Diario De Un (Probable) Psicópata

Epílogo

Tan pronto como Joel colgó el teléfono, hice que le espiaran. No quería que hiciera ninguna tontería, y después de haber matado a sus padres, lo más fácil que podía hacer era confesar.

Y en efecto, lo hizo. Pero no como yo esperaba.

Veréis, la mafia controla muchos aspectos de Denver. Y entre ellos The Denver Post. Así que supe que Joel había enviado este… Diario tan pronto como llegó a la redacción.

Evidentemente, hice que despareciera, y ahora está en mi poder. No sé qué pretendía Joel. Ni siquiera confiesa una implicación conmigo, se echa él todas las culpas. Qué chaval…

¿Qué le pasó a Joel cuando terminó de escribir el diario? Lo supe por uno de mis agentes, que lo vigilaba desde el edificio de delante.

Según me contó, tan pronto como subió a su piso después de dejar el diario en un buzón, se desnudó y salió al balcón. Se quedó como cinco minutos contemplando la vista. Volvió dentro y cogió una pistola. Volvió a salir, se apuntó con ella a la sien y disparó.

De momento no he escuchado que este suicidio haya salido en las noticias o algo. Y me alegro. Podía haberme caído una gorda.

Toda esta historia es muy curiosa. Lo más curioso a lo que me he enfrentado nunca. Tal y como habla en el diario, parece que su historia es hasta importante.

Como si no se viera esto cada día, en cada prisión, en cada ciudad.

Sí, no niego que sea traumático matar a tu padre y eso, pero ¿acaso no se metió el solo en esto? Hay momentos en los que hasta me hace parecer a mí el malo.

Pues no sé, tal vez sea yo el malo. Pero una cosa está clara. El “bueno”, Joel, está muerto. Todo a su alrededor está muerto también.

Y yo sigo vivo. En la cárcel, sí, pero por gusto. Aquí puedo controlarlo todo mejor y no me pueden hacer nada.

Supongo que la vida no es como un cuento, ¿no? Donde los buenos se salen con la suya y los malos mueren.

En la vida no hay buenos y malos.

Sólo tienes que sobrevivir a la caza.