Día 07

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La semana llegó a su fin y después de esas cortas vacaciones era tiempo de regresar a Yokohama, después de reunir múltiples recuerdos que conservarian toda su vida debían salir de la burbuja en donde todo parecía perfecto estando solo ellos dos para volver a hacer frente a los conflictos nacionales e internacionales que amedrentaban a la ciudad y a ambas organizaciones

- creo que no se nos olvida nada - ya había revisado toda la habitación para asegurarse de ello, separó lo que llevaban al llegar y las cosas que compraron ahí pues en aduanas tendría que declarar cada uno de los objetos

- oye Chuuya- se detuvo detrás suyo acariciando sus hombros y espalda con las yemas de sus dedos hasta sus caderas aventurandose sobre su vientre aun plano - no sería lindo escapar de Yokohama y hacer nuestras vidas lejos de todo, lejos de la mafia y la agencia, solo tu, yo y nuestros hijos

- Dazai... - cerro sus ojos al sentir su aliento cálido sobre su oído estremeciendose con el suave tacto de sus labios sobre su cuello - no podemos... no puedo

- siempre tan leal verdad Chuuya - retomó su distancia sonriendo algo decepcionado, por un momento creyó que el pelirrojo dejaría a un lado su fidelidad hacia la organización que lo acogió en el pasado y correría apresurado a sus brazos huyendo de todo y de todos

- lo siento Dazai, no es que no quiera pero sabes que es imposible, no puedo dejar la ciudad, la mafia es mi familia y aunque no quiero que nuestros hijos crezcan dentro de ese mundo oscuro tampoco voy a darles la espalda a quienes confían en mi - dio un par de pasos acercándose al detective y rodearlo con ambos brazos - pero te aseguró que cuando llegue el momento si dejaré la mafia

- ¿lo harás? - lentamente recogió uno de sus mechones que caían por su frente y colocarlo detrás de su oreja - Chuuya yo se lo importante que son ellos para ti por eso no te voy a presionar solamente no quiero que te suceda algo durante y después del embarazo

- no me pasara nada, no te dejaría jamás Dazai - esta vez lo obligó a inclinarse para poder alcanzar y besar sus labios, de alguna manera sentía nostalgia, tristeza tras cada movimiento sin embargo sabía que solo era algo pasajero porque en lo profundo de su corazón permanecia la dicha de que no habria nada capaces de separarlos

- ya es hora - se separaron pocos centímetros mostrando una sonrisa más tranquila

Tomaron las maletas, pagaron lo ultimo que pidieron a la habitación y se marcharon, un taxi los llevó al aeropuerto donde repitieron todo el procedimiento del viaje y esperaron para que pudieran abordar

Era noche aproximadamente llegarían a medio día según la diferencia horaria de ambos países así que solamente dormiría durante todo el viaje

El vuelo de regreso fue más tranquilo que el de ida, no se les hizo largo en lo absoluto a diferencia del anterior.

Una vez se hizo el aterrizaje, al bajar el mafioso pudo visualizar a dos de sus subordinados, con eso Nakahara se hizo a la idea de que el tiempo juntos había terminado y no sabían si podían volver a verse pronto

- te llevamos a tu apartamento- hizo una seña para que los hombres de negro tomaran las maletas y las llevarán al auto, el castaño no se negó pues no quería separarse de su ahora prometido

Durante el camino ninguno articulaba palabra, solo observaban por la ventana el paisaje al que estaban tan acostumbrados y que conocian perfectamente

- Chuuya estuve pensando estas horas y... quiero que vayas a vivir conmigo, sobre todo ahora que nos vamos a casar - sostuvo su mano enguantada entrelazando sus dedos

- si, si quiero -su respuesta fue inmediata, restando importancia a los mafiosos acarició su mejilla depositando un beso fugaz en sus labios - así que empaca porque mañana temprano paso por ti y nos vamos a mi apartamento -

-sabía que escogerias el tuyo - poso su mano sobre una de sus piernas donde presionó sin descaro

- por supuesto, no me gusta tu pequeño apartamento que te dio la agencia - dejó salir una risa divertida de su boca percatándose que finalmente había llegado

- entonces te veo mañana Chuchu-

Con un último beso se despidieron como si fuesen dos adolescentes enamorados, que aún sabiendo que estarían juntos después temian por separarse

Ese no era un simple adiós, sino un hasta pronto, ambos estaban ansiosos por el nuevo comienzo y la nueva etapa en su relación que estaba por iniciar, una nueva página para escribir su historia de amor.


Fin

Soukoku Fluff Week 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora