Abriendo el abismo.

Capítulo 13-El aullido de las tres manadas.

>>> Eitabel corría por la orilla de la playa buscando algo, miraba con insistencia aquel imponente mar.

La chica con tan solo 20 años, como lo prometió. Volvió al siguiente año, en el  mismo día. Una promesa que le hizo a un sujeto Del Mar.

-¿Buscabas a alguien? -materializándose Adrew, sus ojos como el mar, era lo que Eitabel nunca pudo olvidar en ese año.

-A ti- levantándose rápidamente.

-Volviste - fue todo lo que dijo Adrew, abrazándola sintiendo su cercanía.

-Volvería más de 100 veces a la playa con tal de verte -confesó Eitabel- algo me hiciste cuando nos conocimos, me hechizaste o algo, porque no te puedo sacar de mi mente.

La sonrisa de Adrew se ensanchó, en todo lo que llevaba de vida, nunca se había encontrado a alguien como Eitabel.

-Ni yo -acercándose a ella, regalándole una muestra de amor, que veía mucho a los humanos hacer, le dio un beso suave en los labios. <<<

Eitabel caminaba preocupada por las calles de la ciudad donde se había mudado, hace ya casi medio siglo. Tenia días que no veía a Adrew, algo estaba pasándole.

-Al fin te encontré - decía Irish mirando a la chica - mi estupido hermano, no supo ocultarte.

Era cuestión de esperar tranquilamente, Irish tenía instrucciones precisas de Raguel. No podía fallarle al arcángel.

-¡¿Cómo que no hemos atacado más manadas en estas semanas?!- explotaba el arcángel de alas rojas tratando de calmarse.

-Están todos resguardados bajo un escudo, hecho de magia - decía con miedo uno de sus seguidores, Raguel se llevó las manos a las sienes tratando de obtener alguna calma así.

-Yo me encargaré de esto -dando un portazo, les daría una lección a la Pangea que nunca iban a olvidar.

En Athikus, Marshall exploraba ese nuevo planeta de la mano de Azura. Pero se detuvieron al ver miles de criaturas marinas saltar del agua.

-¿Qué está ocurriendo? -le preguntó a Azura y ella se encogió de los hombros, muchas de las criaturas marinas no sabían hablar, pero Marshall intuía que algo estaba pasando en el fondo porque miraban insistentemente el fondo del lago.

-Bien- quitándose la chaqueta-tendré que ir a averiguar -saltó al lago, maravillándose con lo que veía, todo lo que las civilizaciones del agua habían logrado construir.

Como Marshall no necesitaba tanto del aire, por ser mitad demonio. Llego al piso del lago que estaba fácilmente a unos 500 metros de la superficie.

Algo no estaba bien, las ciudades del fondo Del Mar estaban destruidas, como si hubieran sido presas de una guerra. Pero había una pequeña edificación que aún estaba preservada con dos criaturas marinas escoltando la entrada.

Ellos eran soldados, siempre cuidando a su gobernante. Al ver al demonio con alas, alzaron sus armas. Marshall levantó las manos en señal de paz. Los soldados estaban desesperados su gobernante no estaba en su sueño eterno, se estaba removiendo intranquilo.

Ambas criaturas Del Mar intercambiaron miradas y bajaron las armas. Guiaron a Marshall a donde estaba Adrew. El demonio pudo observar a un hombre totalmente esposado, sus cadenas eran peculiares tenían un hechizo que las hacía irrompibles.

Al principio creyó que se trataba de un enemigo de la ciudad, al ver cómo estaba esposado. Pero al ver cómo los guardias hacían reverencia, lo entendió todo.

Adrew estaba inquieto, Irish su hermano mayor había sido muy claro la última vez que le habló telepáticamente. Iba por su Eitabel, él debía detener eso.

-El no está muerto - gritaba Eitabel con el corazón roto, mientras Irish la veía con burla- Adrew está vivo, yo se que está vivo.

-Toda la comunidad está de luto por su muerte y me mandaron a mi, para avisarte.

Eitabel no quería creerlo, se negaba. Ella sabía que Adrew desempeñaba un cargo importante en la ciudad de donde es él. Pero ya habían pasado dos semanas desde la ultima vez que vio su aura.

-No- cayó al suelo, cuando Irish le entregó el collar que le había dado ella. Sintiendo como el mundo se le venía encima, trato de no mostrarse débil ante Irish

"¿De qué sirve un mundo sin ti? Mi mundo sin ti" esto le quemaba, le dolía, le impedía respirar. Irish al ver esto con sus poderes de agua la encarceló.

-Tú hermano quiere verte Eitabel - con una sonrisa de lado, llevándose a la líder de los cazadores.

-¿Qué ocurrirá si el líder de la Pangea, descubre que su esposa desapareció? - el arcángel de alas Rojas apareció en la sala donde Roxan, había terminado de operar a un paciente - ¿Perderá la cordura? Querrá entregar todas las manadas que les brindo protección a cambio de ti.

-No, Hafner no es como tú- decía Roxan enfrentándolo, no le tenía miedo, antes de que el arcángel la aventara contra los casilleros de la sala del quirófano, dejándola inconsciente.

Raguel sonrió de lado - nuestro trabajo ya está hecho señores - sus secuaces traían en las mismas condiciones a Greta Weisz y Solanche Meinson.

Dereck  que volvía de entrenar con su hijo, paró en seco al darse cuenta lo que estaba pasando. Había dos miembros de la manada Silver Moon asesinados, en la sala de su casa.

-¡Ese maldito la tiene! -gritó al ver el cuadro que estaba pintando su luna incompleta y con una gran mancha roja que rompía la monotonía de los colores azules y verdes -Preparen todo lo necesario, iremos por Raguel.

La lobos de la manada Silver Moon estaban aullando de dolor, su luna estaba perdida. Dereck junto con Zaid salieron de la casa al escuchar otros lobos llegar al territorio, era la manada Red Moon encabezado por el Alpha interino Sander Morgan.

-¿Qué dice? - le preguntó Dereck a su hijo, Zaid enmudeció.

-La tía Solanche también desapareció, papá.

Sander enseño la pluma roja que dejó Raguel. Como prueba que fue él.

Ambas manadas comenzaron a avanzar a Fray, al llegar al sitio de asentamiento de Green Moon, se dieron cuenta que también estaban en las mismas condiciones.

-Tenemos que ir por ellas - con la mirada perdía Hafner visiblemente preocupado, no le había sentado bien la noticia de que su luna desapareció, quemó la pluma de Raguel - Es momento de unir nuestras tres manadas, convirtiéndolas en una sola.

-Papá tenemos que acompañarlos, se trata de mamá- decía Jayden había vuelto hace un par de horas, viendo como los tres hombres preocupados alistaban todo para ir tras Raguel- No podemos dejarlos solos, en esto.

-Estoy de acuerdo con el rubio - decía Zaid sacando su navaja - Quien se mete con mi madre, no va a terminar vivo.

-Ustedes tienen que quedarse aquí chicos - decía Crystal junto con su esposo -tu también Hailey, son los que pueden calmar a las manadas -dijo la vampira señalando por la ventana, las tres manadas conviviendo afuera. Siguiendo con su ritual de luto por sus lunas desaparecidas.

Hafner se acercó a sus dos hijos -ustedes van a trasmitirle la tranquilidad a nuestros hermanos. No podemos dejarlos a la deriva, por algo somos sus líderes. Recuerden las palabras de su abuelo.

-Nuestra sabiduría, ha hecho de nosotros los líderes natos de la manada, no debemos opacar nuestra luz, por sentimientos encontrados. - recitó Lily Decanini, recordando las palabras del patriarca Decanini.