Me enamoré sin querer

El mejor peor día de mi vida: Parte 1

_ ¡Matrimonio! _ <<Oh, no, aquí viene...>>, pensé fastidiado desde mi silla, mientras veía como mi madre sobre reaccionaba a mi compromiso con Vlad, frente a mí en la cocina. _ ¡¿Le pediste matrimonio a mi bebe?! _ suspiré. Sé que fue descuidado de mi parte no ocultar mi anillo de compromiso frente a mis padres, pero ingenuamente pensé que no se darían cuenta de él, pero mi madre tiene vista de águila, y nos interrogó ni bien se dio cuenta, llevándonos a los tres a la cocina, es decir, A Vlad, mi papá, y a mi. _ ¡Tiene 18 años!, no va a casarse tan joven. _ mi madre estaba echa una furia, tanto, que agarró una escoba e intentaba golpear a Vlad, por lo que este se terminó escondiendo detrás de mi padre, usándolo de escudo. 

_ Maddie, cariño. Creo deberías hablar sobre esto de una forma más... civilizada que esta. _ sugirió el hombre de naranja, tratando de calmar los ánimos. _ ¿qué tal si lo hacemos mientras desayunamos?, ¿he? _ miró a su mujer, que se mostraba reacia a apartar la vista de su mejor amigo. _ O tal vez no... _ suspiró volteando a verme. _ Hijo, que tal si ayudas a tu padre, ¿he?

_ Lo siento, papá, pero ya no tengo nada más que decir. Me casaré con Vlad, y fin de la discusión. 

_ Sobre, MI, cadáver. _ dijo rechinando los dientes. _ Vlad, te quiero fuera de mi casa, AHORA. _ dijo mientras mi padre acompañaba al mayor a la puerta, más que nada por su seguridad, convenciéndolo que ahora no era un buen momento para hablar sobre el tema. _ Y en cuanto a ti... _ dijo esta vez señalándome con el oflador. _ Vete a tu habitación. 

_ ¿Por qué?, ¿por que dije que quiero casarme?, nadie castiga a su hijo por algo tan insignificante como eso. 

_ YO, SÍ. Ahora... ¡que vayas a tu cuarto! _ resoplé molesto y caminé con pisadas fuertes, haciendo sentir mi furia, y cerré de un portazo la puerta de mi cuarto. <<¿Que le sucede??>>, no es tan grave, ni que me fuera a sacar del país o algo así. Me transformé en fantasma al mismo tiempo que mi celular sonaba. Era Vlad. 

_ No lo hagas.

_ ¿Qué cosa?

_ Lo que sea que estabas por hacer. _ bufé molesto, y luego de quitarme la transformación, me tiré a la cama apagando el telefono. Maldición, estaba tan furioso..., porque siempre tiene que ser de este modo. Soporté solo dos horas antes de aburrirme lo suficiente para escaparme por la ventana de mi cuarto. No iría con Vlad ya que este se había puesto en plan "Adulto responsable", así que solo me quedó ir a ver si Sam estaba en casa, pero quise avisarle con antelación, y vi que tenía un mensaje de ella y de Tucker, que decía que mi mamá le había prohibido a los padres de ellos que me dejaran llegarme por sus casas, así que me quedaban pocas opciones. No me quedó otra que ir con Paulina. Me trepé por la escaleras de incendios a un lado de su ventana, y como siempre, esta estaba abierta. Entré y la esperé, mientras tomaba uno de sus libros. Pasado unos minutos la vi entrar, pero no sola. Dash estaba con ella, y parecía demasiado concentrado en besarla, que no notó mi presencia hasta que tosí, asustandolo tanto que se cayó de la cama, donde estaban ambos. 

_ ¿Este libro es nuevo?, no lo había visto antes. _ dije despreocupadamente, mientras seguía ojeando sus paginas. _ ¿me lo prestas? _ dije sonriendo, a la vez que ella se acomodaba la ropa, y trataba de formular una oración, entre la sorpresa de verme allí, y lo avergonzada de la escena que había presenciado. 

_ ¡¿Qué diablos haces aquí, Fentonto?! _ dijo furioso caminando hacia mí, tomándome por la solapa de la remera. Desde que Paulina es mi amiga, Dash ya no me asusta de algún extraño modo. 

_ Vine a ver a mi novia, ¿no es obvio? _ dije con arrogancia y una sonrisa presumida, que hizo que intentara golpearme, pero su puño me traspasó, asustandolo. Él no podía creer lo que estaba viendo. _ ¡Bu! _ dije sobresaltandolo. Paulina corrió hacia mí preocupada.