the Stage-#2 Jun// A.C.E..[PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora