Negro y condenado espíritu
¿aún alcanzas a recordarme?
a mí, tu viejo compañero
a mí, tu viejo traidor.
Que días fueron aquellos
tan violentos pero desapresurados
donde el colectivo era una herida
y tu y yo una ácida sal.
El mundo suplicaba silencio y calma
y tu y yo no parábamos de gritar y sollozar
ellos eran la lástima y arrepentimiento
y tu y yo éramos la culpa y remordimiento.
Pero te abandoné, mi viejo y condenado
negro espíritu de más allá del ocaso
que anda solo en una lúgubre penumbra
buscando quien lo lleve de vuelta.
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Algunos días y noches
PoesíaAmar es el bello atardecer que precede a una mística pero siempre oscura noche. Yo la llamo la 'Amoría'.