Sus lágrimas corrían y no sabía como pararlas, solo verla ahí arrecostada en el mueble azul, mi casa era sumamente pequeña, pero tenía lo necesario para vivir solo, mi familia me había botado de la casa desde que tenía 15 años, por esa misma razón me adentre en el mundo de las P.C. (Peleas clandestinas) no eran difíciles ya estaba acostumbrado, normalmente me acompañaban Óscar y Nazareth que ellos les gustaba ver ese tipo de peleas, a Oriana mi ex no le gustaba que yo peleara. Más a mi me apasiona pelear, nunca lo he dejado.
-Sera que ¿me puedes regalar un vaso de agua? -Preguntó, fingiendo una sonrisa- Por favor.
-No es necesario que finjas lo que no sientes cariño. Ok, yo te traigo el agua de inmediato -Fuí a buscar un poco de agua con azúcar para que no se vaya a desmayar- Tomá -Le dijé.
-Gracias, discúlpame por lo de ho... -Comenzó a sonar los dos teléfonos
-Aló -dijo Betania- Estoy con A., no, -Tuvo una pausa- no, no voy a ir, no me siento en capacidad -otra pausa- termine con S. Nazareth -Estaba hablando con Nazareth- Si, en la casa de A., ok. esta bien... Chao.
Al instante trancó el teléfono, "vienen para acá." dijo. Saqué el teléfono y llame a Alberto...
-¿Dónde están?, man -pregunté apenas contesto.
-En la casa, pero ya vamos saliendo...
-¿En cual? ¿En la tuya o en la de Nazareth?
-En la mía, sabes que los papas de Naza no me aceptan.
-Espéranos ahí man en un cuarto de hora estoy allá. Voy a buscarlos. -Tranqué el teléfono de inmediato, y a los dos minutos me llego un mensaje de texto era Nazareth diciéndome "Cuida a Betania A. Por favor."
-Vamos a buscarlos. Levántate de ese asiento floja...
-¿Me prestas el baño?, no quiero que me vean así.
-Agarra lo que necesites de acá nena, esta es tu casa.
Su mirada se aclaró mientras la levantaba y por sus mejillas corría un rubor natural explendido que con las lágrimas la convertía en la belleza de Venus la Diosa del Olímpo, su dolor lo sentía como mio, no quería que sufriera decidí darle el mejor día de su vida...
Bajamos de inmediato, y cuando nos montamos en el carro, le pregunté:
-¿Todavía quieres saber mi nombre?
-Sí -Secándose las lágrimas y mirándome con cara de sorprendida, sus rubor volvía a recorrer su cara.
-¿Sabes quien es Venus?
-Sí, la Diosa de la hermosura -Respondío...
-Tu te pareces a ella... -Dije encendiendo el carro- Tienes algo que la verdad me ha comenzado a importar no sé quien eres completamente, pero me encargare de saberlo, solo necesito que estés bien, así que hoy tendrás el mejor día de tu vida, y no te acordaras de S.
-Tu nombre...
-Aldo.
-¿Por que no te gusta que te llamen así?
-Aborrezco mi nombre desde hace 10 años, que fué cuando mi mamá me boto de la casas y mi familia me dío la espalda. No me gusta pues, pero mis amigos verdaderos, solo ellos y ahora tu lo sabes, me refiero a mis amigos verdaderos con Nazareth y Alberto, nadie más sabe mi nombre... Bueno y Oriana, pero no hablemos de ella ¿si?
-Está bien A., no quiero ir al cine, por favor.
-No iremos al cine. Calma confía en mí.
-Ok.
En unos minutos de silencio llegamos a la casa de Alberto, bajaron de inmediato y se montaron atrás...
-¿Vamos a tu casa? -Pregunto Nazareth.
-No, hoy no nos aburriremos... Vamos al parque de atracciones, el nuevo que abrieron el de Philadelphia, vamos...
Betania me quedo mirando, y una sonrisa salio de su rostro, sin pensarlo acelere el carro tanto como pudé, las llantas volvieron a dejar dos lineas en el suelo de quemadas, sentía que el carro se iba a quemar, no me importaba solo quería que betania estuviera bien, pusé un disco de Linkin park, o sea son de rock alternativo, y subí todo el volumen, voltee y la veía bailando dentro de su asiento, también iba sin C.d.S.
-Póntelo, por favor - dije.
-No. -Frene el carro de golpe y ella se tambaleó hacía adelante, poniendo las manos en el espejo del carro y empujándose hacia atrás.
-Ahora ponte el maldito cinturón, no quiero que te pase nada. Por favor. -Se lo puso, mire por el retrovisor y Nazareth me estaba viendo con una mirada de pánico.
Llegamos a el parque, y Betania cuando entro su mirada cambio completamente, de estar opacada se había convertido en luminosa, intento pagar la entrada, más no la deje, no me lo podía permitir...
Naza me quedo viendo de reojo, con su mirada me decía muchas cosas, la primera: no quería que yo lastimara a Betania, sabía que yo tengo esa facilidad con las mujeres para enamorarlas y dejarlas, dos: era virgen... "ERA VIRGEN" tres: me conocía demasiado como para saber quien soy y no le gustaría que la trate mal tampoco. Más ninguna de las tres era mi intención...
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ELLA Y EL
RomanceEstá es la historia de dos locos enamorados, que sin conocerse ya sé querían... Se unieron a raíz de sus diferencias, como los polos opuestos. Espero sea de su agrado.