Saga Omegaverse Marvel: Súper San Valentín

Lorna X Harley

— Hijos que lindos — Charles pasó y besó sus cabellos — me recuerdan a su padre — le guiñó un ojo a Erik quien negó con la cabeza riendo, aunque entendía muy bien porque lo decía, sus hijos realmente eran una extraña versión de él cuando joven.

Lorna y David Lehnsherr caminaron juntos al centro comercial, se separaron prometiendo encontrarse más tarde para volver juntos a casa, por ahora, cada uno iría con sus citas de San Valentín.

— ¡Bonito! — gritó Lorna colgándose de la espalda de Harley mientras el alfa reía, para luego tomarla entre sus brazos, levantarla algunos centímetros y besarla profundamente, no les interesaba estar frente a todos, ellos simplemente amaban demostrar lo mucho que se querían.

— Rogers-Stark deja a la rarita, yo te puedo dar más — dijo una sexy chiquilla que pasaba al lado de ellos, mostrando un gran escote y dejando salir sus feromonas. Lorna le levantó el dedo del medio mientras dedicaba algunos improperios en alemán, Harley se quedó como idiota mirando a la muchacha, sonriéndole sólo por cortesía.

La joven Lehnsherr se quedó mirando sin poder creerlo, comenzó a avanzar dejando atrás al alfa, no podía creer que fuera tan idiota, al parecer un digno hijo del tonto de Steve Rogers.

— Harley eres un arschloch un dumm, un wichsen — la omega le gritó enojada cuando Harley intentó detenerla, la omega no se vio intimidada y ante en férreo agarre no hizo más que darle una patada al alfa —no te pido que me defiendas porque se hacerlo sola, pero ahí te quedaste, babeando por esa zorra.

Harley la quedó mirando, él nunca quiso ver a la otra omega con otros ojos, sólo no quiso responder ya que su padre le había dicho que nunca se debía tratar así a un omega, ahora no sabía qué hacer, no entendía que era lo correcto.

Lorna estaba dispuesta a irse, aunque daría algunas vueltas primero, estaba segura de que sus padres también estaban disfrutando san Valentín y no quería ser una aguafiestas. Así que se sentó en una banca, notando que su alfa ni siquiera se había dignado a seguirla, quería llorar, pero no podía, en realidad, tenía más ira que tristeza, si se llegaba a cruzar con el alfa estaba segura de que esta vez sí iría por su cara, por su estúpida y hermosa cara.

— Bonita, perdón — Lorna dio un respingo cuando sintió la cabeza de Harley apoyada en su espalda, estaba por gritarle algunos improperios cuando escuchó un leve sollozo, de inmediato se giró, no podía creer que su alfa estuviera llorando, rápidamente tomó su cara y luego le indicó que se sentara, la omega se puso sobre su regazó y comenzó a inspeccionarlo.

— ¿Por qué lloras? — preguntó con un tono de voz frío, a veces, era demasiado idéntica a Erik.

— Porque soy idiota — dijo soltando una risa — en realidad no supe que hacer, de verdad Lornie no estaba mirando a esa mujer, no sabía que decirle a ella o que decirte a ti, y me frustré, porque soy un bueno para nada.

— Hey idiota, sólo yo te puedo decir eso — dijo la omega riendo, besando la mejilla — tú no te trates de esa forma, nadie te tiene porque tratar así en realidad, ni siquiera yo debí decirte todo lo que te dije — lo quedó mirando — perdón Harley, a veces soy muy impulsiva, hablo sin pensar y termino hiriendo a la gente, pero te amo bonito — ahora se escondió en el cuello del alfa — sólo fue un tonto ataque de celos, no quiero que nadie te aleje de mí, Harley eres el amor de mi vida y de solo pensar en perderte me duele — susurró la omega soltando algunos sollozos, ella nunca mostraba sus verdaderos sentimientos ante nadie, sólo se permitía quebrarse ante su amor y su hermano Peter, con quien tenía una conexión especial — creo que los dos somos unos tontos — sorbió la nariz y Harley riendo le dio algunos besos.

— Omega mía ¿vamos por helado? — Lorna se acercó y mordió su lóbulo, tenía una mejor idea.

— Te tengo un regalo algo raro — dijo la adolescente — tatuajes — Harley sintió un repentino miedo, no sabía si quería sentir agujas sobre su piel pero al ver la sonrisa de su novia no hizo más que aceptar, no quedaría como un cobarde.

Así fue como un par de horas después ambos tenían un lindo y pequeño tatuaje en conjunto, Harley aun estaba algo pálido luego de casi desmayarse, Lorna sólo le sonreía e intentaba mejorar su ánimo con mimos, nunca pensó que su alfa tuviera tanto miedo.

— Te amo bobo — susurró riendo, mientras le mordía el labio y luego iba por su cuello, amaba dejar sus marcas en aquel lugar, aunque sabía que luego tío Tony y tío Steve lo regañaban.

El alfa comenzó a gruñir, se escondieron en algún parque cercano y Lorna comenzó a gruñir cuando Harley le subió su camiseta, sin dejar de acariciar su torso, dejando marcas por todo su torso, poniendo especial énfasis en sus costillas.

Ambos se estaban besando con más pasión cuando el móvil de Lorna los interrumpió, fantástico había llegado la hora de volver susurró la omega enojada. Harley la ayudó a vestir riendo mientras prometía buscar la forma de hacer que pronto tuvieran un viaje juntos.

Se fueron de la mano riendo, sin dejar de mimarse, ellos se amaban y siempre estarían juntos, o tendrían que gastar algo en laser para poder borrarse sus nuevos tatuajes.