Capítulo 7 - Ellos también tienen sentimientos.

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Narrador omnisciente

Marshall caminaba por la mansión de Raguel, siendo Thurner, sorprendido del lugar. No esperaba un lugar así.

Encontró el despacho, no dudo ni un segundo en entrar. Sorprendiéndose con lo que vio en la pared, eran fotografías de él, cuando era un bebé. Marshall agarro la fotografía.

-Thurner - Marshall se sobresaltó al ver a Raguel dándose la vuelta en la silla, lucia tomado. -No toques a mi niño- quitándole la fotografía -Marshall - el arcángel de alas Rojas observó aquella fotografía con tanta nostalgia.

-¿Por qué nunca te acercaste a él? - preguntó Marshall tratando de calmar la tormenta de sentimientos.

-Porque no es como yo - bebiendo más de una copa - él, es distinto representa todo lo que yo no he sido.

-Pero le has hecho tantas cosas - con un tono de reclamo y dolor - ¿Qué hizo él para merecer esto?

-Siempre trato de destruir todo lo qNarradorue tocó -Una lágrima traicionera salió del arcángel - pero no le quería hacer daño, a él no, solo quería que aprendiera la lección. Quería que cargara este  agujero negro conmigo. Pero realmente no se lo deseo a nadie.

-Pues ya le has hecho daño - comentó con enojo tratando de morderse los labios, para no soltar más palabras - se crió solo Raguel, tuvo que aprender a la mala.

El arcángel sacó de su escritorio más fotos de Marshall, la más reciente era la de la boda de él - ¿Crees que no lo sé? Es el castigo por ser hijo mío, yo no lo esperaba, pero fue y será lo único bueno que he hecho en la vida, lo amo lo suficiente como para querer que este a salvo de mí, de esta maldad que tengo.

Marshall se quebró comenzó, no esperaba que Raguel tuviera esos pensamientos, todos los días se la pasaba odiándolo por todo el daño que había hecho su padre.

Observó como Raguel cayó inconsciente a causa de tanto alcohol que había bebido. Marshall se acerco a su padre podría aprovechado la situación. Saco su navaja para acabar rápidamente con esto, pero otro de los súbditos de Raguel, entró al despacho.

-¿Se desmayo? - preguntó mientras que Marshall guardó discretamente la navaja.

-Sip, se acabó la botella - señaló la botella rota en el piso.

-Te acompañó a dejarlo a su cuarto - el demonio nunca pensó llevar al causante sus desgracias y tormentos, a su cuarto en un estado tan débil.

Se quedaron dos soldados resguardando la entrada del cuarto de Raguel. Marshall comprendió que su misión no podía ser completada, al menos no está noche.

Al llegar a su habitación y cerrar la puerta suspiró, nunca creyó lo que escuchó de Raguel. Su padre, se preocupaba por él a pesar todo lo que hizo, trato de protegerlo a su manera.

-Esto no va a cambiar -lo repetía en el espejo del peinador, maldiciéndose por no poder aprovechado la oportunidad que tenía en su despacho  - Tu destinó esta sellado por las acciones que hiciste.

Esa noche se quedó pensando en su mujer, era la primera noche en mucho que dormía solo, se había acostumbrado a dormir a lado de Sol.

En la casa de los Decanini, Roxan estaba en el cuarto de su hija, hoy era el cumpleaños número 20 de Lily.

-¡Ey! Deja de estar triste - era Crystal entrando al cuarto - Tu hija estará bien Roxan -ambas híbridas se abrazaron.

-Quiero creer que esta bien - por fin desahogándose con Crystal - tengo que ser fuerte para que Hafner y Jayden estén bien. Pero esta ansiedad que siento de no saber de mi hija en meses, no me deja tranquila. Quiero saber de mi niña.

Crystal la abrazo dejando que se desahogara -Mi ahijada es muy intrépida, sabe cuidarse sola Roxan.

-Gracias Crystal -como la híbrida no podía llorar, suspiro y luego miro a Crystal - ¿Ya te he dicho que te quiero como una hermana? Te extrañe mucho estos años.

-Yo también te quiero - con una sonrisa de lado - ya se, pero sabes que teníamos que irnos por seguridad de Hailey.

-Mi ahijada - la castaña se rió - es idéntica a ti, siempre con sus tacones, faldas o vestidos, bien arreglada, su cabello bien planchado.

Crystal sonrió - y la tuya amante de los tenis de tela, pantalones ajustados azules  y blusas básicas, con su cabello rizado despeinado...me recuerda a ti.

En el jardín de los Decanini, Hailey miraba discretamente a Jayden jugar americano con sus amigos de la manada, robándole suspiros.

-¿Qué tanto le ven? - comentó el mayor de los Decanini al ver que la vampira llamaba la atención. Sintiéndose celoso - Aparten su vista de ella.

En otra parte del mundo, Lilian Decanini corría como si la vida se le fuera en ella refugiándose en un montón de rocas, la querían lastimar.

Eitabel se acercó a ella, al ver que la chica estaba llorando abrazándose las piernas, le recordaba lo que ella pasó.

-Lo hiciste muy bien - comentó Eitabel sentandose a lado, la Decanini alzo la mirada - No esperábamos que intervinieras en la misión.

-Es que no hay porque lastimar a criaturas que son inofensivas, esas haditas eran muy buenas, son del lado de la Luz. - comentó Lily, Eitabel sonrió de lado y asintió.

-Eso no explica el porqué huiste así -comentó la  líder de los cazadores - cuéntame, yo no te haré daño, no tengo intenciones de hacerlo.

Lily dudo unos segundos - Bien, es que escuche a los otros líderes que era muy probable que me quitaran la matriz. No es como que pensara en tener hijos ahorita, pero que ya me quiten la posibilidad - se quebró - yo no soy mala.

Eitabel conmovida con el sufrimiento de la chic-Escúchame - dijo la Ángel -Si tú me demuestras y te comportas como lo has estado haciendo, impediré eso.

-¿Enserio? - con una sonrisa Lily limpiándose las lágrimas - Gracias Eitabel - dándole un abrazo, ella se sorprendió ya que hacía mucho que no recibía una muestra de cariño así.

-Tranquila pequeña - se lo dijo de modo maternal.

En el imponente océano Antártico, Irish reposaba en sus corrientes marinas, viendo a todas las criaturas invasoras que había matado, poco a poco iban hundiéndose en el fondo del océano.

-Es momento de intervenir - comento saliendo del agua el ser de Athikus, tomando la apariencia de un humano.

Abriendo el abismo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora