Wanda x Natasha

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Natasha miraba con atención los anillos que había, realmente no estaba muy segura de cual de todos era el correcto, había buscado la ayuda de su amigo Clint, pero ahora se sentía una tonta, era obvio que ese estúpido no le servía para nada, pues lo único que respondía era que todo estaba bien, así que su opinión era una basura.

Quería que fuera el anillo más hermoso, ya todo lo otro estaba listo, había reservado en un elegante y lindo restorán, uno íntimo pues no le gustaban para nada las peticiones de matrimonio con público, pero quería que su omega se sintiera especial quería que ese día lo recordara toda su vida, pues no sólo sería una petición de algo legal, su petición de matrimonio involucraba pedirle a Wanda dejarla llevar su marca, quería marcar a su omega, quería que al fin fueran una pareja en todos los sentidos.

— Ese le gustaría — explicó Clint señalando uno de los anillos que Natasha no había encontrado particularmente atractivo, se quedó mirando a su amigo sin entender su lógica para tal elección — tiene un rubí del color de tu cabello, Wanda amaría tener algo que le recuerdo a su alfa — se explicó rascándose la nariz, se sentía algo cohibido por tener aquellas ideas tan cursis.

— ¡Wow! Clint al parecer si hay neuronas ahí dentro — le respondió Nat riendo mientras le daba un juguetón golpe — gracias, Clint, de verdad — dijo más sincera dándole un sutil abrazo que Clint recibió gustoso sabía que su amiga no era muy adepta al contacto físico, excepto con su omega.

— Bueno Nat, ahora te dejo — le besó la mejilla — Laura me espera — y con eso el alfa se fue corriendo, aunque en realidad no sólo su esposa esperaba por él, también su verdadero omega, su amante.

Wanda no dejaba de parlotear haciendo que Nat la mirara embobada, aunque estaba perdida en aquel hermoso vestido rojo con un profundo escote que hacían ver a su omega más que apetecible, pero la omega ni siquiera se daba cuenta, ella sólo soltaba carcajadas para nada delicadas mientras se reía de su hermano, haciendo que Nat se uniera a sus risas, adoraba la encantadora personalidad de su omega.

Rieron y conversaron, se rozaron bajo la mesa y siguieron disfrutando, realmente disfrutaban de su compañía, desde las situaciones más cotidianas a las más eróticas, ellas se disfrutaban en todos los ámbitos de la vida, y de algo estaban seguras, ellas eran destinadas, los sentían en sus corazones.

— Amor, tengo algo que preguntar — explicó Natasha sintiendo por primera vez nerviosa, no temía de la respuesta de Wanda, aun así, no podía evitar estar nerviosa.

— No es necesario, acepto — la omega ni siquiera le dejó seguir hablando, sonrió ampliamente mostrando sus dientes, un rasgo en el cual era idéntica a su padre y luego se lanzó a los brazos de la alfa sin dejar de besar su cara de forma juguetona soltando risitas y su aroma a felicidad.

— Amor ni siquiera me dejaste terminar de hablar — gruñó un poco la alfa mientras buscaba la cajita de terciopelo.

— Porque siempre te diré que si mi alfa — respondió la más joven sonriendo — porque quiero ser tu esposa y quiero que llevar tu mordida — le besó los labios sonriendo — ya te habías demorado mucho alfa tonta — se explicó riendo — aunque papá era el más feliz con aquello — no pudo evitar soltar una carcajada al pensar en cómo su padre estaría de muerte.

— Eres única omega, mi omega — explico ella con una amplia sonrisa mientras con sus dientes raspaba su cuello.

A continuación, sacó el anillo mientras Wanda soltaba un fuerte chillido, no podía creer lo hermosa que era aquella joya, amaba aquel rojo rubí.

— Es del color de tu cabello, no puede ser más perfecto — explicó la omega mientras se lo ponía en su dedo anular y admiraba una y otra vez como se veía.

Natasha sonrió satisfecha, realmente tenía que agradecer al idiota de Clint, al fin había hecho algo productivo en su vida, no como intentar parecer heterosexual, por cierto, debían tener una sería conversación al respecto.

— Te amo bonita — dijo al alfa mientras se acercaba sonriendo para tomar sus labios.

— Y yo mucho más — explicó la omega antes de ser besaba con pasión, aunque Wanda no se quedó atrás mordiendo ligeramente los labios de la alfa, necesitaba que sus lenguas estuvieran juntas cuanto antes, quizás lo mejor sería abandonar el restorán cuando antes, no sabía cuánto tiempo más podrían resistir, aunque Wanda ya tenía una idea en mente, el auto de Natasha sería perfecto para comenzar una noche de pasión, con aquella idea en mente comenzó a tironear a su alfa, ya habían comida suficiente, ahora se debían comer entre ellas. 

Saga Omegaverse Marvel: Súper San ValentínWhere stories live. Discover now