Me enamoré sin querer

Extra: Navidad, 20 años después

 El anfitrión de cabellera blanca, atada en una cola de caballo, de elegante traje negro, se paseaba con una copa de vino tinto, con un resplandeciente anillo de oro en su dedo anular, y sonrisa encantadora, saludando a todos sus invitados. Miembros políticos, inversores extranjeros, los amigos de Daniel, que con los años se habían vuelto los propios, y sus familias, y por supuesto,  los Fenton. Después de todo, ya eran familia. Vlad sonreía e intercambiaba opiniones con los personajes políticos que en su tiempo como alcalde, habían sido conexiones necesarias e imprescindible para su gobierno, pero ahora, eran solo unos viejos amigos. Era agradable poder conversar y escuchar de fondo las voces de las personas más importantes en su vida, reír y conversar a montones. El mayor había contratado personal para atender las mesas de comida, haciéndose cargo de la entrada y el bufet. Después de unos minutos, fue a saludar a sus suegros y su muy linda cuñada, y a sus dos hijos kevin y Zack, dos adorables niños de seis y nueve. Se parecían bastante a su madre. 

_ Increible fiesta, hombre V. _ alabó Jack, palmeando la espalda del millonario. La fiesta rebosaba de felicidad y espíritu navideño. _ Como siempre. 

_ Muchas gracias, Jack. Quería lo mejor para mi familia y amigos. _ sonrió, dándole un fuerte abrazo, sorprendiendo un poco al cazafantasmas. Desde que su mejor amigo se había casado con su hijo, se había vuelto mucho más demostrativo de lo que había sido nunca, y él todavía no terminaba de acostumbrarse a dicho cambio. _ Le pedí al chef que hicieran tus platillos favoritos.

_  ¿De verdad? _ preguntó emocionado, haciendo reír a Vlad. _ Pero... ¿no es comida demasiado sencilla para una fiesta como esta?

_ Jack..., amigo, estás vestido todo de naranja. ¿No crees que el tipo de comida que sirva no es muy relevante? _ el nombrado sonrió nervioso, rascando un poco su nuca. _ Además, es una fiesta familiar, ¿que importa la comida o la forma en que llegas vestido?

_ ¡Tienes razón!, no es importante. Ahora, ¿dónde está la pizza de pepperoni?

_ ¿La que comíamos en la universidad? 

_ Sí. _ Vlad señaló un rincón de la sala repleta de gente, y este salió corriendo en esa dirección. Maddie lo sujeto de la mano para llamar su atención, y este sonriendo, la abrazo. 

_ Buenas noches, Maddie, ¿como has estado?

_ Luchando contra el dolor de caderas. ¿Y tú?, veo que aún no tienes esos problemas. _ Vlad se hundió de hombros, y le sonrió. _ Qué envidia. Me encantaría verme al menos unos años más joven. 

_ Pero que dices. Te ves hermosa. Siempre lo haces. 

_ Oww... Vlad...  ya no tienes que halagarme tanto, ya tienes a mi hijo. 

_ Jajaja no miento. Disfruta la fiesta. _ ella asintió y fue a buscar a su esposo, antes de que este se acabara todo el ponche como en la fiesta de ex alumnos de la universidad. _ Jazmín, mi niña, ¿como has estado?

_ Excelente, gracias. _ dijo dándole un beso en la mejilla, y dejando que su esposo le diera un apretón de manos. _ Zack, Kevin, saluden a su tío. 

_ ¡Hola, tio Vlad! _ dijo el más pequeño de los dos, Kevin, alzando sus manos, para que lo alzaran. Su madre protestó, pero el platinado dijo que no tenía problema y lo alzó. _ tio, ¿donde está el tio Danny? 

_ ¿Su tío?, están con Diana y Vicente en el centro comercial, pero estarán aquí en cualquier momento. 

_ Tío, ¿aún nos ayudará a convencer a mamá de que vayamos a esquiar con ustedes? _ susurró a su oído, con sus manitas a cada lado, para evitar que se fuera su voz y su madre lo escuchara. Vlad sonrió y asintió discretamente, siendo jalado por su pantalón por Zack, que tenía el ceño fruncido.