Peter L. X Logan

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Logan se quedó mirando a Peter, quien en ese momento sólo portaba una de sus camisetas, una que para ese entonces tenía grandes manchas de rosadas, chocolate y quien sabe cuántas otras cosas pegajosas. 

Peter dio una sonrisa torcida mientras se acomodaba mejor en uno de los sofás y llenándose la boca seguía cambiando los canales de televisión.

— Omega ¿ni siquiera puedes esperarme con ropa limpia, de forma decente? — preguntó Logan dejando su maletín.

— Vete a la mierda — respondió Peter levantándole el dedo del medio, ignorando a su alfa y llenándose la boca otra vez.

Logan respiró profundo, algo molesto por la actitud de su omega, por lo general ignoraba sus malas actitudes, pero había días en que realmente lo sacaba de quicio. Así que simplemente lo ignoró, pasó de largo y fue a darse una ducha, para despejar su mente y su boca, no sería bueno soltar algunas palabras, luego se podía arrepentir.

Luego se encerró en su despacho, aun estaba enojado, en realidad se sentía idiota, había imaginado que por ser San Valentín Peter le tendría algún regalo, que lo esperaría arreglado, las cosas que hacían los omegas pero el suyo era uno muy particular, estaba pensando seriamente en cancelar la reservación en aquel lindo restaurant italiano, Peter ni siquiera merecía algo así de elegante.

Un fuerte grito lo hizo dar un salto, pero siguió absorto en el papeleo, de seguro era Peter gritándole otra vez a la televisión, pero un fuerte olor a quemado lo hizo finalmente abandonar el trabajo, seguro una estupidez había hecho su omega.

— Peter ¿Qué mierda? — gruñó cuando vio algo de humo saliendo de una olla. Pero su regañó quedó en el aire al ver como el omega tenía la mano bajo el grifo mientras hacía una mueca de dolor.

El alfa rápidamente fue a su encuentro, notando como Peter estaba maldiciendo en alemán, aunque no pasaron desapercibidas algunas lágrimas que caían por sus mejillas.

— Quemé la cena — explicó el omega con un tono de voz triste — intenté hacer algo para ti, pero no soy bueno en esto, soy igual de inútil que papi Charles — soltó una risa — una vez quemó las cortinas, aunque estoy seguro que papá tuvo que ver en su descuido — explicó riendo, mientras Logan negaba con la cabeza, con cuidado fue a revisar la mano del omega, que para ese entonces estaba de un fuerte color rojo con algunas ampollas formándose.

Sin decirle nada lo llevó al auto, necesitaban ir a urgencias, que alguien revisara esa quemadura que no se veía para nada bien, necesitaba saber que su omega estaba bien. Peter se fue en silencio gran parte del camino hasta que sin aviso soltó algunos sollozos cuando ya habían llegado al hospital.

— Quería regalarte algo, hacerte una cena — lloriqueo más fuerte — pero soy un desastre, no sé hacer nada bien, sólo hice que te enojaras — escondió su cara entre las manos — estúpido embarazo me hace llorar por todo — ahora sus sollozos eran realmente fuertes — me duele la mano, me duele — estaba lloriqueando como un niño pequeño.

Logan se sentía horrible, había tratado mal al omega y no le había dado la contención que necesitaba, se sentía realmente un pésimo alfa. Con cariño se acercó al omega y lo abrazó con fuerza, mientras Peter no dejaba de llorar, a Logan se le partía el corazón verlo de esa forma, lo consoló hasta que dejo de gimotear para luego ayudarlo a descender del auto, debían ver esa quemadura.

— Perdóname bonito — pidió Logan cuando ya iban de regreso a casa, a Peter habían tenido que inyectarle analgésicos y vendado la mano, había sido una quemadura de segundo grado — perdón por ser un estúpido alfa.

Peter sólo le sonrió devuelta mientras se empezaba a dormir, estaba cansado luego de todo lo que había pasado.

Logan lo recostó en el sillón, mientras Peter medio dormido le rogaba que no lo dejara solo, el alfa le besó la frente con cariño prometiendo volver cuanto antes, pero no podía permitir que el omega se fuera a la cama con el estómago vacío.

Al abrir el refrigerador se encontró con un horrible pastel rosa con chocolate, ahora entendía las manchas en la camiseta de su omega, sonriendo como estúpido sacó el pastel y le tomó algunas fotografías antes de sacar una rebanada, aunque si era sincero, tenía miedo sobre que tan comestible era aquella tierna monstruosidad. Pero para su sorpresa sabía realmente bien, una delicia, y era la primera vez que alguien cocinaba para él, se sentía realmente halagado y aún más enamorado de su Peter.

Al volver se encontró a Peter durmiendo plácidamente, no tuvo corazón para despertarlo. Lo tomó entre sus brazos y lo llevó a la habitación que compartían, lo acunó y al fin pudo entender que tan equivocado estaba.

No necesitaba un omega perfecto, como aquel que siempre había soñado, solo necesitaba a su omega, a su Peter.

Lo acunó y besó su coronilla con cariño, ya al día siguiente le daría su regalo de San Valentín, por ahora necesitaba que su omega descansara, Palmer había explicado que el omega estaba más sensible y cansado por el embarazo, que sólo necesitaba más mimos y cuidados, y él lo haría todo por su amor, por su vida entera.

— Te amo bonito, gracias por tu pastel — dijo riendo — aunque era bastante feo.

— No te burles, era un hermoso conejito — respondió Peter medio dormido — te amo arschloch.

— Si bebé, hermoso — respondió irónico mientras le daba un casto beso y lo abrazaba más a su cuerpo, les quedaban muchos san Valentines por celebrar, de seguro alguno lo podrían hacer en un elegante restorant.

Saga Omegaverse Marvel: Súper San ValentínWhere stories live. Discover now