𝐄𝐬𝐭𝐚 𝐞𝐬 𝐦𝐢 𝐜𝐢𝐮𝐝𝐚𝐝 ¹ |GoнαɴхFeмαle!OC| [Drαɢoɴ Bαll] ; Editando

Capítulo 24 |Respuestas.

|Todo se da a su tiempo|

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A pesar de que Gohan dijo que íbamos a hablar después de que estuviéramos a solas, ese día no ha llegado por alguna u otra estúpida razón que se atraviesa. Pero soy Inoue Yuzuki y yo no me rindo fácilmente, así es.

—¡Lo estás haciendo bien, Videl! —Alaga Gohan al ver que ella comienza a elevarse de poco a poco del piso, comenzando a dominar esa cosa que el bóxer de osito hizo llamar "ki".

A pesar de que el arroz está centrado en la ojiazul y su progreso, a mí me llama la atención el hecho de que Goten ya sepa volar sumamente bien, ¡y no le costó nada!
Qué envidia, yo medio aprendí a volar (cof, levitar, cof) a los nueve años por mi propia cuenta —si a "propia cuenta" nos referimos a que me andaba matando por trepar un cerezo bien alto, claro— y Goten apenas va a tener siete años y su hermano mayor le está diciendo cómo hacerlo correctamente. Ugh, cómo crecen estos niños de hoy en día.

Salgo de mi mundo de quejas cuando veo cómo la hija de Satán se deja caer de pie y con cansancio al piso, pero mira exaltada a Goten y su vuelo; pobrecita, a ella le ha costado varios días aprender a levitar y el mini pelipalmera aprendió al día. Eso hasta a mí me da en el orgullo.
Gohan dice algo y sale a encontrar a su hermano, pero no le presto atención a sus palabras. Qué aburrimiento, yo solo quiero ir a comer algo, pero siento vergüenza confesarlo en voz alta.

—Tú también sabes volar, ¿verdad? —La pregunta de Videl me saca de mi ensimismamiento, percatándome de que ella esta sentada al lado mío. Solo me limito a asentir con la cabeza—. Vaya, ¿te enseñó Gohan? —Abro la boca para contestar algún monosílabo, pero el antes nombrado se me adelanta precipitadamente, apareciéndose.

—Sí, yo le enseñé —responde el idiota por mí con cierto nerviosismo—. Nos conocemos desde niños y ella me lo pidió —miente.

Ignoro el show de mentiras que le está armando a Videl para intentar no levantar más sospechas aún, centrándome en observarla. Desde que me enteré por la señora Milk sobre lo que pasó realmente en los Juegos de Cell, no sé, no puedo verla como antes. Sé que la de coletas no tiene culpa de nada ya que en ese entonces era una niña al igual que yo y Gohan, que su padre le mintió a ella también, pero..., ugh, ni yo sé. Solo siento una molestia y cierto recelo, ¡y me jode sentirlo porque es injusto para Videl que la esté tratando tan borde!

En mi defensa, no es grato enterarme que tu ídolo de artes marciales murió por salvar al mundo y nadie le dio méritos por su acto.

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—¡Nos vemos, chicos! —Se despide Videl antes de adentrarse a su nave y después se retira. ¡Al fin! Me alegra saber que tuvo un compromiso hoy y que se vio con la necesidad de irse.

Ahora sí no te vas a salvar de mí, Gohan.

—Yuzuki, ya está atardeciendo, creo que...

—Ni lo pienses, saltamontes —le corto rápidamente—. Dijiste que íbamos a hablar y eso es lo que vamos a hacer —reclamo y lo miro fijamente, dándole a entender que no me pienso ir hasta que resuelva mis dudas.

—De acuerdo... —murmura resignado y sonrío con triunfo. ¡Ja!—. ¡Goten, voy a ir al río con Yuzuki, te doy permiso para que vayas un rato a jugar con los dinosaurios! —Le grita Gohan a su hermano menor, quien no está muy lejos de nosotros.