Misterioso

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Nos montamos tres veces consecutivas en la montaña rusa, su risa no se detenia por ningun momento, aunque sabía que en el fono se sentía mal, en un instante Nazareth me llamo aparte, Betania y Alberto fueron a comprar golosinas y algodón de azucar, Nazareth necesitaba hablar contigo, más no me lo había dicho pero me lo había hecho entender desde que acelere el carro y frene para que se pusiera el cinturon de seguridad.

-¿Que te pasa? -Preguntó.

-¿Sobre que?

-Con Betania, veo que la miras diferente.

-No lo sé, aun no lo sé la siento especial, y no la quiero perder la verdad, es que de ella siento algo fuerte más no sé que es.

-Aldo Martin, te conozco mejor que nadie y a ti te pasa algo -Me miro con cara de desconfiar- y lo averiguaré.

-Ok -Solté una carcajada de nuevo ahogada, me sentía con vergüenza de mi mejor amiga, mi hermana, ella sabía todos y cada uno de mis secretos mas ocultos- Te amo Nazareth...

-También te amo, hermano. -Dijo, y se interrumpio por que Betania y Alberto venian con las golosinas.

-¿Quieres ir al laberinto del terror A.? -dijo Betania- No me gusta entrar sola, pero me gusta entrar.

-Está bien vamos...

Entramos a la casa del terror, el paseo duraba más o menos medía hora, segun lo que decian ellos, comenzabamos en un cochesito mecanico que se queba estancado en una cuarta parte, desde allí teniamos que caminar, más no fue así, el coche no arranco, más ya habíamos pagado así que fuimos caminando por todo el laberinto, solo ella y yo. 

-Cuentame de ti Betania...

-¿Que quieres que te cuente?

-Todo...

-Bueno, me gusta el futbol y el basquet, amo el piano, más no lo sé tocar, me gustaria pero después, me encanta leer, soy casí hipster, ah y solo mientras me llame la atención. No bailo muy bien, eso pienso yo aunque mis amigas digan lo contrario... -Ahogo sus palabras y continuo- A., Soy una chica muy sentimental, lloro por todo, más disculpame por haber dejado que me vieras así hpy, soy de las chicas que prefiere estar mal antes de que mis seres queridos lo esten... Y así, ahora cuentame de tí, sigo diciendo que eres un hombre "Misterioso"...

-Bueno, yo me crie en la calle, mi familia me abandono desde que era un niño, más o menos a los diez años, conocí a Óscar en la calle también, divagaba como yo, en poco tiempo eramos mejores amigos, entre a una pelea por error, pensaba que era una fiesta y solo quería divertirme un poco, cuando entramos me di cuenta que nosotros podiamos vender golosinas adentro, comenzamos a vender golosinas, hasta que conocí a un viejo amigo Roco, el era peleador tenía unas 25 peleas en invicto, el fue el que me mantuvo en su casa durante mucho tiempo, bueno a mi y a Óscar, pero a mi me apasionaban las peleas y le pedí que me enseñara a pelear...

*Recuerdos* Llegué a la casa, y estaba Roco sentado en su vieja cilla hecha de Roble, tallada por el mismo, el estaba en la universidad, pero tenía unos 25 años, era un tipo tranquilo, pero lo que le apasionaban eran las peleas, siempre en las tardes se fumaba un tabacó y ahí estaba con su tabacó diario, me miró de reojó y me dijo: 

-¿Qué tal te va? Aldo -Siempre me llamaba por mi nombre.

-Bien, Roco. Y a ti -Pregunté- Roco, sabes necesito pedirte un favor.

-Claro, dime ¿Cual?

-Enseñame a pelear...

-Oh, no Aldo, es una tarea muy dificil y la verdad te considero como mi hijo para que entres a las peleas, tanto como yo he estado, la verdad pienso retirarme, ya mis tiempos de fama se perdieron, no soy el mismo adolescente, ahora pienso diferente, cada vez que me siento acá me pongo a pensar, a ustedes dos los considero como mis hijos y mis hijos, siempre han estado conmigo en momentos buenos y malos sin mirar atrás. Y la verdad, no quisiera que tu también cayerás en este camino de vicios, yo no sé si algún contrincante que yo tenga vaya a venir y me vaya a golpear tan duro que yo no me pueda parar, no lo sé recuerda que ellos son jovenes y yo cada día pierdo mi velocidad... 

-Te prometo que solamente peleare si es necesario, pero por favor enseñame.

-Está bien, pero mi unica condición es que Óscar también aprenda, ustedes dos son hermanos, y no creo que vayan a separarse pero si llega el caso tienen que saber los dos que tienen que hacer en ese momento tan peligroso...

-Está bien, Roco... Gracias.

 

ELLA Y ELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora