ELLA Y EL

No Lo Sé

-¿DONDE DEMONIOS ESTA ÓSCAR? -le volví a decir.

-No lo sé.

No lo sé, no lo sé, no lo sé, no lo sé, sus palabras recorrian mi mente mientras la buscaba en que cada rincon, Nazareth estaba de píe ahí ¿Dondé está? le pregunté, pero tampoco sabía, salí corriendo del laberinto de la universidad, y estaba ella con un hombre flaco y alto, ella estaba junto mi carro y se estaba protegiendo, el hombre tenía una navaja en la mano. 

-¿Que sucede? -pregunté- ¿quien te crees?, a ella no cabrón. 

Lo agarre de la camisa y lo pegue contra el vidrio de mi carro, rompiendolo con fuerza mientras su cabeza impactaba contra el...

-Sueltalo, sueltalo -Decía Betania, más mis imagenes no me dejaban detenerme- Por favor, A. sueltalo. 

El hombre calló en el suelo, y me fuí defrente a seguirlo golpeando en el suelo la gente se aglomeraba en mi lado sin nisiquiera decir una palabra, todos estaban asombrados de lo que estaba haciendo, más no podía soportar lo que pasaba, "Bam" era una bala, habían llegado los policia, habían unas 3 patrullas al rededor del carro me levante de inmediato de el suelo y dije

-Montense, en el auto -Al instante estaba Betania y Naza en el coche.

Óscar ya se había ido, el sonido de su carro lo había oido pero no me detuve, "mis cosas" no importaba ya en esé momento, encendí el coche y explote las turbinas en el arrangue los policias nada más veian un destello, mis giros eran forzados, el volante se ponía duro por los giros, en menos de una hora estabamos en un restaurant comiendo sabia que tenia que vender el carro, los policias tenian la placa ya, pero  eso lo vendía por los bajos fondos, de todo universitario que necesita un carro. 

No había conseguido ni 1$ en esa pelea, más solo me importaba que no le había pasado nada a Betania, no se aunque ella tenga novio, no quiero que le pase nada... Extraño.

-Gracias -dijo ella avergonzada- muchas gracias.

-¿Por que nena?

-Por que no sé que hubiera pasasdo si tu no hubieses llegado...

-Está bien, no hay nada que agradecer, no sabría que hubiera pasado si te pasaba algo.

Betania me quedo viendo y derrepente sonó mi teléfono era Óscar:

-Alo, man...

-Que paso. -respondí.

-¿Donde estan? 

-En el restaurant al que siempre venimos, no vengas hablamos mañana ya estamos por irnos...

-Ok, hablamos mañana. 

-Chao.

Nosotros duramos dos horas más sentados en la mesa, Nazareth al lado de Betania y yo en el otro puesto, mi cara estaba llena de sangre por los golpes de R. pero no sentía dolor, ellas solo me miraban y me querían llevar a un hospital, más no podía ir..Luego de un rato las lleve para su casa, Betania solo me miraba con tranquilidad, no sabía quien era ella, por que mis instintos de protección por ella aumentaban si solo la he visto 3 veces en mi puta vida. 

Cuando llegué a mi casa, encendí el NoteBook, tenía un correo electronico más de Oriana...

De:  OriDa@lamásnegra.com

Para: Martin@Peleandodesdeeliniciodelostiempos.com

Asunto: Acordar la reunion.

Hola A., ¿como estás? esperó que bien, será que mañana a las 10 am ¿Nos podamos conseguir en el cafe al cual siempre ibamos antes? Necesitamos hablar con urgencía.

URGENTE. 

Respondí de inmediato...

De: Martin@Peleandodesdeeliniciodelostiempos.com

Para: OriDA@lamásnegra.com

Asunto: Acordar la reunion.

Hola Oriana, estoy bien gracias a Dios, espero estes igual. Está bien nos vemos allá. 

Cerre la NoteBook y me acoste a dormír eran casí las dos de la mañana, ya estaba cansado, y mi teléfono lo había dejado en el carro, no iba a bajar tampoco a buscarlo... 

Al día siguiente me desperté muy temprano, eran casí las 6:30 A.M. me dí una ducha y me puse ropa limpia, recien lavada. Salí de inmediato hacia el café donde todas las mañanas desayunaba, a comprar mis dos medías lunas y mi café Mocaccino, me senté en una de las mesas a esperar a Oriana, llego en unos instantes ella tambien pidio un Mocaccino, Jorge el dueño de la tienda ya sabía nuestros pedidos de siempre y preguntó en voz alta:

-¿Ya volvíeron? habían durado mucho separados pequeños tortolos. 

-No, Jorge solo somos conocidos ahora. -negando con la cabeza- Todo ha cambiado en este tiempo. 

Se sentó en la mesa, con cara de tristeza y dijo silenciosamente con la voz apagada "Hola".

-Hola -Respondí- ¿Como has estado?.

-Bueno, no hemos venido a hablar de como estamos, por que creo que ya te has dado cuenta qué estoy mal, la verdad es que ya no sé de donde salen fuerzas para estar...

-¿Por qué?

-Por que te extraño, la verdad me he dado cuenta que todo lo que hice en ese instante con J. estuvo mal, no fué mi intensión. Aldo te extraño.

-Primero, no tienes derecho a llamarme por A., ni por mi nombre que sabes que no me gusta que me llamen por el... Solo dime Martin, yo también extrañaba esas conversaciones hasta la madrugada, pero te logre olvidar Oriana, la verdad ya no te pienso, me he vuelto el mismo desgraciado que nunca fuí contigo, y lamentablemente ya no me importas. Puedes hacer con tu vida lo que tu quieras, es más vuelve con el. 

-Martin, per... -Su cara entristeció y las lagrímas comenzaron a caer.

-No, Oriana no. Adios. 

Me levanté de la mesa y fuí directamente hacía donde Jorge tenía que pagar la cuenta, los dos Mocaccinos y mis medias lunas, termine de pagar y jorge pregunto sigilosamente

-¿La dejaras ahí? 

-Sí, ahí se quedara durante un rato, no le vayas a decir nada, si pide algo más me lo anotas en la cuenta, por favor Jorge, hablamos mañana...

-Dale A. cuidate mucho hijo...

Jorge era un señor de unos 69 años y desde hace algunos años atrás que me mude al vecindario desayuno todos los días en su cafetería, con Oriana solía ir a tomar café, pero ella me traiciono, me engaño, algo que nunca hice yo, ella ha sido la unica persona a la cual le fuí fiel, ahora quiere pedirme disculpa, pero no... Todo cambió un año sin ella fue duro pero me enseño a soportar los golpes que da la vida, y en eso apareció ella, quien es y que me causa no lo sé pero ya lo averiguaré. 

Me fuí a la policia tenía que resolver lo del carro, cuando llegue como lo suponía mi carro estaba siendo buscado con una multa de 500$ la pagué y mi carro estaba exonerado, ó sea literalmente yo tampoco era buscado por nadie.