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—Es mejor que no interfieras en ello

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—Es mejor que no interfieras en ello.— La postura de NamJoon era firme y sin titubear en lo que pensaba, lo cual hizo resoplar a su esposo. SeokJin desvió su mirada al cuerpo dormido de YoonGi sobre la cama que pertenecía a ellos. —Es un tema muy delicado. Sabes que los de más poder rechazarán otra unión entre hombres. SeokJin, tú sabes lo mucho que sufrimos por estar juntos y solo lo aceptaron porque ya había un heredero al trono.— El mayor se acercó al contrario para abrazarlo sintiendo tristeza por saber todo lo que estaban obligados a hacer.

—Nunca antes YoonGi había estado tan entusiasmado por alguien, tú sabes lo mucho que cambio desde que el príncipe de Busan pisó el palacio.— NamJoon asintió aceptando el abrazo dejando que su calor lo reconfortara. Desviando un poco su mirada miro a su hijo e inconscientemente se imagino a un YoonGi más pequeño asustado de dormir solo por lo que buscaba dormir con él, ambos abrazados.

—Lo sé, pero sabes que ninguno de los dos tiene un heredero al trono. Su unión no es aceptada y no lo será, Daegu y Busan no pueden quedarse sin reyes.— SeokJin pensaba que podía hacer una rabieta justo en ese momento, odiaba a los viejos con mayor poder que dictaban lo que se podía o no hacer, los demás reyes de otras tierras hasta podían hablar al respecto sobre la situación de otro palacio, estúpida mesa redonda.

—¿Y entonces qué haremos?, que ambos sigan en el palacio solo seguirá confundiendo a YoonGi, este y apenas sabe lo que quiere.— Suspiro. —Ni siquiera sabía porqué le dolían las palabras del príncipe Park.— YoonGi se removió en la cama haciendo callar a ambos por algunos minutos esperando a ver si despertaba o seguía dormido, después de un rato verificaron que no se despertaría por lo cuál siguieron hablando, ahora en un tono más bajo.

—YoonGi nunca ha dicho que le gusta alguien, tampoco interés por alguien. Es normal que no entienda lo que siente, creo.— NamJoon apretó sus labios entre sí y sonrió a pesar de la situación. —Esto me recuerda a cuando nosotros nos conocimos, me tomo tiempo aceptar que me gustabas. Tal vez es lo mismo para él, solo necesita tiempo para darse cuenta.—

—Pero aunque se dé cuenta no podrá hacer nada para estar con él.— El mayor arrugó su nariz y rápidamente recibió un beso por tan tierno gesto. SeokJin amaba esos momentos de intimidad, en donde ambos podían mostrarse afectuosos entre sí y no había razón para disminuir el contacto físico. A veces odiaba pertenecer a la realeza. Nadie dijo nada al respecto, solo se mantuvieron unidos mientras que SeokJin recordaba el cómo había sacado a YoonGi del salón real mientras que este mantenía su ceño fruncido, sus dientes había apresado a su labio inferior y sus ojos se miraban cristalinos, pero nunca soltó alguna lágrima. El rey había ido directamente a su habitación haciendo que el pálido se recostara en la cama mientras que SeokJin lo arropaba cómo a un niño pequeño. YoonGi ni siquiera se dio cuenta de cuándo se quedo dormido por estúpido que se escuchara, este no se había percatado del cansancio corporal que sentía hasta que todo su ser se sintió relajado.

—Lo siento por no poder hacer nada. YoonGi deberá de comprometerse con alguna princesa y traer herederos al trono. También está en juego el futuro del reino y pueblo.— SeokJin se separó suavemente del abrazo, su mirada viajó a cada rincón del rostro de su bello esposo. NamJoon tenía razón, toda la situación le recordaba cuando ellos dos se conocieron y cómo fueron tachados enseguida, hasta el mismísimo YoonGi había tenido que sufrir a causa de ellos. Y entonces se preguntaba si dejar que los sentimientos te guíen estaba mal. No sabía cuánto tiempo había estado pensando en diversas cosas referentes a su pasado y su hijo, fue la voz de NamJoon la que lo sacó de ese estado.—¿En qué piensas?, que estés tan callado no es normal en ti.— Un pequeño suspiro y una pequeña risa sin gracia se dejo escuchar.

—El amor duele mucho pero al mismo tiempo es tan maravillo. A veces hace sufrir y en ocasiones será lo más cálido que podrás sentir.— Un pequeño sonido se escuchó proveniente de la cama, NamJoon tomando de la mano a su esposo decidió que lo mejor era dejar al pequeño pálido descansando en la habitación. Cuando estuvieron en el pasillo ambos se deshicieron del agarre en sus manos aunque no quisieran, comenzó enseguida una caminata sin rumbo alguno y no tardaron en hablar cuando estuvieron un poco más lejos. —Cuando los príncipes estuvieron hablando habían guardias al rededor, no me gustaría que abrieran su boca de más.— El rey NamJoon asintió despacio.

—Hablaré con el caballero real para que comunique un mensaje a los guardias.— su paradero final fue el jardín, su amado y preciado jardín.

JiMin por otro lado se encontraba encerrado en su habitación caminando de un lado al otro mientras que su respiración se encontraba agitada, su pecho se elevaba a causa de las grandes respiraciones que hacía para tratar de controlarse, lo cual no lo ayudaba de mucho. —Un idiota.— Se detuvo solamente para limpiar las torpes lagrimas que no había podido retener. —No puede ser que me encuentre así por alguien cómo él.— Con algo de tristeza mezclada con rabia peino sus cabellos hacia atrás tratando de tener descubierto su rostro, sus ojos no pudieron no desviarse por la habitación y recordar los momentos que había compartido con YoonGi para llegar a ese punto. Se odiaba a sí mismo por dejar que sus sentimientos se salieran de control, se odiaba por no haber hecho las cosas correctamente y por sobre todo por haber aceptado estar en Daegu.

Desviado su mirada encontró la carta proveniente de su reino, la cual seguía intacta y sin leer. Camino hasta ella tomándola entre sus para abrirla con los sentimientos a flor de piel. Pensó que si leía que sus padres lo querían de regreso entonces en ese mismo instante él se marcharía del palacio de Daegu. Ya no le importaba nada. Leyó todo detenidamente soltando un jadeo sorprendido al ver el contenido correctamente. Se llevó una de sus manos a su boca. —Mierda.— Y es que en una letra legible se podía apreciar claramente que los reyes de Busan irían a Daegu para una breve visita.

"Para cuando leas esto seguramente ya estaremos de camino, recuerda que es un viaje muy largo y tomaremos paradas para apreciar mejor los paisajes que nos otorga la naturaleza".

—Me tarde en leerlo cinco días.— Cerrando los ojos hizo un cálculo mental pensando a qué distancia se encontrarían los reyes. —Maldición, no creo que estén tan lejos ya.—

Hola

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Hola.<3

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Educando a un príncipe ; JSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora