Abriendo el abismo.

Capítulo 27-Misión terminada, estragos de la guerra.

¿Por qué dicen que la guerra se puede ganar o perder? Ciertamente no es así, aunque se logró un objetivo y debería haber motivos para alegarse y celebrar. El amargo sentimiento de pérdida, estaba presente.

El costo de una batalla siempre sería sangre, el costo de una libertad siempre implica sacrificios.

Esto lo sabía bien Hafner Decanini, quien a lado de su viejo amigo Finnigan Melbrock contemplaba todo el escenario.

-Como en los viejos tiempos - habló el vampiro con cierta nostalgia, mirando de reojo a su amigo.

-Siempre luche batallas que no eran mías- decía Hafner recordando sus tiempos en las guerras mundiales, donde ambos se conocieron - preferiría regresar a esas batallas, luchar mil veces ahí. Que venir a luchar una batalla personal, donde no solo te importa salir con vida sino por el bienestar de los tuyos. El dolor que sienten ellos, solo quieres aliviarlos.

-Ahora créeme que te entiendo, ahora entiendo todo lo que se puede hacer por las personas que quieres- decía Finn sonriendo de lado.

-No puedo creer que ha terminado todo -decía Marshall con sus amigos -No puedo creer lo que dire, pero espero realmente que mi padre ya esté en paz.

-A veces es bueno pensar en que ya están en un lugar mejor.

Mientras tanto Sol estaba sentada abajo de un árbol, mirando al cielo. Sander se acercó a ella y la abrazo.

-No trates de buscar allá, cuando sabes que Aaron esta aquí - señaló el corazón, la pelirroja suspiro.

-Lo se, pero a veces lo extraño -murmuro muy por debajo - no soporto su ausencia.

-Aaron no nos abandono - decía Sander con una sonrisa - Deja que Zira, reconozca su lobo interno. Su esencia sigue entre nosotros, te aseguro que está más que orgulloso de saber que hemos completado su trabajo. Yo lo sentí en la batalla.

Sol soltó una lágrima al darse cuenta que Zira detectó la presencia del lobo de su hermano.

-Aaron, se que estás aquí - decía a la nada - sólo quiero decirte que te amo hermano, no hay día que no te extrañe, me haces tanta falta, pero se que estás ya en paz, con la chica que amas.

Dos figuras indivisibles para sus ojos sonreían, era Corin de la mano de Aarón. El mayor de los Morgan veía a sus hermanos, tan distintos a como los había dejado, ya con tanta madurez, habían crecido, con tanta paz Aaron beso la mano de Corin.

Había estado toda la vida preparando a Sander para ocupar el puesto de Alpha de la manada. Y su hermanita, la había estado protegiendo toda su vida, ahora ella era fuerte e independiente.

-Es tiempo, ya nos llaman Cariño- decía la arcángel como una sonrisa observando una gran luz cubrirlos, Aaron asintió, pero antes de partir observó a sus hermanos.

-Los amo, siempre estaré con ustedes - fue todo lo que dijo el mayor de los Morgan, Sander y Solanche alzaron la cabeza, habían escuchado a Aaron.

Ahora si Aaron Morgan iba de la mano con el amor de su vida Corin, al cielo. Su misión de ayudar a sus hermanos había terminado, ahora podía pasar el resto de la eternidad con su amada.

Dereck acariciaba el rostro de Greta, besando su frente, la chica estaba de luto como todos los presentes. Zaid solamente abrazaba a su mamá. Ahi estaban los dos para ella, sus dos hombres.

-Hemos salido de más situaciones - decía Nathaniel viendo a su ahijado y a su amada -mejor dicho, has salido de muchas Greta, confío en mi mejor amiga, se que te repondrás de esto.

La chica suspiro, ahí estaba su mejor amigo Nathaniel -Ustedes son muy importantes para mí, solo necesito un tiempo para recuperarme.

Greta beso la frente de su hijo, acomodándole su cabello con una sonrisa. -Mi príncipe, lindo.

Desde ese momento Greta Weisz le hizo una silenciosa promesa a su primogénito, mientras que ella tenga aliento, defenderá a su hijo con garras y dientes. Aunque no fuera una loba.

Acarició a su Dereck, él estaba afectado por lo que le pasó a su bebé, Greta ahí mismo volvió a confirmar, como Dereck le aceleraba el corazón, como le erizaba la piel, con su sonrisa marca Weisz...es el hombre de su vida.

-Te amo - dijeron al mismo tiempo, demostrando que su amor no solo había superado su conexión natural, ya que Dereck no era mas un lobo, pero para Greta siempre iba a ser "Su alpha" y para Dereck seria siempre "Su luna" .

-¡Dios! Ya váyanse de nuevo a un motel - decía Zaid al ver como sus padres se estaban besando.

Los representantes de las 6 manadas fueron personalmente por cada una de sus mandas, para traerlo de nuevo a la superficie y comentarles las bajas que hubo en la batalla.

Roxan se refugiaba en los brazos de su lobo, mirando  aquellos representantes, ahora todo era distinto, ya no la veían como amenaza.

-Esta batalla nos ha abierto la posibilidad de aliarnos con más especies - decía un líder de la manada observando a Marshall, Adrew y Leo que estaban ayudando a las manadas.

-En esta vida hay de todo - comentó Hafner -pero una especie no define, si eres bueno o malo, son tus actos lo que marcan hacia donde te inclinas.

-Más de acuerdo no podría estar Decanini - decía Eitabel con una sonrisa de lado, con sus cazadores - creó que ustedes estuvieron tan atormentados por Raguel como yo.

Adrew sonrió había terminado de acomodar todo lo que su hermano mayor Irish había causado. Le regreso la voz a la única persona que quedaba viva, de todas las que le había causado daño su hermano.

-Ya tienes arma Lils - decía  Zaid observando una espada, la chica sonrió.

-Puede ser lo que quiera - decía Lily y la espada cambió de forma, revelando de qué estaba hecha era agua, la espada se convirtió en una guitarra eléctrica- salió de la tinta del tatuaje.

-¡Woo! ¿Me la prestas? - decía Zaid divertido - igual la navaja que me dio el tío Marshall está mejor:

-No se peleen - decía Jayden con una sonrisa de autosuficiencia- ademas nada como el arco que me dio Norte.

-Parecen niños chiquitos, peleando por sus juguetes - se carcajeó Hailey

Finnigan no pudo evitar ver la gran sonrisa de Lily, era contagiosa, era libre por fin. Podría volver a escuchar su voz.